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Los árabes conocieron la ciencia de la literatura antes de la era islámica. Sin embargo, si es posible seguir la pista de la literatura latina y persa, no es posible seguir la pista de la literatura árabe; ya que es más antigua que los textos que nos llegaron.
Los árabes conocieron la ciencia de la literatura antes de la era islámica. Sin embargo, si es posible seguir la pista de la literatura latina y persa, no es posible seguir la pista de la literatura árabe; ya que es más antigua que los textos que nos llegaron. A pesar de que los musulmanes recibieron de los griegos muchas ciencias, no recibieron nada importante de su literatura pese a la magnificencia de la literatura griega. Tampoco la literatura árabe se afectó por el toque griego, aunque consultaron algunos libros de la literatura griega como el libro de poesía de Aristóteles, la Ilíada y la Odisea – las dos épicas griegas conocidas-; sino que al revés, la literatura árabe tenía su efecto en las literaturas europeas -como veremos en su lugar correspondiente- que se derivaron de las dos literaturas griegas y latinas. Sin duda, la literatura expresa el espíritu de la nación; de modo que la literatura árabe es también el corazón del espíritu árabe e islámico[1].
Los especialistas definen la ciencia de la literatura como: saber lo que hace evitar todo tipo de error en el habla de los árabes tanto en lo verbal como en lo escrito. El objetivo de esta ciencia, es el manejo perfecto en los dos campos: la prosa y la poesía, aparte de afinar la mente y purificar el alma[2]. Ibn Jaldûn dijo: “Y su objetivo para los lingüísticos, es su fruto, es decir: el buen manejo de la poesía y la prosa según los estilos y las tendencias de los árabes”[3].
El origen de la palabra “literatura” es desconocido, tanto como su desarrollo durante la época islámica; porque los árabes cambiaron su método de vida a causa de su comunicación con los países conquistados que tenían literaturas precedentes, y también por la difusión del Islam entre los pueblos de dichos países. Así que la palabra literatura al comienzo de la era islámica, tenía un sentido religioso que indicaba la Sunna, luego llegó a indicar el estilo ejecutado en cualquier obra, después indicó la cultura pública y aprender de cada conocimiento una parte, y finalmente el sentido se redujo -generalmente- al buen manejo de los dos artes: la poesía y la prosa[4].
En cuanto a la poesía; es el habla con la misma rima. Y debido a la antigüedad de la poesía para los árabes, se consideró de sus conocimientos más grandiosos. Sin embargo, nos llegó de la Yâhiliah [época pre-islámica] con sus reglas ponderadas, ordenada por los árabes en varios tipos que después fueron nombrados por: Rayz, Qarîd, Maqbûd y Mabsût. Además, en la Yâhiliah los árabes celebraban para sus poesías los mercados en fechas concretas, donde se reunían los grandiosos para recitar sus poemas, de modo que quien sobresalía entre ellos, su poema se colgaba en los rincones de la Ka‘bah nombrándolo Mu‘al-laqa (Colgado).
También, los temas de la poesía árabe se varían; de los cuales: el orgullo, el elogio, la sátira, la elegía, la descripción y la galantería. Sin embargo, el más destacado es: la ufanía, la cual significa enorgullecerse por el fanatismo y por el tribalismo en cuanto a la descendencia y el linaje. En las fuentes árabes, hay muchos ejemplos al respecto que tuvieron lugar en la era de la Yâhilîah entre los poetas de las tribus; lo que conducía a las guerras y el derrame de sangre. Hasta que el Islam llegó y prohibió las jactancias odiosas. De los poetas de los árabes más famosos en la era de la Yâhiliah, están: Muhalhal, Imru’ Al Qais, An-Nâbigah Al Dhibiâni, Zuhair ibn Abi Sulma, ‘Antarah ibn Shaddâd, Tarafah ibn Al ‘Abd, ‘Alqamah Al Fahl, Al A‘shâ y Lubaid ibn Rabî‘ah, también había poetas mujeres famosas como: Hind y Al Jansâ’[5].
