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El Islam cuidó mucho de la familia, legisló para ella un sistema preciso y perfecto; puso una legislación precisa para las relaciones matrimoniales y concretó límites claros para el esposo y la esposa en cuanto a sus deberes y derechos, dividiendo los papeles entre la
La familia musulmana representa un ladrillo principal en la construcción de la sociedad islámica, y es el castillo de esta sociedad, su fortaleza y su válvula de seguridad.
El Islam cuidó mucho de la familia, legisló para ella un sistema preciso y perfecto donde clarifica los derechos y deberes de sus individuos, organizó los tratos del matrimonio, los gastos, la herencia, la educación de los hijos y los derechos de los padres, tanto como plantó entre ellos el amor, el afecto y la misericordia; ya que fortalecer la familia y ajustar la conducta de sus individuos, también fortalece la sociedad, controla su movimiento y difunde los valores humanitarios y sociales supremos entre sus miembros. Y así, el Islam eleva el nivel cultural de la sociedad de una forma incomparable, alejándolo del caos, del libertinaje moral y de la pérdida de los linajes.
La familia se basa en dos pilares importantes, el hombre y la mujer, es decir, el esposo y la esposa, ya que ellos son la base de la formación de la familia, y la reproducción humana, y así se forman la Ummah (nación islámica) y la sociedad. Al-lâh (Glorificado Sea) Dice [traducción del significado]: {¡Oh, humanos! Temed a vuestro Señor Quien os Ha creado a partir de un solo ser, del que Creó a su esposa e Hizo descender de ambos muchos hombres y mujeres.}[1]
También Al-lâh (Glorificado Sea) Dice [traducción del significado]: {Al-lâh Ha creado esposas de vuestra misma especie, de las cuales crea hijos y nietos. Os Ha proveído de todo lo bueno y beneficioso.}[2]
El Islam cuidó mucho estos dos pilares principales, de modo que puso una legislación precisa para las relaciones matrimoniales y concretó límites claros para cada uno de ellos en cuanto a sus deberes y derechos, dividiendo los papeles entre la pareja; para que cada uno ejerza su papel completo en la construcción de la familia y en la contribución a construir la sociedad humana según su extensión.
Así que el Islam legisló primero el matrimonio y puso tras ello el objetivo de proteger al género humano y proporcionar la sociedad los individuos rectos que ocupan la tierra y asumen la responsabilidad de cultivarla y poblarla, lo cual implica el papel principal que deben desempeñar. También su objetivo de ello, es proteger al individuo y a la sociedad de la indecencia y de la degeneración moral. ‘Abdul-lâh ibn Mas‘ûd (que Al-lâh Esté complacido con él) narró que el Profeta (sal-lal-lâh ‘alaihi wa sal-lam) dijo a los jóvenes: “¡Oh jóvenes! Quien entre vosotros puede casarse, que lo haga; ya que ayuda más a recatar la mirada y a mantener la castidad. Sin embargo, quien no lo puede hacer, que ayune porque es una protección para él.”[3]
