Short Description
Los Kuttab constituyen una de las instituciones educativas más antiguas de la historia musulmana. Incluso se dice que los árabes ya habían instituido este tipo de Kuttab antes de la llegada del Islam, pero a una escala muy limitada. ¿Cómo fueron estos Kuttab?...
LOS KUTTAB – Parte 1
Los Kuttab constituyen una de las instituciones educativas más antiguas de la historia musulmana. Incluso se dice que los árabes ya habían instituido este tipo de Kuttab antes de la llegada del Islam, pero a una escala muy limitada. La importancia que tuvo este tipo de Kuttab en los primeros siglos después de la Hégira del Profeta (sal-lal-lâh ‘alaihi wa sal-lam) fue extraordinaria, pues era considerada como una preparación para iniciar estudios superiores. “En la actualidad, esos Kuttab equivaldrían a la escuela primaria. Estaban muy extendidos, Ibn Hauqal[1] llegó a contabilizar hasta 300 Kuttab en una sola ciudad de Sicilia.”[2]
El principal objetivo de estos Kuttab era enseñar a los niños musulmanes a leer y escribir, y a memorizar el Noble Corán. El Profeta (sal-lal-lâh ‘alaihi wa sal-lam) se había preocupado mucho por enseñar a los niños y los jóvenes. Al finalizar la batalla (Ghazwat) de Badr, el Profeta (sal-lal-lâh ‘alaihi wa sal-lam) ordenó a cada uno de los cautivos –de entre los idólatras– que enseñara a escribir a ‘diez niños musulmanes a cambio de que se le dejara marchar libre. Ese día aprendió a escribir Zaid ibn Zabet que estaba en un grupo de los niños de los Ansares.’[3]
En estos Kuttab, se enseñaba a los niños a respetar la lengua árabe, especialmente si lo que estaban escribiendo en sus tablas eran aleyas del Noble Corán o Hadices del Profeta (sal-lal-lâh ‘alaihi wa sal-lam). En cierta ocasión, preguntaron a Anas Ibn Malik (que Al-lâh Esté complacido con él) -muerto año 93 de la Hégira-, un noble compañero del Profeta (sal-lal-lâh ‘alaihi wa sal-lam): “¿Cómo eran los educadores en la época de los primeros imames: Abu Bakr, Omar, ‘Ozman y ‘Ali (que Al-lâh Esté complacido con él)?”. Anas (que Al-lâh Esté complacido con él) contestó: “El educador tenía un recipiente. Cada niño traía diariamente por su cuenta –según su orden– agua pura y, al llegar a la escuela, la echaba en el recipiente. Después, utilizaban esa agua para borrar lo que habían escrito en sus tablas”. Luego añadió: “Después, hacían un agujero en la tierra y echaban dentro el agua residual para que se secara”. Le dije: “¿Se lamían los pies y las manos (o sea la tinta que quedaba en ellos)?”. Dijo: “Buena parte de ella. No borraban con los pies, sino con una especie de pañuelo o cosas por el estilo”. Luego le pregunté: “¿Qué me puedes decir sobre los asuntos que escribían los niños en los Kuttab?”. Dijo: “Cualquier asunto que estuviera relacionado con el Recuerdo de Al-lâh no lo borraban con los pies, pero podían hacerlo si se trataba de cualquier otra cosa (fuera del Corán)”.[4]
Esta extraordinaria descripción es la mejor expresión del respeto que contenían las almas de aquellos niños hacia las letras árabes cuando las utilizaban para escribir la inspiración divina y cómo escogían el agua pura para borrarlas y, después, hacían un agujero en el suelo y echaban dentro el agua residual para que se secara.[5]