Con la llegada del Islam que prohibió ufanarse por el fanatismo y por el tribalismo, que eran los temas más importantes de la poesía árabe, y que condujeron a la separación entre los árabes y la guerra entre sí, hizo que la poesía tuviera otro curso nuevo; ya que le dedicó una mirada equilibrada, de modo que criticó a los poetas hipócritas y ensalzó a los sinceros, pues Al-lâh Dice [traducción del significado]: {Y sólo los descarriados siguen a los poetas [que recitan poemas paganos]. ¿Acaso no ves [¡Oh, Muhammad!] cómo ellos [los poetas] en sus lugares de reunión divagan y dicen lo que no hacen? Excepto los creyentes de entre ellos que obran correctamente, mencionan mucho a Al-lâh [en sus poesías], y responden con ellas a los agravios [de los poetas incrédulos]. Y ya verán quienes hayan sido inicuos cuál será su destino.}[6]. También Ubai ibn Ka‘b (que Al-lâh Éste complacido con él ) narró que el Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) dijo: “Hay sabiduría en la poesía.”[7].
Ibn ‘Abbâs (que Al-lâh Éste complacido con ellos) dijo: “En caso de no encontrar algo en el Corán, se puede buscarlo en la poesía; ya que es el registro de los árabes”[8].
Sin embargo, los poetas apoyaron la Da‘wah [llamado al camino de Al-lâh] islámica, participaron en las batallas de la liberación y de las conquistas, ensalzaron al Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) y a los Compañeros (que Al-lâh Éste complacido con ellos), incitaron a los combatientes al Yihâd [lucha por la causa de Al-lâh] y al martirio y compadecieron a los mártires Muyahidun [Pl. de Muyâhid, luchador por la causa de Al-lâh]. Y de los poetas más famosos en la primera época del Islam, destacan: Ka‘b ibn Zuhair (falleció en 26 de la Hégira/645 d.C.), el Autor de Al Burdah (El vestido), Abu Dhu’aib Al Hudhali (falleció cerca del año 27 de la Hégira / 648 d.C.) y Hassân ibn Zâbit (falleció en 54 de la Hégira / 674 d.C.).
En la era omeya, los objetivos de la poesía se desarrollaron y se le introdujeron nuevas artes relacionadas con la creencia islámica a través del interés de los califas y los gobernadores en la poesía por un lado, el desarrollo de la vida social por otro y la aparición de los partidos políticos por un tercer lado. Así, la poesía logró una alta posición en aquella época; y eso por el cuido del Estado y de sus príncipes por su necesidad a la misma y por su fuerte efecto en el público. Pues, los omeyas lo convirtieron en un medio para publicar sus logros, apoyar sus reinos y difamar a los líderes de sus rivales, sobre todo los chiítas, Jauâriy y Zubairiûn. De los poetas omeyas más destacados: A‘sha Rabî‘ah ‘Abdul-lâh ibn Jâriyah (falleció cerca del año 100 de la Hégira / 718 d.C.), ‘Adi ibn Ar-Raqâ‘ (falleció en 95 de la Hégira / 714 d.C.) y Shâ‘ir Al Ualîd ibn ‘Abdul Malik. De los poetas omeyas iraquíes grandes quienes vivieron entre los omeyas: Yarîr (falleció en 110 de la Hégira / 728 d.C.), Al Farazdaq (falleció en 110 de la Hégira / 728 d.C.) y Al Ajtal (falleció en 90 de la Hégira / 708 d.C.). De los poetas chiitas pertinentes a los partidos opuestos a los omeyas que destacaron, están: Abu Al Asuad Ad-Du’ali (falleció en 69 de la Hégira) y Al Kumait ibn Zaid (falleció en 126 de la Hégira). De los poetas de los Jauâriy: At-Tirimmâh ibn Hakîm (falleció en 100 de la Hégira), y del partido de los Zubairiûn: Ibn Qais Ar-Ruqaiiât (falleció en 75 de la Hégira). También en esta época, aparecieron los poetas de la galantería con sus dos tipos: platónico y explícito. El platónico era distinguido por la simplicidad, honestidad y sobriedad. Y destacaron en este tipo: Yamîl Buzainah (falleció en 82 de la Hégira) y Laila Al Ajîliah (falleció en 75 de la Hégira). En cuanto al explícito; de sus poetas famosos: Omar ibn Abi Rabî‘ah (falleció en 93 de la Hégira[9].
Sin embargo, la era abasí pasó por una revolución inmensa en la poesía –sea en la cantidad y el tipo- en cuanto a los temas, los significados, los estilos y los términos. También aparecieron tipos que no existían anteriormente mientras que otros desaparecieron. Ya que se debilitó la poesía política, entusiástica y de galantería platónica, mientras que la poesía de elogio y elegía se fortaleció, y la de sabiduría se aumentó; de modo que apareció la poesía ascética, sufí, filosófica, educativa y narrativa.