Y cuando algunos jóvenes pensaron dedicarse a la devoción y aislarse de las mujeres, el Profeta (sal-lal-lâh ‘alaihi wa sal-lam) los criticó y les prohibió hacerlo, lo cual fue mencionado en la historia que Anas ibn Mâlik (que Al-lâh Esté complacido con él) narró, diciendo: “Tres hombres se fueron a las casas de las esposas del Profeta (sal-lal-lâh ‘alaihi wa sal-lam) preguntando sobre la devoción del mismo (sal-lal-lâh ‘alaihi wa sal-lam). Y cuando fueron informados sobre ella, sintieron que era poca, así que exclamaron: ¡Quién somos nosotros en comparación con el Profeta (sal-lal-lâh ‘alaihi wa sal-lam)! A él se le han perdonado sus pecados anteriores y posteriores. Así que uno dijo: “En cuanto a mí; rezo toda la noche.” Otro dijo: “Respecto a mí; ayuno todos los días del año sin dejar ninguno.” Y otro dijo: “Yo me aíslo de las mujeres y nunca me caso.” Así que el Profeta (sal-lal-lâh ‘alaihi wa sal-lam) fue a ellos y dijo: “¿Vosotros sois quienes dijisteis tal y tal? Por Al-lâh, yo soy quien más entre vosotros temo a Al-lâh y el más piadoso; sin embargo, ayuno (algunos días) y como (otros días), rezo y duermo y me caso con las mujeres. Así que quien se aparte de mi Sunna (es decir, no siga mi método), no será de mí (de mis seguidores).” [4]
Por consiguiente, la humanidad se oprimió mucho a sí misma a causa de este pensamiento imperfecto respecto a quien se volvió cura (aislándose de las mujeres y los placeres de la vida), prohibiendo el matrimonio por sí solo; hasta que los sensatos en Europa cuando vieron que el monacato no produce sino la corrupción en la oscuridad, lo prohibieron tras las pruebas de 15 siglos de perturbación y desequilibrio; ya que muchos sacerdotes y clérigos comenzaron a violar a los niños, tanto varones como hembras. Hasta que esto se extendió en Europa y los Estados Unidos, y cientos de ellos se retiraron o fueron despedidos, por lo que la iglesia se desestabilizó y se asustó a causa de estos desvíos y agresiones sexuales. En cambio, nuestra religión recta nos hizo evitar todo eso y nos protegió de pruebas miserables y de dolores amargos.[5]
También el Islam aspira a lograr, a través del matrimonio, el sosiego psicológico del individuo; y eso le hace descargar lo que siente de sensaciones y emociones interiores que le llevan a dar e innovar. Asimismo, el matrimonio se considera como un refugio para ambos esposos, donde cada uno acompaña al otro en todos sus momentos. Al-lâh (Glorificado Sea) Dice [traducción del significado]: {Y entre Sus signos está haberos creado esposas de entre vosotros para que encontréis en ellas sosiego, y Puso entre vosotros amor y misericordia. Por cierto que en esto hay signos para quienes reflexionan.}[6]. Y con estos tres pilares mencionados en la aleya (El sosiego, el amor y la misericordia), se logra la felicidad matrimonial a la que el Islam desea.
Por otro lado, el Islam ordenó a los dos esposos que cada uno escoja bien a su compañero, pues Al-lâh (Glorificado Sea) Dice [traducción del significado]: {Desposad a aquellos hombres o mujeres que no tengan cónyuge, y a vuestros esclavos y esclavas piadosos.}[7].También Abu Hurairah (que Al-lâh Esté complacido con él) narró que el Profeta (sal-lal-lâh ‘alaihi wa sal-lam) dijo, ordenando casarse con la esposa recta y religiosa: “La mujer se casa por cuatro razones: por su dinero, por su linaje, por su belleza o bien por su religión; así que escoge a la de religión, y tendrás éxito.”[8]. También el Profeta (sal-lal-lâh ‘alaihi wa sal-lam) dijo ordenando a la esposa escoger al marido con los mismos criterios y bases: “Si os pide tener compromiso [con vuestra hija] quien aceptáis su religiosidad y moral, permitidle casarse; y si no lo hacéis, será una tentación en la tierra y una corrupción inmensa.”[9]
Sin duda, esta elección y principio beneficiarán a la sociedad humana; ya que producirán una generación recta la cual es el fruto de esta pareja recta, estableciendo después una familia amorosa entre sí que vive en el marco de los principios y los valores morales del Islam.
