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Así pues, la solidaridad social en el Islam, no se reduce al beneficio material aunque eso sea un pilar principal, sino que sobrepasa a todas las necesidades de la sociedad; sean de los individuos o de las comunidades, sean materiales, psicológicas o intelectuales, en el
La Sharî‘ah (Ley islámica) impone a sus seguidores musulmanes que lleven a cabo, entre ellos, la colaboración, la solidaridad, la interdependencia y la sinergia en los sentimientos y las sensaciones, aparte de la solidaridad en las necesidades y en las cosas materiales. Por lo tanto, a través de esta religión, llegan a ser una edificación ordenada y bien firme. Abu Mûsa Al Ash‘ari (que Al-lâh Esté complacido con él) narró que el Profeta (que Al-lâh Esté complacido con él) dijo: “El creyente es para otro creyente como un edificio, uno se apoya en el otro (como las paredes de una construcción)”[1]. También dijo: “El ejemplo de los creyentes en cuanto a su amor mutuo, misericordia y compasión es como el del cuerpo, que cuando un miembro suyo sufre, responde a ello el resto del cuerpo con insomnio y fiebre.”[2]
Así pues, la solidaridad social en el Islam, no se reduce al beneficio material aunque eso sea un pilar principal, sino que sobrepasa a todas las necesidades de la sociedad; sean de los individuos o de las comunidades, sean materiales, psicológicas o intelectuales, en el ámbito más extenso de estos conceptos. Así que de esta forma, garantiza todos los derechos principales de los individuos y de las comunidades dentro de la Ummah (comunidad musulmana).
Pues, todas las enseñanzas del Islam confirman la solidaridad con su sentido globalizado entre los musulmanes. Por eso, en la sociedad islámica no hay lugar para el individualismo, el egoísmo o la negatividad, sino que sus miembros se adhieren a la hermandad sincera y la otorgación noble, y siempre se ayudan unos a otros a obrar el bien, a temer a Al-lâh (Glorificado Sea) y a practicar la piedad[3].
Por otro lado, la solidaridad social en el Islam, no refiere a los musulmanes pertinentes a la Ummah solamente, sino que incluye a todo el género humano dentro de aquella sociedad a pesar de sus religiones e ideologías diferentes. Al-lâh (Glorificado Sea) Dice [traducción del significado]: {Al-lâh no os Prohíbe ser benevolentes y equitativos con quienes no os han combatido por causa de la religión ni os han expulsado de vuestros hogares, pues ciertamente Al-lâh Ama a los justos.}[4]. Ya que la base de la solidaridad es la dignidad humana, pues Al-lâh (Glorificado Sea) Dice [traducción del significado]: {Por cierto que Hemos honrado a los hijos de Adam (Adán) y les Hemos facilitado los medios para transitar por la tierra y por el mar; les Hemos proveído de cosas buenas y los Hemos preferido por encima de muchas otras criaturas.}[5].
Y de aquellas aleyas de sentido universal respecto a la solidaridad y a la unión entre los individuos de la sociedad islámica, está lo que Al-lâh (Glorificado Sea) Dice [traducción del significado]: {Ayudaos unos a otros a obrar el bien y practicar la piedad, y no cooperéis en el pecado y la trasgresión. Y temed a Al-lâh; por cierto que Al-lâh Es severo en el castigo.}[6]
Al Qurtubi[7] dijo: “Es una orden a toda la gente a ayudarse entre sí a obrar el bien y practicar la piedad.”[8]
Al Mâuardi[9] dijo: “Al-lâh (Glorificado Sea) Recomendó el acto de ayudarse a obrar el bien y lo Relacionó con tener Taqua hacia Él; ya que este último implica conseguir la Complacencia de Al-lâh (Glorificado Sea), mientras que obrar el bien lleva a la complacencia de la gente. Y quien junta los dos actos, habrá perfeccionado su alegría y gracia.”[10]
Además, el Sagrado Corán mencionó de una forma directa que hay un derecho concreto en el dinero de los ricos dirigido a los necesitados; pues Al-lâh (Glorificado Sea) Dice [traducción del significado]: {Que de sus bienes destinan un derecho consabido [el azaque y las caridades] Para el mendigo y el indigente.}[11]. Así que Al-lâh (Glorificado Sea) Se encargó Él mismo de concretar este derecho y clarificarlo, y no lo Dejó pendiente de la generosidad de los ricos y de los nobles, y de lo que sus almas y corazones albergan de misericordia y deseo en hacer el bien.[12]