Además, los poetas posteriores exageraron en utilizar varios tipos de paronomasia y antítesis, y dedicaron mucha importancia al embellecimiento de las palabras. Así pues, prosperó el movimiento poético y literario debido al proceso de la mezcla entre las sociedades y los factores diferentes, el traslado de las culturas extranjeras a través de la traducción, y la cristalización de las disputas políticas e ideológicas entre las sectas islámicas entre sí por un lado y con otros por otro lado. Aparte de la animación de los califas y de los gobernadores a los poetas en Bagdad y en las otras ciudades. Teniendo en cuenta que sobresalieron en el cielo de la literatura abasí poetas grandiosos como: Bash-Shâr ibn Burd (falleció en 168 de la Hégira), Abu Naûâs (falleció en 198 de la Hégira), Abu Tammâm Habîb ibn Aus At-Tâ’i (falleció en 228 de la Hégira), Al Buhturi (falleció en 284 de la Hégira), Ibn Ar-Rûmi (falleció en 283 de la Hégira), Abu At-Taib Al Mutanabbi (falleció en 354 de la Hégira) Abu Firâs Al Hamadâni (falleció en 357 de la Hégira) y Abu Al A‘lâ‘ Al Ma‘arri (falleció en 449 de la Hégira[10].
En Al-Ándalus, los poetas andalusíes innovaron la moaxaja, la desarrollaron y fueron creativos en sus estilos. Así que ésta fue un paso grande en la evolución de (la forma de) la poesía árabe; ya que dio al poeta la libertad de manejar la rima y la métrica. De los resultados de la extensión de la moaxaja, el renacimiento del zéjel popular. Ibn Jaldûn dijo: “Y en cuanto a la gente de Al-Ándalus; cuando la poesía se incrementó en su Estado, tuvo sus métodos y composición elegante y la estilización llegó a la cumbre, los posteriores innovaron un arte de la misma llamado la moaxaja”[11]. De los poetas más famosos de Al-Ándalus: Ibn Zaidûn (falleció en 463 de la Hégira), y el rey de Sevilla Al Mu‘tamid ibn ‘Abbâd (falleció en 488 de la Hégira).
En cuanto a la prosa; Es el habla sin métrica. No era de menos riqueza y fertilidad que la poesía. Sin embargo, la prosa comenzó al principio de la era islámica simple y directa, de frase corta y de varias formas: mensajes, sermones, Hadîces, proverbios y cuentos. Con el desarrollo de la vida social y de la mentalidad, se desarrolló la prosa también y se variaron sus temas y sus artes. De modo que el arte de escribir apareció y llegó a la cumbre en la era omeya. De los primeros y grandes escritores: ‘Abdul Hamîd Al Kâtib (falleció en 132 de la Hégira), quien mencionó las condiciones del arte de escribir en sus mensajes famosos que dirigió a los escritores, hasta que se dijo: “La escritura comenzó por ‘Abdul Hamîd y terminó por Ibn Al ‘Amîd”.
El arte de escribir prosperó en la era abasí, y de quienes se volvieron famosos en este arte: Al Yâhidh (falleció en 255 de la Hégira), quien desarrolló la prosa sin rima, amplificó sus ámbitos y se volvió su líder. También Ibn Al Muqaffa‘ (falleció en 142 de la Hégira). Así que la prosa alcanzó su cumbre en el siglo IV después de la Hégira. También Abu Haîân At-Tauhîdi (falleció cerca del año 400 de la Hégira) llegó a ser famoso por la prosa con rima, tanto como Ibn Al ‘Amîd (falleció en 366 de la Hégira) y otros. Después, la prosa fue dominada por una ola de decoración verbal y exageración en el embellecimiento a costa de la precisión del sentido. Y esto aparece claramente en los maqamat y en los mensajes de algunos escritores posteriores.
No obstante, los mensajes se consideran un tipo de la prosa artística, y se dividen en dos tipos: mensajes oficiales o públicos y mensajes no oficiales. Los mensajes oficiales al comienzo de la era islámica y en la era omeya, eran resumidos y claros sin exageración; luego, los escritores en la era abasí, comenzaron a embellecerlos. De los escritores de mensajes más famosos: ‘Abdul Hamîd Al Kâtib, Ibn Al ‘Amîd, As-Sâhib ibn ‘Abbâd y otros. En cuanto a los mensajes especiales (o Al Ijuâniât); eran los mensajes dirigidos de un amigo a otro. Y de los escritores más famosos en este tipo: Al Yâhidh e Ibn Zaidûn.