Debido a que el contrato de matrimonio, es un contrato de gran importancia, es necesario que sea precedido por unos preliminares que garantizan su continuación y seguimiento. Mejor dicho, la Sharî‘ah (Ley islámica) no cuidó los preliminares de ningún otro contrato salvo ello, de modo que lo prestó mucha atención y le puso determinados veredictos. El primer acto preliminar del contrato de matrimonio, consiste en el noviazgo; el cual es una fase que tiene el objetivo de la comprensión y el acercamiento, aparte de que da la oportunidad a ambos comprometidos para conocerse mejor. Y en base a eso, se decide seguir en el proyecto del futuro matrimonio o cancelarlo –todo esto debe ser realizado bajo las reglas prescritas por la Shari‘ah.
También, según la Sharî‘ah, es obligatorio anunciar el contrato de matrimonio. El objetivo de eso, es que (este contrato) tiene una gran importancia en el Islam por lo que logra de beneficios mundanos y de la Otra Vida. Por lo tanto, merece ser publicado para eliminar las sospechas y los malos pensamientos.
Aparte de eso, el Islam ha rodeado el contrato de matrimonio con un conjunto de garantías firmes que garantizan la felicidad de la pareja casada y traen el bien para sus familias; de modo que hace que las mujeres estén bajo la responsabilidad de los hombres por lo que se dio a cada uno de capacidades y habilidades. Al-lâh (Glorificado Sea) Dice [traducción del significado]: {Los hombres están a cargo de las mujeres en virtud de la preferencia que Al-lâh Ha dado a unos más que a otros y de los bienes que gastan.}[10]. Y a través de esta Qiwâmah [Derecho del hombre de estar a cargo de la mujer], el Islam impuso una dote sobre el esposo y lo hizo un derecho de la esposa, pues Al-lâh (Glorificado Sea) Dice [traducción del significado]: {Dad a vuestras mujeres su dote con buena predisposición.}[11]. También hizo de los derechos de la mujer, la manutención en cuanto a lo que ella necesita de comida, ropa, alojamiento, tratamientos, etc., además de convivir con ella según lo reconocido. Al-lâh (Glorificado Sea) Dice [traducción del significado]: {Tratad bien a vuestras mujeres en la convivencia. Y si algo de ellas os disgusta, es posible que Al-lâh Haya decretado a pesar de esto un bien para vosotros.}[12]. Y por otro lado, el Islam hizo que el esposo tenga –sobre su esposa- el derecho del obedecimiento, el cual es de sus derechos más importantes sobre ella.
Así, el Islam dedicó a cada uno de los cónyuges derechos y deberes sobre el otro, exigiéndoles realizar una buena convivencia y una moderación en el tratamiento, aparte de la colaboración en la vida común entre ambos. Luego, determinó el camino recto para tratar lo que pueda surgir de desacuerdos y problemas, y finalmente legisló el divorcio cuando la pareja ya no puede ejecutar los límites de Al-lâh (Glorificado Sea), ni seguir el camino que Concretó para la relación matrimonial.[13]
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[1] [Corán 4:1].
[2] [Corán 16:72].
[3] [Al Bujâri (4779)] [Muslim (1400)].
[4] [Al Bujâri (4776)] [Muslim (1401)].
[5] Muhammad ibn Ahmad ibn Sâlih, Huqûq Al Insân Fi Al Qur’ân Was-Sunnah ua Tatbîqâtiha Fi Al Mamlakah Al ‘Arabiah As-Su‘ûdiah, pág. 134.
[6] [Corán 30:21].
[7] [Corán 24:32].
[8] [Al Bujâri (4802] [Muslim (1466)].
[9] [At-Tirmidhi (1004)] [Ibn Mâyah (1967)] [Al Hâkim: Sahîh Isnad (2695)] [Al Albâni: Hasan, As-Silsilah As-Sahîhah (1022)].
[10] [Corán 4:34].
[11] [Corán 4:4].
[12] [Corán 4:19].
[13] Muhammad ibn Ahmad ibn Sâlih, Huqûq Al Insân Fi Al Qur’ân Was-Sunnah ua Tatbîqâtiha Fi Al Mamlakah Al ‘Arabiah As-Su‘ûdiah, pág. 135-138.
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