Un buen número de educadores de estos Kuttab fueron muy conocidos y sus voces se divulgaron por doquier. Uno de ellos fue Al Hayyay ibn Yûsuf Az-Zaqafi[6]. Enseñaba a los niños y ellos le daban un pan a cambio[7]. También se sabe que Ad-Dahhâq Ibn Muzâhim, que era educador de niños en uno de los Kuttab del Kufa (en Irak), enseñaba a tres mil niños.[8]
Yâqût Al Hamawi[9] narró en su Mu’yam Al Udabâ’ que el Kuttab de Abu Al Qasim Al Balji tenía tres mil alumnos, que era una escuela muy amplia, con capacidad para acoger a ese gran número de niños, por lo que Al Balji se vio obligado a montar en un burro para ir controlando a todos los niños de la escuela.[10]
Muchos de los grandes sabios y eruditos islámicos aprendieron en esos Kuttab en su infancia. El Imam Ash-Shafi’i explicó que había pasado su etapa infantil en uno de estos Kuttab, diciendo: “Era huérfano y estaba junto a mi madre, quien me animó a entrar en los Kuttab. Una vez hube memorizado el Noble Corán allí, pasé a la mezquita, donde aprendí de los sabios”. [11]
En la tierra de Sham (actualmente Líbano, Palestina, Siria) estas escuelas aparecieron justo después de su conquista por parte de los musulmanes, y allí aprendían los hijos de los conquistadores. Adham Ibn Muhriz Al Bahili Al Homsi[12] dijo: “Yo fui el primer bebé que nació en Homs –es decir, el primer bebé musulmán- y el primer niño que llevó una lámina en la que se escribía el Corán, y yo iba a los kuttab para aprender el Libro –es decir el Corán”.[13] Otro que aprendió en los kuttab de Sham de niño fue Iliâs Ibn Mu‘awiah Al Mazni, el famoso juez de Basora[14].
Los padres tenían mucho empeño en que sus hijos fueran a aprender de la mano de los mejores profesores, aquellos que tenían más experiencia en la enseñanza infantil, entre los cuales hallamos: Al Muslim Ibn Al Hussein Ibn Al Hasan Abu Al Ganâ’im (m. 544 de la Hégira), de quien Ibn ‘Asâkir dijo: “Se concentró en la educación de los niños y dejó una huella muy positiva en ese campo, lo que le hizo ganarse un nombre por su habilidad en la enseñanza y su destreza en el cálculo, así que tuvo muchos clientes.[15]
Los emires y los califas respetaban a los profesores y educadores, y aceptaban sus opiniones como muestra de respeto hacia ellos, por eso disfrutaban del leal respeto de toda la gente. Harûn Ar-Rashîd mandó llamar a Malik Ibn Anas (que Al-lâh Esté complacido con él) para que sus hijos, Al Amîn y Al Ma’mûn aprendieran de él, pero éste lo rechazó diciendo: “El conocimiento no viene, hay que ir a buscarlo”. Entonces, le envió una misiva diciéndole: “Los envío a dónde estás para que aprendan junto a tus compañeros”. Malik contestó: “con una condición: que no se adelanten para ponerse delante de nadie, sino que se sienten en el lugar disponible.” De hecho, asistieron con esa condición”.[16]
Las habilidades de algunos de estos profesores y educadores les permitieron incluso ascender de rango y acceder a funciones estatales, como la de ministro. Un ejemplo lo tenemos en Ismâ‘îl Ibn ‘Abd Al Hamîd, que se dedicaba a enseñar a los niños y más tarde las circunstancias lo llevaron a ser ministro de Marawân Ibn Muhammad.[17] Otro ejemplo lo tenemos en Al Huyyay Ibn Yûsuf Az-Zaqafi que accedió al puesto de jefe de ministros de ‘Abd Al Malik Ibn Marawân.