Y aquellos necesitados han sido concretados por las aleyas coránicas donde Al-lâh (Glorificado Sea) Dice [traducción del significado]: {Ciertamente que el azaque es para los pobres, los menesterosos, los que trabajan en su recaudación y distribución, aquellos que [por haber mostrado cierta inclinación por el Islam o haberlo aceptado recientemente] se desea ganar sus corazones, la liberación de los cautivos, los endeudados, por la causa de Al-lâh y el viajero insolvente. Esto es un deber prescrito por Al-lâh, y Al-lâh Es Omnisciente, Sabio.} [13]
Y aquí, viene la importancia del azaque en cuanto a incluir a la mayoría de los individuos de la sociedad, considerándolo la primera fuente principal para cubrir el lado de la solidaridad y la colaboración; ya que es la tercera obligación del Islam, el cual no se acepta sin ello. También el azaque purifica el alma de quien lo paga, puesto que es un beneficio a él antes de serlo para quien lo reciba. Al-lâh (Glorificado Sea) Dice [traducción del significado]: {Toma [¡Oh, Muhammad!] una parte de sus bienes [como azaque] para expurgarles [con ello sus pecados] y purificarles [de la avaricia].} [14]
Sin duda, como que el azaque arranca del alma de quien lo paga la avaricia y la tacañería, también arranca del alma del pobre, del necesitado y de quien lo merece (el azaque) la envidia, el rencor y el odio a los ricos; creando así una atmósfera de armonía, afecto, colaboración y misericordia entre los individuos de la sociedad en que se realiza esta obligación grandiosa.
Asimismo, la Sharî‘ah permite al gobernador sacar del dinero de los ricos lo suficiente para (satisfacer) las necesidades de los pobres; cada uno según su capacidad financiera. Y no está permitido en la sociedad islámica que unos duerman llenos y satisfechos mientras que sus vecinos tienen hambre, así que toda la sociedad tiene que participar mutuamente en la suficiencia, como el Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) dijo: “No tiene fe en mí quien duerme lleno sabiendo que su vecino está hambriento a su lado.”[15]
El erudito Ibn Hazm[16] dijo al respecto: “Y se impuso a los ricos de cada Estado encargarse de (las necesidades de) sus pobres, y el gobernador los obliga a ello si el azaque no las satisface ni el resto del dinero de los musulmanes, de modo que se les dedica lo imprescindible para comer, tanto como la ropa necesaria para el invierno y el verano como un hogar que los protege de la lluvia, del sol y de las miradas de los circulantes.”[17]
Sin embargo, la mirada del Islam a la solidaridad económica no se reduce al límite de cubrir la necesidad principal de los necesitados, sino que lo sobrepasa hasta lograr el límite de la suficiencia, y eso es lo que aparece en lo que el Emir de los creyentes Omar ibn Al Jattâb (que Al-lâh Esté complacido con él) dijo: “Dadles la limosna repetidamente aunque deis a alguno de ellos cien camellos.”[18]
De los Hadices proféticos que clarifican el mérito de la solidaridad en la sociedad islámica e incitan a ella y su posición en el Islam, está lo que Abu Musa Al Ash‘ari (que Al-lâh Esté complacido con él) narró: “El Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) dijo: “Si el sustento de los Ash‘ariun se termina estando en una Gazuah (batalla) o se reduce la comida de sus hijos en Medina, juntan todo lo que tienen en un solo mantel, después lo dividen entre sí justamente. Ciertamente ellos son de mí y yo soy de ellos.”[19] Ibn Hayar dijo en su libro llamado Al Fath: “Es decir que están relacionados conmigo.”[20] Y esto representa la cumbre del honor para el musulmán.
También ‘Abdul-lâh ibn Omar (que Al-lâh Esté complacido con él) narró que el Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) dijo: “El musulmán es hermano del musulmán; no lo oprime, ni lo entrega [a su enemigo, o sea ni lo decepciona]. Quien lleva a cabo la necesidad de su hermano, Al-lâh Llevará a cabo la suya. Quien alivia la aflicción que toca a un musulmán, Al-lâh le Aliviará una de las aflicciones del Día de la Resurrección. Y quien no escandaliza a un musulmán, Al-lâh no lo Escandalizará en el Día de la Resurrección.”[21]
An-Naûaûi dijo: “Esto indica el mérito de apoyar al musulmán, aliviar su aflicción y no escandalizar sus errores (cubriendo sus faltas). También se considera un acto de aliviar y quitar la aflicción, quien la elimina con su dinero, poder o ayuda. Y aparentemente está incluido también quien la elimina con el consejo y la opinión.”[22] Y esto es el sentido de la solidaridad en la sociedad islámica.