La segunda forma de la prosa árabe es la retórica, ya que los musulmanes la cuidaron en segundo lugar después de la poesía; porque se compone de palabras profundas que albergan el entusiasmo junto con la imaginación. La retórica tenía una gran importancia en la Yâhiliah y al comienzo del Islam; ya que los árabes entrenaban a sus muchachos a ella desde su infancia. Los libros de literatura albergaron varios discursos elocuentes. Y de los oradores más famosos de la era de los Califas Ejemplares, está el cuarto califa ‘Ali ibn Abi Tâlib (que Al-lâh Éste complacido con él ). El libro llamado (Nahy Al Balâgah) contiene sus discursos y mensajes elocuentes. Aunque contiene muchos discursos que se le atribuyen mientras que en realidad no los pronunció.
Además, la retórica prosperó en la era omeya; de modo que varios califas y príncipes como ‘Abdul Malik ibn Marauân, Al Hayyây ibn Yûsuf y Ziâd ibn Abîh, eran oradores que dependían de la retórica para transmitir a la gente sus objetivos y para influir en ellos difundiendo sus metas y principios. Así que aquella época nos dejó muchos discursos elocuentes en sus frases enriquecidas con sus ideas. En la era abasí, la retórica tuvo un gran retroceso respecto a las eras anteriores, de modo que ningún califa [de dicha época] destacó por su habilidad en ella.
También los musulmanes dedicaron interés a los proverbios, de modo que los coleccionaron y compusieron libros sobre ellos; y los más famosos son: (Mayma‘ Al Amzâl) escrito por Al Maidâni[12] y (Al Mustaqsa Fi Amzâl Al ‘Arab) escrito por Az-Zamajshari[13], el cual es un diccionario de proverbios árabes ordenado según el alfabeto del comienzo de los proverbios.
Digno de mencionar que los musulmanes tienen un patrimonio inmenso en el cuento, que la gente lo sigue leyendo y asombrándose por la amplitud de su horizonte, la amabilidad de su imaginación y la extrañeza de sus incidentes. Quizá lo más famoso al respecto, sea la historia de ‘Antar o ‘Antarah, quien era uno de los caballeros negros de la tribu de ‘Abs, también Saif ibn Dhi Iazin de los héroes de Yemen, Abu Zaid Al Hilali de los héroes de Marruecos y Baibars, quien era el sultán de Egipto, y de los héroes de las guerras cruzadas y de los mongoles.
En el siglo IV después de la Hégira, se crearon los cuentos literarios cortos llamados maqamat ,y de los escritores más famosos de ellos: Badî‘ Az-Zamân Al Hamadhâni (falleció en 398 de la Hégira), quien escribió 400 maqama que hablan sobre dos héroes: ‘Isâ ibn Hishâm y Abu Al Fath Al Iskandarâni, después Ibn Nâqia (falleció en 485 de la Hégira) quien siguió el estilo de Al Hamadhâni y Al Harîri (falleció en 516 de la Hégira) quien habló en sus maqamat sobre las aventuras de Abu Zaid As-Surûyi y Al Hâriz ibn Hammâm, y ambos eran muy inteligentes[14].
Sobre los libros más famosos de la literatura, Ibn Jaldûn dijo: “Sus pilares son cuatro libros, los cuales son: (Adab Al Kâtib) escrito por Ibn Qutaibah[15], (Al Kâmil) escrito por Al Mubarrad[16], (Al Baiân Ua At-Tabîn) escrito por Al Yâhidh[17], (An-Nauâdir) escrito por Abu ‘Ali Al Qâli[18]”[19]. También hay otros libros destacados que no se puede descuidarlos en este campo, tal como: (Al ‘Aqd Al Farîd) escrito por Ibn ‘Abd Rabbuh (falleció en 328 de la Hégira), (Al Agâni) escrito por Abu Al Faray Al Asbahâni (falleció en 356 de la Hégira) y otros.
En la última sección de este libro, reflexionaremos –con el Permiso de Al-lâh- en el efecto del la literatura islámica en las otras literaturas mundiales.
[1]‘Abdul Mun‘im Mâyid, Târîj Al Hadârah, pág. 197.
[2]Consulte, Al Qanûyi, Abyad Al ‘Ulûm, 2/44.
[3]Ibn Jaldûn, Al ‘Ibar Ua Diuân Al Mubtada’ Ua Al Jabar 1/553.
