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Los musulmanes se dirigieron a reflexionar, deducir e investigar la realidad con el método científico correcto. Así que tuvieron un éxito impresionante en interpretar los fenómenos naturales, estudiar las rocas, las montañas y los minerales… Pues,
En muchas aleyas del Sagrado Corán, hay indicaciones claras acerca de la geología (La ciencia de las capas de la Tierra); y de eso, lo que Al-lâh Dice [traducción del significado]:
{Y que algunas montañas tienen vetas blancas, rojas, de diversos colores, y muy negras.}[1].
{Hemos hecho descender el hierro, en el que hay gran poder y beneficio para los hombres.}[2]
{Os Hemos establecido en la Tierra y dispuesto los medios para que viváis en ella. ¡Qué poco agradecidos sois!}[3]
Aparte de otras aleyas que hablan sobre este tipo de ciencia, las cuales han citado a los musulmanes a estudiarla detalladamente.
Sin duda, el hombre en la antigüedad, tenía algo de conocimiento sobre los minerales, aunque era un conocimiento primario. En cuanto a los científicos griegos; Aristóteles (383-322 a.C.) dividió el mundo en dos partes: la Tierra, la cual se compone de los cuatro elementos: (Agua, fuego, aire y arena), y el cielo, el cual se compone del éter. Así, las opiniones de Aristóteles siguieron circuladas hasta que el Islam vino y acabó con las supersticiones, las brujerías y los mitos[4].
Los musulmanes se dirigieron a reflexionar, deducir e investigar la realidad con el método científico correcto. Así que tuvieron un éxito impresionante en interpretar los fenómenos naturales, estudiar las rocas, las montañas y los minerales. También fueron capaces de explicar muchos fenómenos geológicos como los terremotos, los volcanes, las mareas y la formación de las montañas, los valles, las inundaciones, los ríos y los arroyos. Quizá el primer registro para los musulmanes relativo a las ciencias de la tierra, sea lo que albergan los diccionarios y los libros de lingüística que abundan en términos de dicha ciencia, como As-Sahhâh escrito por Al Yuhari, Al Qâmûs escrito por Alfairûz Abâdi[5], Al Mujassas escrito por Ibn Sidah[6], los libros de los viajes y de los Estados y los libros dedicados a (estudiar) las joyas; de los cuales está Sifat Yazîrat Al ‘Arab, escrito por Al Hamdâni. También encontramos que los límites de esta ciencia, son de rasgos claros para los científicos que la explicaron, tal como: Al Kindi, Ar-Râzi, Al Farâbi, Al Mas‘udi, los Hermanos de la Pureza, Al Maqdisi[7], AlBirûni, Avicena, Al Idrîsi, Yâqût Al Hamaui, Al Qazuîni[8] y muchos más.
Aquellos científicos presentaron varias teorías sobre los terremotos y los motivos de su sucesión, y otras sobre los metales y las rocas. También hablaron abundantemente sobre la definición de las rocas sedimentarias, la osificación sucedida en las mismas y su transformación dimensional. Asimismo escribieron sobre los meteoritos, su naturaleza y origen y los dividieron en dos tipos: de piedra y de hierro, describiendo sus formas. De los meteoritos más importantes: (Al Yaursiah) (Al Hubaibiah). También, hablaron sobre la alta temperatura del lugar más profundo de la Tierra. Y tenían el mérito de descubrir la teoría de la formación de las montañas refractadas, torcidas y otras. Así como describir el efecto de la erosión en las montañas y en los ríos.
Además, los científicos musulmanes presentaron estudios valiosos sobre la geología natural e histórica; los cuales demostraron que la imagen más perfecta del agua en la naturaleza, es la que fue descrita por los científicos musulmanes en sus libros. Sus opiniones sobre la formación de los ríos, son puramente científicas. Eso se ve con claridad en (Las tesis de los Hermanos de la Pureza), en el libro (An-Nayâh) escrito por Avicena y en el libro (‘Ayâ’ib Al Majluqât) escrito por Al Qazuîni. También la Cristalografía fue descubierta por AlBirûni en su libro (Al Yamâhir Fi Ma‘rifat Al Yauahir), y se desarrolló por medio de Al Qazuîni en su libro (Al ‘Ayâ’ib). Sin embargo, nadie los adelantó en cuanto a su observación precisa mencionada en estos dos libros suyos.
