La civilización griega es considerada como una de las civilizaciones antiguas más arraigadas. Fue innovadora en los ámbitos de la filosofía, las ciencias, la literatura y las artes. Ofreció al mundo eruditos y literatos que fueron de los más destacados del pensamiento mundial. Tenemos ejemplos en Sócrates , Platón , Aristóteles  y otros, todos ellos tomaron a su cargo la misión de transmitir algunas verdades y de fijar algunos criterios en sus propias sociedades a través de su pensamiento lógico y su búsqueda de las causas y las consecuencias de los fenómenos.

       A pesar del nivel que alcanzó la civilización griega en los ámbitos de la filosofía y el pensamiento, del talento y de que ninguna otra sociedad llegó a este nivel, en un determinado momento, esa civilización inició un declive progresivo. Los factores de dicho declive quedan claros cuando accedemos a la herencia que dejaron los genios griegos en el auge de su civilización.

         Por ejemplo, tenemos la teoría de Platón sobre la ciudad ideal. Según el filósofo, la ciudad ideal debería estar compuesta por filósofos en primer lugar, luego por soldados y por último, una tercera clase: los agricultores y los obreros. La ciudad debería estar gobernada sólo por los filósofos, ya que las otras dos clases no deberían participar en dicho gobierno. En cuanto a los soldados, Platón les impuso un intrépido sistema, que eliminaba por completo al individuo. Los individuos integrantes del ejército no tenían derecho a poseer nada, así como tampoco tenían derecho a formar una familia, es decir que no tenían ni esposas, ni hijos. Por el contrario, la mujer era una participación común entre todos los soldados, de modo que los hijos de esas mujeres no conocían a sus padres, sino que eran considerados hijos del Estado. En cuanto al tercer nivel, que corresponde a los obreros y los agricultores, su función en esa ciudad ideal era esforzarse para servir a las otras dos clases: los gobernantes y los soldados. Éste último nivel no tenía ningún tipo de derechos. En cuanto a los enfermos no tenían cabida en esa ciudad ideal, sino que el Estado los rechazaba y los enviaba lejos.

Así pues, ¡esta es la imagen de la ciudad ideal para Platón !

En cuanto a Aristóteles, el extraordinario filósofo, se preguntaba si la naturaleza podía preparar a seres esclavos, de modo que esa esclavitud sería para ellos algo permitido y adecuado. Él mismo respondió a la pregunta, puesto que –según él- no hay más remedio de que unos gobiernen y otros sean gobernados. Así pues, la persona de más rango debe gobernar a aquél cuyo rango es inferior. Según él, la naturaleza siempre otorga un cuerpo más fuerte al esclavo, mientras que en el cuerpo del libre se deposita una mente preponderante y un pensamiento más maduro. Por ese motivo, la persona libre está más capacitada para gobernar, basándose en el hecho de que el pensamiento gobierna al cuerpo.

Así, Aristóteles rechaza el principio de la igualdad respecto a los derechos naturales, puesto que cree que la naturaleza ha hecho que algunas personas destaquen por su mente, mientras que a otros les ha dado la capacidad para utilizar los músculos de su cuerpo. Entonces, la naturaleza hace que los cuerpos de las personas libres sean diferentes de los cuerpos de los esclavos. Así que otorga al esclavo la fuerza que necesita para llevar a cabo los trabajos pesados, mientras que los cuerpos de las personas libres no están preparados para que inclinen su espalda recta para llevar a cabo ese tipo de duros trabajos. Por tanto, la naturaleza prepara a las personas libres para que sean capaces únicamente de llevar a cabo funciones de la vida civil.

A este punto llegó el pensamiento griego que, por otra parte, es enormemente valorado por todo el mundo y considerado como la puerta para acceder a la sensatez. Will Durand expresa esto diciendo que los griegos no fueron un ejemplo correcto de buena moral, y lo demuestra diciendo que la sublimidad de sus mentes propició que muchos de ellos se desvincularan de sus costumbres morales y les hizo personas prácticamente sin ninguna moral, hasta el punto de que no tenían ni un ápice de altruismo, excepto si se trataba de sus propios hijos. Además, no solían tener cargo de conciencia, ni se les pasaba por la cabeza que querían para sus vecinos lo que querían para sí mismos .

Por otra parte, siguiendo el hilo del progresivo declive que vivió la civilización griega, debemos recordar que sus individuos cayeron de pleno en las pasiones y corrieron tras los deleites. Esto precisamente fue lo que aceleró el declive de su civilización, puesto que las relaciones sexuales se empezaron a practicar sin ningún límite hasta que ello alteró la vida de las personas mayores. Además, los filósofos se atrevieron a acabar con la vida de los niños, con el pretexto de que eso los libraría del exceso de población y la consecuente escasez de recursos para aprovisionarse. Como consecuencia de ello sufrieron la desertización de las ciudades y la esterilidad de la tierra.

Finalmente, podemos decir, por tanto, que la pérdida de los límites morales y la tendencia hacia el egoísmo y el individualismo, adelantó el derrumbe de la civilización griega. Menandro representó en sus obras de teatro la vida de Atenas como una vida rodeada de vulgaridades, seducciones y fornicación, por lo que el declive que les acaeció después de esto era totalmente lógico .

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