[4]‘Abdul Mun‘im Mâyid, Târîj Al Hadârah, pág. 198.
[5]‘Abdul Mun‘im Mâyid, Târîij Al Hadârah, Págs. 198-200.
[6][Corán 26:224-227].
[7][Al Bujâri (5793)][Abu Dâûd (5010)][At-Tirmidhi (2844)][Ibn Mâyah (3755)].
[8][Al Mustadrak (3845)].
[9]Rahîm Kâdhim Muhammad Al Hâshimi y ‘Auâtif Muhammad Al ‘Arabi, Al Hadârah Al ‘Arabiah Al Islâmiah, pág. 173-174.
[10]Rahîm Kâdhim Muhammad Al Hâshimi y ‘Auâtif Muhammad Al ‘Arabi, Al Hadârah Al ‘Arabiah Al Islâmiah, pág. 174.
[11]Ibn Jaldûn, Al ‘Ibar Ua Diuân Al Mubtada’ Ua Al Jabar 1/583.
[12]Al Maidâni: Es Abu Al Fadl Ahmad ibn Muhammad ibn Ahmad ibn Ibrâhîm (Falleció en 518 de la Hégira / 1124 d.C.). Era literario e investigador. Creció y falleció en Nisapur. Az-Zarkali comentó sobre su libro (Mayma‘ Al Amzâl) diciendo: “Jamás fue escrito algo igual en su tema”. Consulte Ibn Jil-likân, Uafiât Al A‘iân 1/148, y Az-Zarkali, Al A‘lâm 1/214.
[13]Az-Zamajshari: Es Yârul-lâh Abu Al Qâsim Mahmûd ibn ‘Amr Al Juârizmi (467-538 de la Hégira / 1075-1144 d.C.). Era de los eruditos en la religión, el Tafsîr (interpretación del Corán), la lengua y la literatura. Tiene muchos libros, de los cuales: (Al Kashshâf) en el Tafsîr del Sagrado Corán. Consulte, Ibn Jil-likân, Uafiât Al A‘iân 5/168-171.
[14] Véase: ‘Abdul Mun‘im Mâyid, Târîj Al Hadârah Fi Al Usûr Al Uistâ, pág. 206-210, Rahîm Kâdhim Muhammad Al Hâshimi y ‘Auâtif Muhammad Al ‘Arabi, Al Hadârah Al ‘Arabiah Al Islâmiah, pág. 175-177.
[15]Ibn Qutaibah Ad-Dainûri: Es Abu Muhammad ‘Abdul-lâh ibn Muslim ibn Qutaibah Ad-Dainûri (213-276 de la Hégira / 828-889 d.C.). Intérprete [del Corán], alfaquí, literario, historiador y lingüístico. De los famosos del siglo III de la Hégira. Nació en Kufa. Consulte: Adh-Dhahabi, Siar A‘lâm An-Nubalâ’ 13/296.
[16]Al Mubarrad: Es Muhammad ibn Yazîd ibn ‘Abdul Akbar ibn ‘Umair ibn Hassan (210-286 de la Hégira / 826-899 d.C.). Experto en la lengua y la gramática. Nació y creció en Basora, y falleció en Bagdad. De sus libros más famosos: Al Kâmil y Al Muqtadab. Consulte: Adh-Dhahabi, Siar A‘lâm An-Nubalâ’ 13/576.
[17]Al Yâhidh: Es Abu ‘Uzmân ‘Amr ibn Bahr Al Kinâni (163-255 de la Hégira / 780-869 d.C.). El jefe de los literarios, y el jefe de la secta Yâhidhiah de los Mu‘tazilah. Nació y falleció en Basora. Tiene libros elocuentes, de los cuales: (Al Baiân Ua At-Tabîn). Consulte: Al Asfahâni, Shadharât Adh-Dhahab 2/121,122.
[18] Abu ‘Ali Al Qâli: Es Isma‘îl ibn Al Qâsim ibn ‘Idhûn (288-356 de la Hégira / 901-967 d.C.), quien más memorizaba la lengua, la poesía y la literatura entre la gente de su época. Nació en Manâyird sobre la costa oriental del Éufrates y falleció en Córdoba. De sus libros: (An-Nauâdir) conocido como Amâli Al Qâli. Consulte: As-Safadi, Al Uâfi Bil Uafiât 9/114.
[19] Ibn Jaldûn: Al ‘Ibar Ua Diuân Al Mubtada’ Ua Al Jabar 1/553.
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