También los científicos musulmanes estudiaron lo que podemos llamar (La ciencia del petróleo de la Tierra), la cual es una rama de la geología aplicada. Ya que distinguieron entre dos tipos de petróleo y los usaron, y hablaron sobre la excavación presentando ejemplos sobre la excavación indirecta. Aparte de que varios de los primeros científicos musulmanes, dieron importancia al estudio de la forma de la Tierra, la distribución de la tierra y del agua, la topografía de la Tierra y los factores externos que causan su formación; como: los ríos, los mares, los vientos y las tormentas marinas. No se olvidaron de estudiar los factores que afectan a la capa de la Tierra desde adentro; como: los volcanes, los terremotos y los eclipses terrestres. También estudiaron la transformación de la tierra en agua y viceversa, y el tiempo que dura dicha transformación, tanto como el desarrollo de los ríos desde su formación hasta su sequía.
Merece ser mencionado que la geología de los musulmanes fue relacionada con muchas otras ciencias que ayudaron a su crecimiento. Esa era la costumbre de los científicos en aquellos tiempos; ya que no había una especialización precisa, sino que había el conocimiento enciclopédico general. Por eso, las obras de los científicos musulmanes en el campo de la geología y de las ciencias de la Tierra, se esparcieron en muchos tomos bajo diferentes títulos. Por ejemplo, encontramos que Avicena estudió los minerales y la Meteorología[9] en el tratado de “los minerales y la meteorología” en su libro (Ash-Shifâ’). También An-Nûairi[10]estudió la geología con la Meteorología[11] en su libro (Nihaiât Al Adab). AlMas‘ûdî estudió cuestiones geológicas paralelamente con otras geográficas en su libro (Murûy Adh-Dhahab)[12].
EL TERREMOTO:
La naturaleza del terremoto ocupó las mentes de la gente desde la antigüedad. Sin embargo, algunos filósofos griegos antiguos atribuyeron los terremotos a un viento inferior escondido, mientras que otros los atribuyeron a fuegos en el fondo de la Tierra. La primera descripción científica de los motivos del suceso de los terremotos, fue realizada por los científicos musulmanes en el siglo IV después de la Hégira (X d.C.); ya que los científicos musulmanes cuidaron el estudio de los terremotos y registraron las fechas de su suceso, sus lugares y sus tipos, y lo que causan de destrucción, los grados de su fuerza, el movimiento de las rocas producido por los mismos, sus perjuicios y beneficios. También algunos intentaron aliviar sus peligros. Así que estudiaron eso Avicena en su enciclopedia (Ash-Shifâ’) en la parte dedicada a los minerales y la meteorología, los Hermanos de la Pureza en su libro (Ar-Rasâ’il), Al Qazuîn en su libro (‘Ayâ’ib Al Majluqât Ua Garâ’ib Al Mauyûdât). Cada uno de ellos tenía su opinión clara al respecto.
Por ejemplo, Avicena dijo describiendo los terremotos, los motivos de su suceso y sus tipos: “En cuanto al terremoto; es un movimiento que toca una parte de la tierra a causa de otra parte inferior. Cuando la parte inferior se mueve, indispensablemente provoca el movimiento de otra parte por encima. Esa parte interior de la tierra que puede moverse, puede ser: un cuerpo vaporoso y humoso de fuerte impulso como el viento, un cuerpo acuoso líquido, un objeto aéreo, un cuerpo ígneo o un cuerpo terrenal. El objeto terrenal, se mueve sólo si se somete a un motivo similar al cual se expuso el objeto terrenal (que está en la parte superior). Así que el primer motivo es lo que provoca el terremoto. En cuanto al objeto aéreo -sea ígneo o no-; tiene que ser provocado bajo la tierra, lo que implica mayormente el suceso del terremoto”[13].
Sin embargo, los Hermanos de la Pureza atribuyeron los terremotos a los gases que se producen a causa de la alta temperatura en el fondo de la Tierra. Así que salen de las aperturas si la tierra en aquel lugar está desequilibrada. En cambio, si la tierra se exfolia, entonces estos gases salen derrumbando su lugar, de modo que se oye su ruido y temblor[14].
LOS MINERALES Y LAS ROCAS:
Los musulmanes conocieron las rocas y las piedras preciosas, supieron sus características naturales y químicas, las clasificaron y las describieron científicamente y con precisión; también, conocieron los lugares de su existencia, distinguieron entre su buena y mala calidad y estudiaron la formación de las rocas sedimentarias, la formación de sus superficies, los sedimentos (depósitos) de los valles, la relación entre el mar y la tierra y viceversa y lo que esta relación genera de formaciones rocosas o factores de erosión.
