Una compañía china ubicada en la ciudad de Shanghái, construyó en el distrito Qingpu una pequeña urbanización en 24 horas.

La empresa Win Sun Decoration Design Engineering Co., para este logro utilizó una impresora 3D, usando materiales reciclados.

Las 10 casas son de 15 metros de largo, 10 de ancho y 6 de alto y los materiales se pueden pintar de distintos colores según lo requiera el cliente. Las edificaciones se imprimen por partes y luego se ensamblan en el lugar.

“Construir de esta manera es más fácil, y el costo-beneficio es mayor, pues es amigable con el medio ambiente”, describió el jefe de este proyecto, Ma Yihe, quien esperó construir rascacielos con esta tecnología.

El también director de la compañía china, construyó su propio centro de investigación, de 10 mil metros cuadrados, durante solo un mes y con muy pocos materiales.

En otro intento, investigadores de California (sureste de EE.UU.) están haciendo una impresora que puede levantar una vivienda en 24 horas. En Ámsterdam (capital de los Países Bajos), a principios de este mes, también se inició la construcción de una casa con una impresora 3D.

La tecnología de impresión 3D es una oportunidad para el desarrollo en distintos ámbitos de la economía. Con la ayuda de las impresoras en 3D es posible edificar viviendas o edificios a bajo costo.

La máquina utilizada para imprimir las casas chinas mide 6.096 metros de alto, 152.40 metros de largo y 10.058 metros de ancho.

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