Las armas de fuego en Estados Unidos se han cobrado este domingo tres víctimas menores de edad, según medios locales.

Un niño de 12 años de edad mató de un disparo a su sobrino, un año menor, en la ciudad de Savannah del estado de Georgia, ubicado en el sur de EE.UU.

Los dos niños estaban jugando con un arma cuando se disparó accidentalmente y la bala impactó en el pecho de Montrez Borroughs, según la Policía.

La familia de la víctima ha asegurado que los padres del menor que disparó deben asumir la responsabilidad de esta muerte.

En otra tragedia, también en Georgia, otro menor de 12 años acabó de un balazo con la vida de su hermana de 10 años de edad. El autor del crimen ya se encuentra bajo custodia policial en un centro de detención juvenil.

En la ciudad de Filadelfia, en el estado Pensilvania (noreste), un niño de 2 años ha disparado por accidente contra su hermana de 11 años.

La madre de los niños había salido de la habitación unos minutos antes de que ocurriera el incidente. La chica resultó herida en el pecho e inmediatamente fue trasladada al hospital, pero perdió la vida por la gravedad de su herida.

Durante los últimos meses se han producido varios tiroteos mortales en Estados Unidos, sobre todo tras la matanza que tuvo lugar el pasado 14 de diciembre en una escuela en Newtown, Connecticut, que dejó a 20 niños y seis adultos muertos. Desde entonces, el tema del control de armas está en el ojo del huracán.