Tal vez ‘Atârid ibn Muhammad Al Hâsib[15] fue el primero en escribir un libro sobre las piedras preciosas en lengua árabe. Este libro se llama (Manâfi‘ Al Ahyâr [Los beneficios de las piedras]) donde mencionó los tipos de las joyas y de las piedras preciosas y estudió las características de cada una[16]. Ar-Râzi mencionó este autor en su libro (Al Hâui). Hasta la era de Al Birûni, los musulmanes conocieron alrededor de 88 tipos de joyas extraídas de la tierra.
En cuanto a Avicena; mencionó en su libro (Ash-shifâ’) que las piedras se forman por tres motivos; pues, o se forman del barro por la sequía, del agua a través del vapor o por medio de la sedimentación. Dividió los minerales en: piedras, azufres, sales y disolventes. Avicena estudió los metales y el método de su composición. También mencionó una cantidad de metales, las características de cada uno y lo que mantienen de sus características naturales, teniendo su propia composición que no se cambia a través de los métodos conocidos de la transformación, sino que lo posible es cambiar el aspecto exterior del metal[17].
Asimismo, los científicos musulmanes hablaron sobre las formas naturales de los metales, tanto como lo que toca a sus características de cambio físico debido a factores exteriores; ya que mencionaron que algunos metales toman formas geométricas naturales especiales que el hombre no tiene nada que ver con su formación. Quizá esto sea una indicación a lo que hoy en día llamamos cristalografía. Pues, Al Birûni describió algunos metales tratando la coherencia en sus superficies y el geometrismo de sus formas. Pues, dice expresando eso: que las formas de los diamantes son espontáneas, poligonales cónicas, y algunos de ellos son triangulares compuestos como las formas conocidas como ígneas, con bases adyacentes y otros de ellos son de forma doble pirámide.
En cuanto a las rocas; los científicos musulmanes hablaron sobre su origen y cómo se forman del agua (las rocas sedimentarias) o del fuego (las rocas ígneas); también, hallaron los pesos específicos de una gran cantidad de piedras y metales distinguidos por la precisión infinita. Además, respecto a las ciencias de la tierra, se enfocaron en la topografía, la naturaleza de la Tierra, la geología del agua, la paleontología y la meteorología, la cual es la relación científica entre la geología y la climatología[18].
LOS MARES Y LAS MAREAS:
Los científicos musulmanes estudiaron la geología de los mares y de los ríos en sus libros geográficos más que otros campos; ya que especificaron en ellos (es decir, sus libros geográficos) capítulos donde mencionaron los nombres de los mares, sus ubicaciones y los países a los cuales tienen vista. También hablaron sobre lugares de la tierra que eran mares o ríos, y otros lugares sumergidos bajo los mares que anteriormente estaban ocupados por habitantes. Así mismo, escribieron muchos libros sobre la navegación y el fenómeno de las mareas del cual dependían los capitanes de los barcos en sus viajes marítimos y fluviales. De entre los científicos que tenían opiniones únicas al respecto, destacan: Al Kindi, Al Mas‘ûdi, AlBirûni, Al Idrîsi, Al Maqdisi y otros.
Teniendo en cuenta que casi ninguno de los libros que mencionaron los países o los territorios descuidó mencionar los mares y los ríos. Pues, Al Mas‘ûdi, en su libro (Ajbâr Az-Zamân), habló detalladamente sobre la formación de los mares, sus causas y las opiniones de sus precedentes al respecto. También mencionó en su libro (Murûy Adh-Dhahab) una serie de discusiones geológicas donde incluyó el habla sobre los mares, los ríos y las mareas. Además, mencionó un capítulo entero sobre los mares, el cual llamó (Dhikr Al Ajbâr ‘An Intiqâl Al Bihâr)[19]. También Al Maqdisi mencionó las dimensiones de estos mares, las islas más importantes en los mismos y las zonas de peligro tanto como el fenómeno de las mareas intentando explicarlo[20].
Los musulmanes se enteraron de la gran extensión de las superficies acuáticas y su gran volumen en comparación con la tierra. También supieron que los diferentes accidentes geográficos impiden que el agua tape la superficie de la tierra. Yâqût AlHamaui dijo al respecto: “Sin los accidentes geográficos, el agua la habría rodeado y sumergido [La tierra] de todos lados, hasta que no habría aparecido nada de ella”. En cuanto a la distribución porcentual de la tierra al agua; fue mencionada claramente por Abu AlFidâ’ en su libro ‘Taquîm Al Buldân’, que el porcentaje que el agua cubre de la superficie de la Tierra, alcanza el 75% de ella, ya que la cantidad aparente de la tierra alcanza el cuarto de su total, mientras que los otros tres cuartos son sumergidos bajo los mares[21].
