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El musulmán no debe ser el primero en matar, sino que debe esforzarse por todos los medios para alejarse de esa situación. Existen numerosas aleyas en el Noble Corán que corroboran este concepto, es decir, que los musulmanes sólo tienen permiso para matar en caso de que se
Dijo el Mensajero de Al-lâh (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) enseñando a sus Compañeros (que Al-lâh Esté complacido con ellos): “No deseéis encontraros con vuestros enemigos, pedid a Al-lâh el bienestar”[1]
Pues, el musulmán, por la naturaleza de la educación moral que ha recibido a través del Noble Corán y la Sunna del Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) odia matar y hacer que la sangre se derrame, por eso el musulmán no debe ser el primero en matar, sino que debe esforzarse por todos los medios para alejarse de esa situación. Existen numerosas aleyas en el Noble Corán que corroboran este concepto, es decir, que los musulmanes sólo tienen permiso para matar en caso de que se les ataque o se les declare la guerra. En esos casos, están obligados a defenderse a sí mismos y a su propia religión, porque de lo contrario significaría que tienen cobardía o falta de firmeza. Al-lâh (Glorificado Sea) Dice [traducción del significado]: {Se les permitió combatir [a los creyentes] porque fueron oprimidos, y en verdad, Al-lâh Tiene poder para socorrerles. Ellos fueron expulsados injustamente de sus hogares sólo por haber dicho: Nuestro Señor es Al-lâh}[2] La causa que les lleva a combatir queda clara en la aleya: “Que han sido oprimidos y expulsados de sus casas sin razón.”
Al-lâh (Glorificado Sea) Dice [traducción del significado]: {Y combatid por la causa de Al-lâh a quienes os combatan, pero no seáis agresores; porque ciertamente Al-lâh no Ama a los agresores}[3] Al Qurtubi, que Al-lâh lo Perdone, dice: “Ésta fue la primera aleya que descendió en relación con el asunto del combate. Hay consenso en que el combate estaba prohibido antes de la Hégira, por la aleya en la cual Al-lâh (Glorificado Sea) Dice [traducción del significado]: {Si eres maltratado responde con una buena actitud [sabiendo disculpar]}[4] Y Su dicho [traducción del significado]: {mas discúlpales y perdónales}[5], y otras aleyas semejantes que descendieron cuando el Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) todavía estaba en La Meca, pero cuando emigró a Medina, se le ordenó combatir.[6]
Sin embargo, la orden de combatir se dio sólo para luchar contra aquellos que habían empezado agrediendo a los musulmanes, no para combatir contra los que se muestran pacíficos, y esto queda claro en la contundente confirmación de Al-lâh (Glorificado Sea) cuando Dice [traducción del significado]: {pero no seáis agresores}[7], y con la consiguiente advertencia dirigida a los musulmanes: [traducción del significado]: {porque ciertamente Al-lâh no Ama a los agresores.}[8] Ciertamente, Al-lâh (Glorificado Sea) no Ama la agresión, ni siquiera si va dirigida contra los no musulmanes, lo cual restringe muchísimo la prolongación del combate, y sin duda demuestra una gran dosis de compasión hacia la humanidad.
Al-lâh (Glorificado Sea) Dice [traducción del significado]: {y combatid a los idólatras así como ellos os combaten}[9] En este caso, el combate también está restringido, es decir, que sólo les combatimos cuando ellos nos combaten.[10]
Además, la única excusa para combatir a los idólatras en conjunto es que ellos hayan hecho lo mismo contra nosotros. A partir de ahí, no está permitido que un musulmán combata contra quien no le ha atacado antes, excepto si tiene una razón muy clara, como que le han saqueado, se han usurpado los derechos de los musulmanes, o porque se ha oprimido a alguien y los musulmanes quieren levantar esa opresión, o porque se impide a los musulmanes que propaguen su religión o la hagan llegar a los demás.
Al-lâh (Glorificado Sea) Dice también [traducción del significado]: {¿Acaso no combatiríais a quienes faltan a sus juramentos y planean la expulsión del Mensajero, y ellos son los que comenzaron primero [a combatirlos]? ¿Acaso les teméis? Sabed que Al-lâh Es más digno de que Le temáis, si es que sois creyentes}[11] Cuando Dice “a quienes faltan a sus juramentos”, se refiere a los incrédulos de La Meca, a causa de los cuales el Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) se había visto obligado a salir de su ciudad natal. También se ha interpretado diciendo: hicieron salir al Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) de Medina para combatir a los mequíes, a causa de que habían faltado a su juramento. Se ha transmitido de Al Hassan, en relación con {y ellos son los que comenzaron primero [a combatirlos]}: “es decir, que violaron el pacto, y apoyaron a los Banu Bakr contra Juza‘ah”. Otra interpretación dice: “Ellos empezaron a combatiros el día de (Gazwat) la Batalla de Badr, porque el Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) había salido para buscar (obtener) la caravana [de los idólatras], pero cuando (los idólatras) obtuvieron sus caravanas se podían haber retirado, pero se negaron hasta que llegaron a Badr y bebieron vino”. Otra interpretación de “expulsar al mensajero” es: “que le prohibieron hacer la peregrinación mayor (Hayy) y la menor (‘Umrah) y de circunvalar la Ka‘abah, y por eso ellos habían empezado”[12].
Dejando a un lado cuándo empezó el combate, la razón de que los musulmanes lucharan está clara: que sus opositores les habían agredido primero.
Éstas son las razones y motivos que llevan a los musulmanes a la guerra. La postura de los musulmanes en la época de los califas ejemplares, después de la muerte del Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) corrobora lo dicho. En las conquistas que se produjeron durante esa época, los musulmanes no combatieron ni mataron a todos los idólatras que encontraron en su camino, sino que sólo lucharon contra los ejércitos que les combatieron en esas tierras conquistadas. Al resto, les permitieron mantener su religión.
Como podemos constatar, se trata de causas y motivos que ninguna persona justa puede reprobar, y ninguna persona neutra puede rechazar. Consiste simplemente en defenderse de la agresión, defender a la familia y a uno mismo, la patria y la religión, así como también defender la religión y la creencia de los creyentes que son amenazados por los incrédulos para que abandonen su propia religión. También tiene como objetivo garantizar la difusión del Islam, para que todo el mundo pueda tener acceso a su conocimiento. En último término, también pretende dar una lección a los que violan los pactos.[13]
¡¿Quién en todo el mundo podría censurar estas razones y objetivos para la guerra?!
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[1] [Al Bujâri, de ‘Abdul-lâh ibn Abi Aufa (que Al-lâh Esté complacido con él) (2804)] [Muslim (1742)]
[2] [Corán 22: 39-40]
[3] [Corán 2: 190]
[4] [Corán 41:34]
[5] [Corán 5:13]
[6] Al Qurtubi, Al Yâmi‘ li Ahkâm al Qur’ân, 1/718.
[7][Corán 2: 190]
[8] [Corán 2: 190]
[9] [Corán 9:36]
[10] Al Qurtubi, Al Yâmi‘ li Ahkâm Al Qur’ân,4/474.
[11] [Corán 9:13]
[12] Al Qurtubi, Al Yâmi‘ li Ahkâm Al Qur’ân, 4/434.
[13] Anûar Al Yindi, Bimadha Intasara al muslimûn (¿Con qué vencieron los musulmanes?), pág. 57-62.
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