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En el Islam existe una norma básica en referencia a la libertad de creencia, Al-lâh Dice [traducción del significado]: {No está permitido forzar a nadie a creer} Así, ni el Profeta ni los musulmanes que le siguieron obligaron a nadie a convertirse al Islam de manera
En el Islam existe una norma básica en referencia a la libertad religiosa o libertad de creencia, Al-lâh (I) Dice [traducción del significado]: {No está permitido forzar a nadie a creer. La guía se ha diferenciado del desvío}[1] Así, ni el Profeta (e) ni los musulmanes que le siguieron obligaron a nadie a convertirse al Islam de manera forzada; tampoco obligaron a la gente a que fingiera abrazar el Islam para escapar de la muerte o la tortura. ¿Cómo podían hacer algo así sabiendo el Islam de la persona forzada no tiene ningún valor en la Otra Vida, que precisamente es la vida por la que todo musulmán se esfuerza?
Investigando las causas del descenso de la aleya precedente, encontramos que Ibn ‘Abbâs (t) dijo: “La mujer cuyos hijos no sobrevivían hacía la promesa de que si su hijo vivía lo haría convertirse al judaísmo, de modo que cuando se expulsó a los judíos Banû Nadir, había entre ellos hijos de los Ansar[2], entonces dijeron: “No expulsamos a nuestros hijos”. Entonces, Al-lâh (I) hizo descender [traducción del significado]: {No está permitido forzar a nadie a creer. La guía se ha diferenciado del desvío}[3]
El Islam consideró que el asunto de creer o no creer era algo que dependía de la voluntad y el convencimiento profundo de la persona. Al-lâh (I) Dice [traducción del significado]: {Quien quiera que crea y quien no quiera que no lo haga}[4]. El Noble Corán hizo fijar la atención del Profeta (e) sobre esta realidad, indicándole que su obligación se limitaba a transmitir la invitación a seguir el Camino de Al-lâh (I) y que no tenía el poder de hacer que la gente se convirtiera al Islam. Dice Al-lâh (I) [traducción del significado]: {No podrás hacer que los hombres crean aunque se lo impongas}[5]. Y Dice también [traducción del significado]: {No se te ha concebido poder sobre ellos para forzarles a creer}[6]. Y Dice [traducción del significado]: {Pero si se niegan a obedecer, sabe [¡Oh, Muhammad!] que no te enviamos a ellos para hacerte responsables de sus obras; tú sólo debes transmitir el Mensaje}[7].
A partir de estos datos queda claro que la constitución de los musulmanes establece la libertad de creencia y rechaza de pleno que se obligue a cualquier persona a convertirse al Islam.[8]
Establecer la libertad religiosa significa reconocer la diversidad religiosa. Podemos observar una aplicación práctica de este principio cuando el Profeta (e) decretó la libertad religiosa en la primera constitución que se estableció en Medina, y ello porque se reconoció que los judíos formaban una única comunidad junto a los musulmanes. Otro ejemplo de la aplicación de este principio lo tenemos en la conquista de La Meca por parte de los musulmanes, cuando el Profeta (e) no obligó a ningún Quraishi a convertirse al Islam, a pesar de que tenía la capacidad de hacerlo al entrar victorioso en la ciudad. Sin embargo, él les dijo: “Marchaos, sois libres”.[9]
Siguiendo sus pasos, el segundo califa Omar ibn Al Jattab (t) dio a los cristianos que habitaban en Jerusalén su seguridad de que “se respetarían sus vidas, sus iglesias y sus cruces, que no se perjudicaría a ningún cristiano ni sería humillado a causa de su religión.”[10]
El Islam incluso se hizo responsable de proteger las discusiones relativas a la religión siempre que se establecieran con una base de objetividad y lejos de las injurias y las burlas. En este sentido, Al-lâh (I) Dice [traducción del significado]: {Convoca al sendero de tu Señor con sabiduría y bellas palabras. Arguméntales de la mejor manera}[11]
El diálogo entre musulmanes y no musulmanes debe estar regido por estos principios de tolerancia. El Noble Corán invita a los creyentes a que establezcan un diálogo con la Gente del Libro, diciendo [traducción del significado]: {Di: ¡Oh, Gente del Libro! Convengamos en una creencia común a nosotros y vosotros: No adoraremos sino a Al-lâh, no Le asociaremos nada y no tomaremos a nadie de entre nosotros como divinidad fuera de Al-lâh. Y si no aceptan decid: Sed testigos de nuestro sometimiento a Al-lâh}[12]. Esto significa que si el diálogo no obtiene resultados, cada parte tiene su religión de la cual está convencido. Dicha idea está corroborada por la última aleya de la sura de los incrédulos, que concluye con el dicho de Al-lâh (I) a los idólatras, en boca de Muhammad [traducción del significado]: {Vosotros tenéis vuestra religión y yo la mía}
[1] [Corán 2:256]
[2] O sea los Auxiliadores son la gente de Medina quienes auxiliaron al Profeta (e) a su llegada a Medina.
[3] Abu Dâûd [2682]. Ver también: Al Wahidi, Asbâb Nuzûl Al Qur’an (Causas del descenso del Corán), pág. 52. As-Suiûti, Bâb Al Nuzûl, pág. 37. [Al Albâni: Sahîh, libro de Sahîh ua da‘if Sunan Abu Dâûd, 6/182]
[4] [Corán 18:29]
[5] [Corán: 10:99].
[6] [Corán 88:22]
[7] [Corán 42:48]
[8] Mahmud Hamdi Zaqzûq, Haqa’iq islamíah fi mûayhat hamalat at-tashkîk (Realidades islámicas para hacer frente a las campañas para crear ambigüedades), pág. 33.
[9]Ibn Hisham, As-Sira an-Nabauîah (La biografía del Profeta (e)), 2/411. At-Tabari, Tarîj al umam ua al-mulûk (Historia de las naciones y los reyes), 2/55. Ibn Kazîr, Al Bidaiah ua an-nihayah, 4/301.
[10]At-Tabari, Tarîj al umam ua Al Muluk (Historia de las naciones y los reyes), 3/105.
[11] [Corán 16:125]
[12] [Corán 3:64]
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