LOS ACCIDENTES GEOGRÁFICOS:
Los científicos musulmanes estudiaron la geomorfología con sus ambos lados: teórico y práctico. Y llegaron a resultados que coinciden plenamente con la ciencia moderna; de eso, el efecto del factor del tiempo en los procesos geomorfológicos, el efecto de las dos circulaciones: de las rocas y astronómica, en el intercambio de la tierra y el agua, también el efecto del agua, del viento y del clima en la erosión. Al Birûni se considera el mejor que estudió este lado. Eso aparece en su explicación de cómo se forma una llanura en India. “Ya que en el lugar de esta llanura, había una cuenca marina llena de depósitos hasta que la convirtió en una llanura”. Además, notó los depósitos fluviales, sobre todo cada vez que el río esté más cerca de la desembocadura; ya que los depósitos son grandes en la fuente, al principio del río, y empiezan a ser más pequeñas y suaves cada vez que se acercan a la desembocadura. “Ya que las piedras son grandes cerca de las montañas y donde el agua del río corre fuerte, mientras que son más pequeñas lejos de las montañas y donde el agua corre menos fuerte. Después, se convierten en arena cerca del estancamiento del río y cerca del mar. Así que la tierra era un mar en los tiempos antiguos, y luego se comprimió con las cargas de las inundaciones”[22].
No obstante, las opiniones de Avicena en la geomorfología se consideran las más cercanas a las teorías modernas en este campo; pues, por ejemplo, él atribuye la formación de algunas montañas a dos motivos: espontáneo (directo) y accidental (indirecto). El espontáneo: es cuando los terremotos fuertes impulsan áreas de la Tierra, formando directamente montículos o colinas. En cuanto al motivo accidental; sucede cuando los huracanados o las corrientes rápidas de agua erosionan partes de la tierra fuera de otras partes vecinas, por lo tanto, dichas zonas bajan debido a los factores de la erosión, mientras que las zonas vecinas siguen altas. Después, las inundaciones van profundizando sus corrientes hasta llegar a un nivel muy profundo, mientras que las zonas vecinas siguen de gran altura[23].
LA METEOROLOGÍA:
Los científicos musulmanes abarcaron asuntos importantes de esta ciencia que la llamaron (La ciencia de los mayores efectos -de las condiciones climáticas). Esta ciencia estudia el clima y sus fenómenos, la temperatura, la densidad, el viento y las nubes. La cual se llama la Meteorología (las observaciones atmosféricas). Los lingüísticos adelantaron a los científicos en cuanto a mencionar mucho de los términos de esta ciencia. De eso, que dividieron las temperaturas bajas en: fría, helada, escarchada y congelada. Y dividieron las temperaturas altas en: calor, ardor, temperatura alta y temperatura media. En cuanto al viento; lo dividieron según las direcciones de las cuales se provoca o según sus cualidades. Ya que hay viento norte, Ash-Shammâl, o Ash-Shamîah que sopla del norte y At-Taiammun el cual sopla del sur, As-Sabâ que sopla del este, Ad-Dabûr que sopla por detrás de la Ka‘bah, el viento noreste “As-Sabâbiah”, el viento sureste “Al Aziab”, el viento suroeste “Ad-Dâyin” y el viento noroeste “Al Yrîabâ’”. Sin embargo, el viento caliente lo llamaron el viento de As-Samûm mientras que el frío lo llamaron As-Sarsar, el viento llovioso Al Ma‘sarah y el que no llueve Al ‘Aqîm.
También nombraron las nubes con nombres que indican sus partes y sus etapas de formación; de eso: (Al Gamâm) las nubes oscuras lloviosas, (Al Muzn) las nubes blancas lloviosas, As-Sahâb, Al ‘Ârid, Ad-Dîmah y Ar-Rabâb. En cuanto a las partes de las nubes; llamaron la parte inferior de la nube Al Haidab, la parte que viene por encima Al Kifâf, la parte mediana de la nube Ar-Rahâ, la parte lejana es Al Jindhîdh y la parte superior se llama Al Bauâsiq. Asimismo, al agua que cae del cielo o se junta por el acto de la baja temperatura tiene varios nombres; de los cuales: gota, rocío, As-Sadâ (rocío nocturno), niebla, lluvia, llovizna, lluvia fluyente y lluvia torrencial. Todos estos asuntos, fueron estudiados cuidadosamente por Avicena y los Hermanos de la Pureza[24].
