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Los científicos, antes del Islam, estaban aislados de la gente común, y el espacio entre ambos era grande. Ya que los científicos en Persia, Roma o Grecia, vivían en un aislamiento completo... ¡Pero el Islam era otra cosa! Pues,…
GENERALIZACIÓN DEL CONOCIMIENTO
(EL CONOCIMIENTO DEBE SER ASEQUIBLE PARA TODO EL PUEBLO)
A pesar de que el mundo recibió varias civilizaciones antes del Islam, y a pesar de que estas civilizaciones fueron famosas por contribuciones claras a más de un ámbito de las ciencias; tal como: la civilización romana, persa, china, india, egipcia, etc., pese a todo eso, el Islam agregó conceptos y principios fundamentales que cambiaron completamente la visión del mundo a (la cuestión de) el conocimiento
Los científicos, antes del Islam, estaban aislados de la gente común, y el espacio entre ambos era grande. Ya que los científicos en Persia, Roma o Grecia, vivían en un aislamiento completo. Se establecían entre ellos diálogos y discusiones intercambiando el conocimiento entre sí, mientras que el público vivía en una ignorancia dominante, lejos de cualquier aspecto del conocimiento. ¡Pero el Islam era otra cosa!
Pues, el Profeta (sal-lal-lâh ‘alaihi wa sal-lam) vino para afirmar: “Buscar el conocimiento es una obligación sobre cada musulmán.”[1]; transformando la cuestión en un deber religioso y una cuestión popular impuesta sobre todos. Ya que todos tienen que buscar el conocimiento para que sean todos educados, sin exceptuar al hombre ni a la mujer.
El Profeta (sal-lal-lâh ‘alaihi wa sal-lam) puso en práctica este método cuando aceptó liberar a los prisioneros de (la Batalla de) Badr a cambio de que cada uno de ellos enseñara a diez personas de la gente de Medina leer y escribir. Así que esto era un pensamiento cultural que no estaba absolutamente conocido anteriormente en el mundo en aquel tiempo ni después de eso por siglos.
También el Islam ordena a sus seguidores adoptar la cuestión del conocimiento haciéndola un objetivo fundamental en su vida, y les ordena dar una alta posición a los ‘Ulamâ’ (Pl. de ‘Alim, erudito), hasta que el Profeta (sal-lal-lâh ‘alaihi wa sal-lam) dijo: “A quien siga un camino en el que busca conocimiento, Al-lâh le Facilitará uno de los caminos del Paraíso. Y ciertamente, los ángeles bajan sus alas ante el buscador de conocimiento en señal de complacencia por lo que hace. Por el sabio, le pide perdón todo cuanto hay en los cielos y la tierra, hasta las ballenas en el mar. Y el mérito del sabio sobre el siervo, es como el mérito de la luna sobre el resto de los astros. Ciertamente, los eruditos son herederos de los Profetas. Y verdaderamente, los Profetas no han dejado en herencia ni dinar ni dírham, sino que han dejado el conocimiento como legado; de modo que quien lo tome, habrá tomado una parte importante de ese conocimiento.”[2]
Este movimiento científico popular, siguió hasta después del fallecimiento del Profeta (sal-lal-lâh ‘alaihi wa sal-lam), así que aparecieron sus efectos y aspectos maravillosos, los cuales se consideraban como sueños respecto a los europeos. Y es suficiente aquí mencionar tres aspectos de este movimiento científico popular que el Islam estableció:
1-Las bibliotecas públicas:
Surgiendo de esta incitación y animación que se convirtió en un fundamento de la religión, los musulmanes fundaron las bibliotecas públicas para la gente común; de modo que leían de forma gratuita y copiaban lo que querían de las varias páginas del conocimiento. Más bien, los grandes califas y los príncipes, hospedaron en estas bibliotecas a los buscadores de conocimiento de los varios Estados, y gastaban en ellos de su propio dinero. Así que estas bibliotecas se encontraron con multitud en las varias ciudades del mundo islámico[3]. Y quizá de las bibliotecas más famosas, destaquen las de: Bagdad, Córdoba, Sevilla, El Cairo, Jerusalén, Damasco, Trípoli, Medina, Saná, Fez y Qairuán.
2-Aparición de las reuniones inmensas del conocimiento:
Antes del Islam, no había eruditos que hablaban con el público; sin embargo, después de la aparición de esta religión grandiosa, esparcieron las reuniones del conocimiento en todos los rincones del mundo islámico, hasta que a veces llegaban a números inimaginables. Por ejemplo, la reunión de Ibn Al Yauzi[4], era asistida por más de 100.000 personas, todos fueron del público. Tanto como las reuniones de Al Hasan Al Basri, Ahmad ibn Hanbal, Ash-Shâfi‘i, Abu Hanîfah y el Imam Mâlik. Aparte de que a veces en la misma mezquita, había más de una reunión de conocimiento al mismo tiempo; una de Tafsîr (interpretación del Corán), otra de Fiqh (Jurisprudencia islámica), otra de Hadiz profético, otra de creencia, otra de medicina, etc.
3-Considerar el gasto en el conocimiento como una limosna y acto de acercamiento a Al-lah (Glorificado Sea):
Esto hizo a los ricos entre los pertinentes a la Ummah (nación musulmana), gastar de su dinero para construir escuelas y establecimientos de conocimiento. Encima, dedicaban muchos Auqâf [Plural de Uaqf: algo dedicado solamente al uso público de los musulmanes (Habiz)] para cuidar a los buscadores de conocimiento, construir las bibliotecas y desarrollar las escuelas. Así que gastar en el conocimiento, se volvió también una puerta de bien para los económicos, y no solamente para los dedicados al conocimiento.
De esta forma, la cuestión del conocimiento era común e importaba a todos; ya que buscar el conocimiento es un deber y una obligación sobre cada musulmán. En consecuencia a eso, las bibliotecas se extendieron tanto como las reuniones del conocimiento mientras que el analfabetismo desapareció o estaba por desaparecer.
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[1] [Ibn Mâyah (224)] [Abû Ya‘la (2837)] [As-Suiûti, Al Yâmi‘ As-Sagîr (7360)] [Al Albâni: Sahîh, consulte: Sahîh Al Yâmi‘ (3913)].
[2] [Abû Dâûd (3641)] [At-Tirmidhi (2682)] [Ibn Mâyah (223)] [Ahmad (21763)] [Ibn Hibbân (88)] [Shu‘aib Al Arnaût: Hasan] [Al Albâni: Sahîh, consulte: Sahîh Al Yâmi‘ (6297)].
[3] Trataremos este tema en una sección especial sobre la enseñanza y las bibliotecas en la civilización islámica.
[4] Ibn Al Yauzi: es Abû Al Faray ‘Abdur-Rahmân ibn ‘Ali ibn Muhammad Al Qurashi At-Taimî (510-592 d.C.) alfaquí hanbali (seguidor de la escuela de Fiqh del Imam Ahmad ibn Hanbal), historiador, enciclopédico, compuso mucho en varias ciencias y artes. Nació en Bagdad y falleció en el mismo. Consulte Siar A‘lâm An-Nubalâ’, escrito por Adh-Dhahabi. 21/365.
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