Muchos de estos profesores cobraban un sueldo por enseñar a los niños, sin embargo encontramos un caso sorprendente: Abu ‘Abdul-lâh At-tâudi (m. 580 de la Hégira), de Fez, en Marruecos, quien se dedicaba a la enseñanza de los niños y tomaba los honorarios de los niños ricos y... ¡se los devolvía a los niños pobres![18]
El horario escolar dependía de la luz solar, de modo que las clases empezaban con la salida del sol y se acababan cuando sonaba el rezo de Al ‘Asr.[19]
Los niños aprendían en las mezquitas, pero como esto no se hacía de forma ordenada, cuando la agitación se volvió insoportable a causa del ruido que hacían los niños, en el año 483 de la Hégira “Se pidió una Fatua que prohibía a los profesores de niños que llevaran a los niños a la mezquita, con el fin de protegerla. Y de hecho, se emitió una Fatua que prohibía esto...” [20]
[1] Ibn Hauqal: Es Abu Al Qasim Muhammad ibn Hauqal, viajero, historiador y geógrafo [murió 350 de la Hégira]. De entre sus libros más destacados está el libro en el cual presentó unos comentarios y correcciones sobre el libro “Al Masâlik ual Mamâlik escrito por Al Astarji”, consulte Az-Zarkali, Al A‘lâm 6/ 111.
[2]Mustafa As-Sibâ‘i, Min Rauâi‘ Hadâratana, pág. 100.
[3]As-Suhaili, Ar-Raud Al Unuf.
[4]Ibn Sahnûn, Âdâb Al Mu‘alimin.
[5]Akram Al ‘Umri, ‘Asr Al Jilâfah Ar-Rashîdah pág. 281.
[6]Al Hayyay ibn Yûsuf Az-Zaqafi: Es Abu Muhammad Al Hayyay ibn Yûsuf ibn Al Hakam Az-Zaqafi [40 - 95 de la Hégira – 660-714 d.C.], era un astuto líder y predicador. Abd Al Malik le encargó el califato de La Meca, Medina y Taif, más tarde Irak. Nació en Taif, y murió en Wasit [una ciudad entre Kufa y Basora]. consulte As-Safdi, Al Uâfi bi Al Uafiât, y Az-Zarkali, Al A‘lâm 2/168.
[7]Ibn Jal-likân, Uafiât Al A‘iân.
[8]Adh-dhahabi, Al ‘ibar 1/94.
[9]Yâqût Al Hamaui: Es Abu ‘Abdul-lâh Shihâb Ad-Din Yâqût ibn ‘Abdul-lâh Ar-Rûmi [574-626 de la Hégira / 1178-1229 d.C.] un historiador digno de confianza, y uno de los líderes geográficos. De entre sus obras famosas se encuentran (Mu‘yam Al Bildân) (’Irshâd Al Arib). Consulte: Ibn Jal-likân, Uafiât Al A‘iân.
[10]Yâqût Al Hamaui, Mu’yam Al Udabâ’.
[11]Ibn ‘Abd Al Bar,Yami‘ Baian Al ‘Ilm ua Fadluh.
[12]Adham Ibn Muhriz: Es Adham Ibn Muhriz Ibn Asiad Al Bâhili (aprox. 100 de la Hégira/718 d.C). Es un Tabi’í (seguidor de los compañeros del Profeta (sal-lal-lâh ‘alaihi wa sal-lam)), jinete e importante dirigente del ejército, también era poeta procedente de Homs. Era el mejor jinete de Sham en su época. Ver Az-Zirkli, Al A‘lam, 1/282.
[13] Ibn Badrân, Tahdhib Tarij Dimashq al kabir de Ibn ‘Asâkir, 2/367.
[14] Ibn Badrân, ver nota anterior, 3/180.
[15]Ibn ‘Asâkir, Tarij Madinat Dimashq, 58/74.
[16] Ibn ‘Asâkir, idem, 8/269.
[17] Ibn Kazír, Al Bidâiah ua An-nihaiah, 10/60.
[18]Abu Al ‘Abbâs An-Nasiri, Al Istiqsâ li Ajbar Dûal al Magrib Al Aqsâ, 2/210.
[19] Hasan ‘Abd Al ‘Âl, At-tarbiah al Islamiah fi Al Qarn Ar-râbi‘ Al Hiyri, pág.185.
[20]Ibn Kazír, Al Bidâiah ua An-Nihâiah, 12/168.
Comentarios
Envíe su comentario