LOS FÓSILES:
Algunos científicos musulmanes estudiaron la ciencia de los fósiles al estudiar la edad de la Tierra, y al explicar que zonas del mar se convirtieron en tierra, Al Birûni dijo en su libro (Tahdîd Nihâiât Al Amâkin Litas-hîh Masâfât Al Masâkin): que la Península Arábiga se encontraba bajo agua, luego el agua se retiró a lo largo de las eras geológicas, y que quien excave una cuenca o un pozo, encontrará piedras que si se rompen sacarán conchas y caracoles. “Pues, el desierto árabe era un mar y después se redujo. Así que al excavar pozos o cuencas ahí, aparecen capas de polvo, arena y grava. Aparte de cerámica, vidrio y huesos que no podrían haber sido enterrados deliberadamente por nadie. Sino que se encuentran piedras que si se rompen sacarán conchas, caracoles y lo que se llamaba entonces orejas de peces; o bien manteniendo su estado o bien casi desaparecidas dejando sus rasgos en forma de fósiles”[25]. Aquí, Al Birûni refiere a los restos fósiles, los cuales son restos orgánicos enteros o sus impresiones que se encuentran dentro de las piedras, y argumentando eso diciendo, que algunas áreas eran sumergidas bajo agua y después se convirtieron en tierra.
No obstante, Avicena tenía una opinión parecida a la de Al Birûni en cuanto a que la existencia de fósiles acuáticos de animales en una superficie de terreno, es una prueba de que aquella zona estaba llena de agua en alguna época antigua. Pues, dijo en el libro (Ash-Shifâ’): “Parece que esta superficie de tierra en la antigüedad estaba desocupada; más bien, estaba sumergida bajo los mares, pero se petrificó tras haber sido descubierta gradualmente -en periodos de tiempo que la historia no puede determinarlos-; podía ser petrificada bajo el agua debido a la presión del calor en el mar. Pero lo más racionable es que esto ocurrió después de haber sido descubierta, y su barro espeso la ayudó a la petrificación, aparte de la existencia de muchas rocas, incluso si se rompían los animales del mar, las conchas y otras cosas”[26].
Y agregó: “Si es cierto que algunos animales y plantas fueron petrificados, la razón entonces es una fuerza metálica de fosilización que tiene lugar en algunos lugares del mar o por la separación de una parcela de la tierra durante los terremotos y los derrumbes de modo que fosiliza cualquier cosa en su camino”[27].
Esto es la punta del iceberg de lo que los científicos musulmanes trataron en sus libros y composiciones sobre la geología, lo cual demuestra su superioridad y liderazgo, y que los científicos musulmanes son los fundadores de la geología, encabezados por Avicena, Al Birûni y Al Kindi. También que la geología moderna es una mera continuación de lo que los científicos musulmanes presentaron anteriormente en este campo.
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[1] [Corán 35:27].
[2] [Corán 57:25].
[3] [Corán 7:10].
[4]Consulte: ‘Ali ‘Abdul-lâh Ad-Difâ‘, Rauâ’i‘ Al Hadârah Al ‘Arabiah Al Islâmiah Fi Al ‘Ulûm, pág. 291.
[5]Alfairûz Abâdi: Es Abu Tâhir Muhammad ibn Ya‘qûb ibn Muhammad (729-817 de la Hégira / 1329-1415 d.C.). Era de los Imames de la lengua y de la literatura. Nació en una aldea de Shiraz y falleció en Zabid en Yemen. De sus libros más famosos: (Al Qâmûs Al Muhît), Consulte: Al Isfahâni, Shadharât Adh-Dhahab 7/126.
[6]Ibn Sidah: Es Abu Al Hasan ‘Ali ibn Ismâ‘il (398-458 de la Hégira / 1007-1066 d.C.). Era experto en la lengua y en la literatura. Era ciego. Nació en Murcia en Al-Ándalus y falleció en Denia en Al-Ándalus. De sus libros: Al Mujassas. Consulte: Ibn Jal-likân, Uafiât Al A‘iân 3/330-331.
