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600 habitantes de Caleta de Sebo y Pedro Barba sólo cuentan con esa oficina para realizar trámites bancarios.
La política de recortes de Bankia dejará a toda una isla sin sucursal bancaria. La Graciosa, en el archipiélago canario, es la más afectada por el cierre de las 54 oficinas que la entidad tiene previsto realizar en Canarias. Fuentes sindicales han asegurado que el cierre de éste y de 40 puntos de atención al cliente en la provincia de Las Palmas y de 13 en la de Santa Cruz de Tenerife se hará en el mes de octubre.
Los gracioseros miran con preocupación la decisión de Bankia ya que los 600 habitantes de Caleta de Sebo y Pedro Barba sólo cuentan con esa oficina para realizar trámites bancarios. Y es que en la isla ninguna otra entidad presta ese servicio. La oficina más cercana está en la isla vecina, en Lanzarote, en el pueblo de Haría. Para llegar a ella los vecinos de La Graciosa, deben hacer un recorrido de más 25 minutos en barco. Pero la travesía no acaba ahí; ya que el barco atraca en el muelle de Órzola, por lo que se ven obligados a completar el trayecto hasta Haría en coche.
Durante más de 25 años la Caja de Ahorro de Canarias, actual Bankia, ha prestado servicios en La Graciosa de lunes a viernes. Hace aproximadamente un año la entidad decidió abrir tan sólo dos días a la semana asegurando, según la administración local, que la empresa tenía más pérdidas que beneficios en esa isla. Entonces se decidió instalar un cajero automático para que los vecinos no perdieran prestaciones. El caso es que, según los habitantes, el remedio ha sido peor que la enfermedad ya que el cajero suele estar averiado la mayoría del tiempo. De hecho hace pocas semanas miles de turistas, sumados a los residentes, se quedaron sin dinero ya que el aparato estuvo averiado más de 10 días.
La movilización vecinal no se ha hecho esperar: este jueves 12 de septiembre, a las 11 de la mañana habrá una manifestación frente a la oficina de Bankia para exigir al banco una solución acorde con las necesidades de los ciudadanos de esa isla. "Es despreciar la realidad insular ya que se desconoce la forma de vida de un pueblo. Con este tipo de acciones se le impide seguir avanzando", asegura Miguel Páez, portavoz de la plataforma La Graciosa, la octava isla canaria.
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