Y esto significa que los individuos del pueblo protejan a su comunidad, y que cada quien tiene poder o dominio sea un garante en la sociedad proporcionándole el bien; y que todas las potencias humanas en la sociedad se pongan de acuerdo acerca de proteger los intereses de los individuos y alejarlos de los perjuicios, y después proteger la construcción social de los perjuicios y establecerla en base de principios rectos.[23] También significa que la gente viva en estado de apoyo mutuo y unión entre los individuos y la comunidad, y entre cada hombre con su prójimo.[24]
Además, el Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) consideró ayudar a los necesitados y sentir la responsabilidad hacia los individuos de la sociedad donde vivimos, de los tipos de las limosnas (por la propia alma). Pues, Abu Dhar (que Al-lâh Esté complacido con él) narró que el Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) dijo: “Cada alma tiene que dar limosna por sí misma cada vez que salga el sol.” Dije: “¡Oh Mensajero de Al-lâh! ¿De dónde pago limosna y no tengo dinero?” Respondió: “De las puertas de la limosna, está guiar al ciego, hacer entender al sordo y al mudo, indicar a quien busca algo el lugar de lo que busca, procurar severamente con tus piernas (o sea con toda fuerza) socorrer a quien pide el socorro y alzar tus brazos fuertemente en ayuda al débil. Todo eso se considera de las puertas de la limosna de ti y hacia ti mismo…”[25]
Tales valores se consideran signos destacados de la civilización mediante los cuales el Islam adelantó a todos los sistemas y leyes que dedicaron mucha importancia a este asunto. Pues, ¿Quién escuchaba sobre guiar al ciego y hacer entender al sordo y el mudo?
También el Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) advirtió de la negligencia de los que tienen la capacidad en cuanto a cumplir las necesidades de la gente, pues ‘Amr ibn Murrah dijo a Mu‘âuiah (que Al-lâh Esté complacido con ellos): “Escuché al Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) decir: “Cualquier gobernador que haga caso omiso a las necesidades de los necesitados, su pobreza y miseria, Al-lâh Hará caso omiso a su pobreza, necesidad y miseria.”[26] Dijo: “Así que Mu‘âuiah contrató a un hombre para llevar a cabo las necesidades de la gente.”
Yâbir ibn ‘Abdul-lâh y Abu Talhah Al Ansâri (que Al-lâh Esté complacido con ellos) narraron: “El Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) dijo: “Cualquier persona que decepcione a un musulmán en una situación donde se viola su inviolabilidad y se perjudica su honor, Al-lâh (Glorificado Sea) le Decepcionará en una situación donde le gustaría Su auxilio. Y cualquier persona que auxilie a un musulmán en una situación donde se viola su inviolabilidad y se perjudica su honor, Al-lâh (Glorificado Sea) lo Auxiliará en una situación donde le gustaría que le Auxilie.”[27]
Y fundamentando eso respecto a los dichos de los alfaquíes musulmanes, encontramos lo que llama la atención y admiración; ya que legislaron –basándose en los textos de la Shari‘ah- que cada musulmán tiene que intentar proteger al otro del perjuicio. Así que hay que interrumpir la oración para socorrer a quien pide el socorro, a quien se está hundiendo y a quien le está quemando el Fuego, salvándole así de todo lo que le expone al perecimiento. De modo que si la persona es capaz de hacer eso fuera del resto de la gente, será obligado individualmente a socorrer, y si hay otros lo pueden hacer será entonces un deber de la comunidad. Y esto está acordado entre los alfaquíes, sin discrepancia alguna.[28]
En base a eso, la solidaridad es un pilar principal de la sociedad islámica, el cual incluye varias imágenes de la colaboración, apoyo y compartición para llenar los espacios, representadas en ofrecer el apoyo, la protección, el auxilio y el consuelo, y eso se ejecuta hasta que se cumpla la necesidad del necesitado, se alivie el pesar del triste, se cicatrice la herida del afectado y se cure todo el cuerpo de los dolores y de las enfermedades.
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[1] [Al Bujâri (5680)] [Muslim (2585].
[2] [Al Bujâri (5665)] [Muslim (65].
[3] Muhammad Ad-Dusûqi, Al Waqf ua Dauruh Fi Tanmiat Al Muytama‘ Al Islami, Silsilat Qadâya islâmîah, edición (46), emitida por el Consejo Superior de los Asuntos Islámicos, la primera sección pág. 5
[4] [Corán 60:8].
[5] [Corán 17:70].