[7]Al Maqdisi: Es Abu ‘Abdul-lâh Muhammad ibn Ahmad ibn Abi Bakr Al Bannâ’ (Falleció en 380 de la Hégira /990 d.C.). Era un comerciante que conocía bien las condiciones de los Estados, y eso debido a la multitud de sus viajes. Después se especializó en este tipo de ciencia. Así que viajó por la mayoría de los Estados islámicos y escribió su libro (Ahsan At-Taqâsîm Fi Ma‘rifat Al Aqâlîm). Consulte: Az-ZarkAli, Al A‘lâm 5/312.
[8] Al Qazuîni: Es Zakaria ibn Muhammad ibn Mahmûd (605-682 de la Hégira / 1208-1283 d.C.), historiador, geógrafo y Juez. Escribió libros, de los cuales: (Âzâr Al Bilâd Ua Ajbâr Al ‘Ibâd) y (‘Ayâ’ib Al Majlûqât). Consulte: Adh-Dhahabi, Tadhkirat Al Huffâdh 2/22 y Az-Zarkali, Al A‘lâm 3/46.
[9] la Meteorología: La ciencia de la relación entre la Tierra y la atmósfera.
[10] An-Nûairi: Es Abu Al ‘Abbâs Ahmad ibn ‘Abdul Wahhâb ibn Ahmad Al Bakri (677-733 de la Hégira / 1278-1333 d.C.). Científico, investigador y de mucho conocimiento. Pertenece a un pueblo llamado Nûairah (de los pueblos de Beni Suef en Egipto). Nació y creció en Gesa (Qus). De sus libros más famosos: (Nihâyat Al Irb Fi Funûn Al Adab). Consulte: Ibn Hayar, Ad-Durar Al Kâminah 1/231.
[11] Es la ciencia de los fenómenos de la atmósfera.
[12]Consulte: ‘Ali ‘Abdul-lâh Ad-Difâ‘, Rauâ’i‘ Al Hadârah Al ‘Arabiah Al Islâmiah Fi Al ‘Ulûm, pág. 291.
[13]Consulte: Muhammad As-Sâdiq ‘Afîfi, Tataûr Al Fikr Al ‘Ilmi ‘Ind Al Muslimîn, pág. 264 y ‘Ali ‘Abdul-lâh Ad-Difâ‘, Rauâ’i‘ Al Hadârah Al ‘Arabiah Al Islâmiah Fi Al ‘Ulûm, pág. 314.
[14] Los Hermanos de la Pureza, Rasâ’il Ijuân As-Safâ (2/97), Dar Sader, Beirut.
[15] ‘Atârid ibn Muhammad: Es Atârid ibn Muhammad Al Bâbili Al Bagdâdi (Falleció en 206 de la Hégira / 821 d.C.). Matemático y astrónomo. Era un noble científico. Tiene varios libros, de los cuales: “Al ‘Amal Bi Al Isturlâb) y (Tarkîb Al Aflâk). Consulte: Ibn An-Nadîm, Al Fihrist, pág. 336.
[16] Véase: Muhammad As-Sâdiq ‘Afîfi, Tataûr Al Fikr Al ‘Ilmi ‘Ind Al Muslimîn, pág 261.
[17] Ibídem, pág. 263.
[18]Consulte: ‘Ali ibn ‘Abdul-lâh Ad-Difâ‘, Rauâ’i‘ Al Hadârah Al ‘Arabiah Al Islâmiah, pág. 294, 295.
[19] Ibn An-Nadîm, Al Fihrist, pág. 219.
[20] ‘Ali ibn ‘Abdul-lâh Ad-Difâ‘, Rauâ’i‘ Al Hadârah Al ‘Arabiah Al Islâmiah, pág. 310.
[21] Ibídem, pág. 322-324.
[22] Al Birûni, Tahqîq Ma Lil Hind, pág. 80.
[23] Ibídem.
[24] Consulte por ejemplo: Risâlat Al Âzâr Al ‘Uluiah Min Rasâi’l Ijuân As-Safâ, Dar Sader, Beirut, 2/62 y lo posterior.
[25]Al Birûni, Tahdîd Nihâiât Al Amâkin Litashîh Masâfât Al Masâkin, citado por el orientalista Krenkow en su carpeta conmemorativa: 204 de un manuscrito de la biblioteca de la mezquita de Al Fâtih en Estambul.
[26] Consulte: Muhammad As-Sâdiq Afifi, Tataûr Al Fikr Al ‘Ilmi ‘Ind Al Muslimîn, pág. 263.
[27] Ibídem, pág. 265.
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