Short Description
Los jardines islámicos eran inspirados en la descripción coránica y profética del Paraíso, hasta en los detalles minuciosos, como: los árboles, el agua, los sofás, los lugares de reunión y los olores.
James Dickie afirmó que el diseño del jardín islámico, al igual que la arquitectura islámica, no se puede describirlo simplemente con los términos occidentales, no solamente porque queda fuera de la evolución occidental histórica, sino que porque es producto de un contexto intelectual diferente, y atestigua que “El arte islámico jamás quedó bajo la atracción de los conflictos sobre los cuales se basan los patrones europeos.”[1]
Dr. Yahia Uazîri presentó en su libro llamado (Al ‘Imârah Al Islâmîah Ual Bî’ah)[2] algunas de las características que distinguen los jardines islámicos, como por ejemplo:
1-La inspiración coránica y profética en cuanto a la descripción del Paraíso:
Los jardines islámicos eran inspirados en la descripción coránica y profética del Paraíso, hasta en los detalles minuciosos, como: los árboles, el agua, los sofás, los lugares de reunión y los olores.
Por ejemplo, de las aleyas sagradas en las cuales los musulmanes se inspiraron en cuanto a elegir el lugar ejemplar para la instalación de los jardines y paraísos terrestres, es la aleya en la que Al-lâh Dice [traducción del significado]: {El ejemplo de quienes contribuyen con sus bienes anhelando complacer a Al-lâh, y tienen total convicción de que serán recompensados, es como el de un jardín que se encuentra sobre una colina, al que le cae una lluvia copiosa y produce el doble de su fruto. Y aunque no le hubiera caído una lluvia copiosa un rocío le hubiera bastado; y Al-lâh Conoce lo que hacéis.} [3]. Aquí los musulmanes se dieron cuenta de una indicación precisa, ya que la sagrada aleya mostró que la ubicación ejemplar de los jardines y los huertos son los lugares elevados, o sea las lomas, ya que esto protege las raíces de los árboles de encontrarse con el agua subterránea, la cual limita su crecimiento, y también mejora la calidad del desagüe y la liberación del exceso de agua.
El cuidado llevó en ocasiones a rodear los troncos de los árboles con placas de oro. Y Jimaruaîh ibn Ahmad ibn Tûlûn cuidaba los jardines de su palacio a tal grado que cubrió los troncos de las palmeras con cobre dorado. Y es digno de mencionar que, con respecto a este estilo, los musulmanes se inspiraron en el Hadîz del Profeta (sal-lal-lâh ‘alaihi wa sal-lam): “No hay ningún árbol en el Paraíso cuyo tronco no sea de oro”[4].
2-La teoría del Firdaus (Paraíso):
La arquitectura islámica se distinguió por lo que podemos nombrar “La teoría del Firdaus” en un intento de hallar jardines y huertos terrestres dentro de ambientes caracterizados por condiciones climáticas severas, a fin de mejorar y embellecer este ambiente. Y con el crecimiento y la evolución de los artes y de la arquitectura islámica, se esforzaron en perfeccionar el diseño de los jardines y manejarlo con gran habilidad para darles este esplendor con el cual el Corán describe los jardines de la Tierra; Al-lâh Dice [traducción del significado]: {jardines espléndidos.} [5]
3-Fueron escritos sobre sus puertas o muros aleyas del Corán, Hadîces u otras frases islámicas.
4-Abundaron en las casas, de modo que se instalaban en los patios interiores de las casas para lograr la privacidad y disponer la alternativa complaciente en lugar de los patios, jardines y plazas públicos.
5-La privacidad era lo que más distinguía al jardín en la era islámica. Por lo tanto, los jardines fueron rodeados con muros altos o palmeras para impedir la vista de los paisajes interiores.
Es importante concluir mencionando esta observación fundamental sobre el jardín desde la perspectiva islámica y desde la occidental, pues mediante ella se aclara el fundamento de la filosofía islámica que cuida la belleza tal como el beneficio, mientras que el fundamento de la civilización occidental cuida solamente el lado material y funcional. Esta observación es de James Dickie y con ella interpretó el motivo del “Asesinato del patrimonio islámico de la jardinería”. Él dijo:
Expulsar a los moriscos, de todos modos, habría asesinado el patrimonio de la jardinería en España, incluso si la caída de Granada no hubiera coincidido con el cambio de los gustos producido por la era del renacimiento (en Europa). La razón de esto es que la era del renacimiento consideró que el jardín es algo complementario del arte de la arquitectura, mientras que los musulmanes se inclinaron a considerar que el palacio es un anexo del jardín. Y por lo tanto, la coincidencia entre ambos puntos de vista contradictorios era imposible[6].
[1] Salma Al Jadrâ’ Al Yuiûshi, Al Hadârah Al ‘Arabîah Al Islâmîah Fi Al Andalus, el estudio de James Dickie bajo el título de “Al Hadîqah Al Andalusîah: Dirâsah Fi Madlulâtiha Ar-Ramziiah” 2/1435.
[2] Yahia Uazîri, Al ‘Imârah Al Islâmîah Ual Bî’ah, Pág. 214 y lo posterior.
[3][Corán 2: 265].
[4][At-Tirmidhi (2525)][Al Albâni: Sahîh (auténtico), Sahîh Al Yâmi‘ (5647)].
[5] [Corán 27: 60].
[6]Salma Al Jadrâ’ Al Yuiûshi, Al Hadârah Al ‘Arabîah Al Islâmîah Fi Al Andalus, el estudio de James Dicky bajo el título de “Al Hadîqah Al Andalusîah: Dirâsah Fi Madlulâtiha Ar-Ramzîah” 2/1435.
Comentarios
Envíe su comentario