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Al-lâh (Glorificado Sea) Creó el medio ambiente puro, sano y útil, lo Sometió al hombre y le Obligó a protegerlo… Y en base a eso, se estableció una relación de amor y afecto entre el hombre musulmán y el ambiente que lo rodea de seres inanimados y animados.
Al-lâh (Glorificado Sea) Creó el medio ambiente puro, sano y útil, lo Sometió al hombre y le Obligó a protegerlo tanto como a reflexionar en Sus signos universales que fueron creados de la mejor forma, pues Al-lâh Dice [traducción del significado]: {Acaso no observan el cielo por encima de ellos, cómo lo Hemos erigido y embellecido, y el cual no tiene ninguna imperfección. Y a la tierra, cómo la Hemos extendido, fijado en ella firmes montañas y hecho brotar toda clase de vegetación hermosa.}
Y en base a eso, se estableció una relación de amor y afecto entre el hombre musulmán y el ambiente que lo rodea de seres inanimados y animados. Entiendo que preservar el medio ambiente implica un gran beneficio para él en esta vida mundana, pues disfrutará una vida pacífica, y, en la Otra, tendrá la recompensa inmensa de Al-lâh (Glorificado Sea).
También, la visión del Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sallam) al medio ambiente, confirmó la consideración coránica global al universo basada en que hay una relación principal e intercambiada entre el hombre y los factores de la naturaleza, cuyo punto de partida es creer que si el hombre utiliza mal algún factor de la naturaleza o lo agota, entonces todo el mundo se perjudicará de una forma directa.
Por eso, la Sharî‘ah (Ley islámica) estableció una regla general para toda la gente que vive sobre la tierra, la cual es: No perjudicar el universo de cualquier forma; ya que Ibn ‘Abbâs (que Al-lâh Esté complacido con él) narró que el Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “No debe haber ni perjuicios ni represalias.”
Luego, vinieron consecutivamente las legislaciones islámicas advirtiendo de contaminar el medio ambiente o estropearlo, pues el Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sallam) dijo al respecto: “Cuidado de las tres cosas que causan la maldición: excretar en las fuentes de agua, en el medio del camino [circulado por la gente] y en (o sea bajo) la sombra [del árbol, etc.].”
También el Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sallam) hizo que alejar lo que causa daño (a la gente), sea un derecho del camino. Abu Sa‘îd Al Judri (que Al-lâh Esté complacido con él) narró que el Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Cuidado de sentarse por los caminos”. Exclamaron: “¿Y si no hay forma para evitar eso debido a que son nuestras reuniones donde hablamos?” Así que el Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Si no se puede evitarlo, entonces dad al camino su derecho correspondiente.” Preguntaron: “¿Y cuál es el derecho del camino, ¡oh Mensajero de Al-lâh (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sallam)!?” Respondió: “No hacer daño” . Y la frase “No hacer daño”, alberga el sentido general de todo lo que daña a la gente que utiliza las calles y los caminos.
Y no sólo esto, sino también el Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sallam) relacionó entre la recompensa y preservar el medio ambiente; pues Abu Dhar (que Al-lâh Esté complacido con él) narró que él (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Se me mostraron los actos de mi Ummah; los buenos y los malos. Así que vi que de sus buenos actos, estaba alejar el daño del camino; y de sus malos actos, escupir en la mezquita y no enterrarlo.”
Asimismo, el Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sallam) ordenó claramente limpiar los hogares, diciendo lo que Sa‘d ibn Abi Waqqâs (que Al-lâh Esté complacido con él) narró: “Al-lâh Es Bueno y Le Gusta todo lo que es bueno, Es limpio y Le Gusta la limpieza; así que limpiad vuestros patios y no imitéis a los judíos.”
Que maravillosas son aquellas legislaciones y enseñanzas que incitan a la vida buena, limpia y libre de cualquier tipo de contaminación. Y de esta forma, protege la tranquilidad psicológica y física del hombre.
Y la imagen más clara y expresiva en cuanto a incitar a preservar el medio ambiente y su belleza, apareció en lo que ‘Abdul-lâh ibn Mas‘ûd (que Al-lâh Esté complacido con él) narró que el Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sallam) dijo cuando algún Compañero le preguntó: “¿Acaso se considera un acto de arrogancia que mi vestido y zapatos sean bonitos?” Respondió: “Al-lâh Es Hermoso y Ama la hermosura. Y la arrogancia es negar el derecho y despreciar a la gente.” Y sin duda, una parte de la hermosura, es cuidar la belleza de los aspectos del medio ambiente que Al-lâh (Glorificado Sea) Creó brillante y alegre.
Además, la indicación del Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sallam) a querer los lindos olores y extenderlos entre la gente, intercambiarlos de regalo y embellecer el ambiente por ellos, es una lucha contra el ambiente contaminado. Al respecto, Abu Hurairah (que Al-lâh Esté complacido con él) narró que el Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “A quien se le ofrece albahaca, que no la rechace; ya que es de peso liviano y de buen olor.”
También una parte de la grandeza del Islam en cuanto a las legislaciones relativas al medio ambiente, es la incitación a plantar la tierra; pues Yâbir ibn ‘Abdul-lâh (que Al-lâh Esté complacido con él) narró que el Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Cualquier musulmán que plante un árbol, todo lo que se come de él se considerará una limosna a su favor, tanto como lo que se robe de él y lo que el animal o el pájaro coman de él. Y (también) todo lo que se saca de él, se considerará una limosna a su favor.” En otra narración, dijo: “Hasta el Día de la Resurrección.” Así que una parte de la grandeza del Islam, es que la recompensa de aquella plantación -útil para el ambiente tanto como para quienes habitan en ello- sea continuada con tal de que la plantación sea aprovechada, aunque se traslade a otra posesión o el plantador o el agricultor muera.
Por otro lado, la legislación islámica llamó la atención a las ganancias que el hombre gana por revivificar la tierra barbecha; ya que consideró plantar un árbol, sembrar una semilla o regar un terreno árido, como un acto de piedad y benevolencia. Pues, Yâbir ibn ‘Abdul-lâh (que Al-lâh Esté complacido con él) narró que el Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Quien revivifique una tierra árida, tendrá una recompensa, y cualquier animal o pájaro coma [alguna planta] de ella, se considerará una limosna a su favor.”
Y debido a que el agua es una de las riquezas ambientales naturales más importantes, el Islam incita a utilizarla con moderación y preservar su pureza. Pues el Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sallam) aconsejó recurrir a la moderación en utilizar el agua, incluso si es abundante. ‘Abdul-lâh ibn ‘Amr (que Al-lâh Esté complacido con él) narró que el Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sallam) pasó por Sa‘d (que Al-lâh Esté complacido con él) mientras estaba realizando la ablución, así que le preguntó: “¡Oh Sa‘d! ¿Qué es esta exageración?” Respondió: “¡¿Acaso hay una exageración en la ablución?!” Contestó: “¡Sí! Aunque estés sobre un río de agua abundante.”
También el Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sallam) prohibió contaminar el agua orinando en aquella estancada.
Así que esta es la consideración del Islam y de la civilización islámica respecto al medio ambiente; aquella consideración que cree que el medio ambiente con sus varios aspectos interactúan, se integran y colaboran unos con otros según las reglas inmutables de Al-lâh (Glorificado Sea) en el universo, Quien lo Creó de la mejor forma, y Ha obligado a cada musulmán a proteger esta belleza
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