[6] [Corán 5:2].
[7] Al Qurtubi: (Falleció en 671 de la Hégira / 1273 d.C.). Es Muhammad ibn Ahmad Al Ansâri Al Jazrayi Al Mâliki Al Qurtubi, uno de los grandes eruditos de Tafsir (Interpretación del Corán), y es el autor del Tafsir famoso llamado “Al Yâmi‘ Li Ahkâm Al Qur’ân”. Falleció en Minyat Bani Jasîb en el Alto Egipto (El Norte de Asiut). Consulte: Az-Zarkali, Al A‘lâm 5/322.
[8] Al Qurtubi, Al Yâmi‘ Li Ahkâm Al Qur’ân, 6/46-47.
[9] Al Mâuardi: (364-450 de la Hégira / 974-1058 d.C.). Es Abu Al Hasan ‘Ali ibn Muhammad ibn Habîb, el mejor de los jueces. Era un erudito en el Fiqh (Jurisprudencia islámica), los fundamentos y en el Tafsir (interpretación del Corán). Fue encargado de la Jurisdicción en muchos Estados. De sus composiciones: “Adab Ad-Dunia Uad-Dîn” y “Al Ahkâm As-Sultâniah”. Consulte Adh-Dhabi, Siar A‘lâm An-Nubalâ’, 18/65 y Az-Zarkali, Al A‘lâm 4/327).
[10] Al Mâuardi, Adab Ad-Dunia Uad-Dîn, pág. 196-197.
[11] [Corán 70:24-25].
[12] Husain Hâmid Hassân, At-Takâful Al Iytima‘i Fi Ash-Sharî‘ah Al Islâmîah, pág. 8.
[13] [Corán 9:60].
[14] [Corán 9:103].
[15] [Al Hâkim: Isnad Sahîh (7307)] [Adh-Dhahabi: Sahîh] [At-Tabarâni, Al Mu‘yam Al Kabîr (750)] [Al Baihaqi, Sha‘ub Al Imân (3238)] [Al Bujâri, Al Adab Al Mufrad (112)] [Al Albâni: Sahîh, As-Silsilah As-Sahîhah (149)].
[16] Ibn Hazm Al Andalusi: Es Abu Muhammad ‘Ali ibn Ahmad ibn Sa‘id Adh-Dhâhiri: (384-456 de la Hégira / 994-1064 d.C.). Uno de los eruditos del Islam, sabio de Fiqh y uno de los seguidores de Dâûd Adh-Dhâhiri, tomando el sentido aparente de los textos. Consulte: As-Safadi, Al Uâfi Bil Uafiât 20/93.
[17] Ibn Hazm, Al Muhal-la 6/452, Al Mas’alah 725.
[18] Ibn Hazm, Al Muhal-la 6/452, Al Masa’lah 725.
[19] [Al Bujâri (2354)] [Muslim (2500)].
[20] Ibn Hayar, Fath Al Bâri 5/130.
[21] [Al Bujâri (2310)] [Muslim (2580)].
[22] An-Naûaûi, Al Minhây Sharh Sahîh Muslim 16/135.
[23] Muhammad Abû Zahrah, At-Takâful Al Iytimâ‘i Fi Al Islâm, pág. 7
[24] ‘Abdul ‘Al Ahmad ‘Abdul ‘Âl, At-Takâful Al Iytimâ‘i Fi Al Islâm, pág 13.
[25] [Ahmad (21522)] [Shu‘aib Al Arnaût: Isnad Sahîh] [Ibn Hibbân (3377)] [Al Baihaqi, Shu‘ab Al Imân (7618)] [An-Nasâ’i, As-Sunan Al Kubra (9027)] [Al Albâni: Sahîh, consulte: Sahîh Al Yâmi‘ (4038)].
[26] [At-Tirmidhi (1332)] [Ahmad (18062)] [Abû Ya‘la (1565)] [Al Albâni: Sahîh, consulte: Sahîh Al Yâmi‘ (5685)].
[27] [At-Tabarâni, Al Mu‘yam Al Kabîr (4735)] [Al Ausat (8642)] [Abû Dâûd (4884)] [Ahmad (16415)] [Al Baihaqi, Shu‘ab Al Imân (7632)] [Al Albâni: Hasan, consulte: Sahîh Al Yâmi‘ (5690) y Al Yâmi‘ As-Sagîr Uaziâdathu (10627)]
[28] Ash-Shirbîni Al Jatîb, Mugni Al Muhtây 4/5 e Ibn Qudâmah, Al Mugni 7/515, 8/202.
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