Short Description
Al-lâh (Glorificado Sea) Creó al ser humano en una forma hermosa, en la mejor figura y en la conformación más bella, pues Dice [traducción del significado]: {Que ciertamente Creamos al hombre con la más bella conformación.}[1]. Y también Al-lâh (Glorificado Sea) Dice- {Ciertamente Al-lâh Ama a los que se arrepienten y purifican.}[5].
- {Y Al-lâh Ama a quienes se purifican.}[6].
Al-lâh (Glorificado Sea) Creó al ser humano en una forma hermosa, en la mejor figura y en la conformación más bella, pues Dice [traducción del significado]: {Que ciertamente Creamos al hombre con la más bella conformación.}[1]. Y también Al-lâh (Glorificado Sea) Dice [traducción del significado]: {Quien os Creó y os Dio una bella conformación. Y Dispuso para vosotros la figura que Quiso.}[2]. También Dice describiendo la hermosura con la cual Caracterizó al ser humano en la Tierra [traducción del significado]: {Hemos embellecido cuanto hay en la Tierra para probar quién de ellos obra mejor.}[3].
Sin embargo, vino la orden de embellecerse y adornarse en el Sagrado Corán, repudiando las situaciones que rechazan gozar de lo que Al-lâh (Glorificado Sea) Creó en la naturaleza y Donó a Sus siervos; pues, Al-lâh (Glorificado Sea) Dice [traducción del significado]: {¡Oh, hijos de Adam [Adán]! Cubríos [para rezar] y engalanaos cuando acudáis a las mezquitas. Y comed y bebed con mesura, porque Al-lâh no Ama a los inmoderados. Diles [¡Oh, Muhammad!]: ¿Quién os ha prohibido engalanaros y beneficiaros de todo lo bueno que Al-lâh os Ha proveído? Esto es para que los creyentes [y también los incrédulos] disfruten [de todo lo bueno] en esta vida, pero sólo será para los creyentes en la otra. Así es como Aclaramos Nuestros preceptos para quienes los comprenden.}[4].
Y cuando el Islam aconseja al hombre engalanarse y embellecerse, esto no significa solamente el cuido de la figura y de la salud; como la limpieza de la vestimenta, del cuerpo, etc., sino que aún antes de eso significa la belleza de los valores morales y del tratamiento; lo que fue logrado e integrado en la civilización islámica humanitaria. Entonces, la belleza humana se divide en dos tipos: belleza exterior y belleza moral.
En este artículo, hablaremos sobre la belleza de la apariencia y de la figura.
Es obvio para todos que cuidar la higiene y la purificación, es de los aspectos más obvios y claros de la civilización humana, y a la vez, son de lo mejor que puede expresar la belleza sensual o exterior.
La verdad es que el Islam adoptó un método milagroso al respecto. Es un método que conduce a la sanidad del cuerpo, del alma y de la sociedad; mejor dicho, y de toda la humanidad. Hasta el punto que el Sagrado Corán señala que a Al-lâh (Glorificado Sea) Le Agradan los que se purifican, pues Al-lâh (Glorificado Sea) Dice [traducción del significado]:
“Es decir, los que se purifican y están libres de las suciedades y de lo que causa daño”[7].
Más bien, hasta el punto que el Profeta (sal-lal-lâh ‘alaihi wa sal-lam) afirmó que “La purificación equivale a la mitad de la fe”[8], y que los eruditos dijeron sobre este Hadîz que: “La multiplicación de la recompensa (conseguida por la purificación) llega a equivaler la mitad de la recompensa conseguida por la fe”[9].
Merece la pena llamar la atención a que estas orientaciones vinieron en el tiempo donde la suciedad era una característica distintiva de la vida de los europeos; ya que el hombre no se lavaba en todo el año sino una o dos veces[10], hasta que se llegó a considerar las suciedades que se quedan en el cuerpo y en la vestimenta como una parte de la bendición, y de las cosas que dan fuerza a los cuerpos.
Paralelamente, en aquel tiempo, el método islámico guiaba a los musulmanes a la purificación, a la obligación de realizar Gusul [Ablución ritual mayor] y a considerarlo (o sea el Gusul) como un acto favorable; ya que no logra la purificación de sus cuerpos sino por medio del Gusul, y tampoco la oración es válida sino por medio de la ablución, la cual quizá llegue a cinco veces por día.
Pues, el Gusul es obligatorio en caso de impureza ritual mayor, en caso de la menstruación, etc. Y también es favorable en los dos ‘Id (fiestas), en estado de Ihrâm [estado ritual de sacralización], etc. Sin embargo, los ulemas se pusieron en desacuerdo sobre su obligación o recomendación en el día viernes, pero la opinión preponderante es considerarlo como favorable. Abu Sa‘îd Al Judri (que Al-lâh Esté compalcido con él) narró que el Profeta (sal-lal-lâh ‘alaihi wa sal-lam) dijo: “El Gusul del día viernes corresponde a cada quien alcanzó la pubertad, tanto como el uso del Siuâk [Mondadientes] y perfumarse cuanto pueda[11]”[12].
En otras palabras, concretó para el musulmán un tiempo máximo entre un Gusul y el otro; ya que el Profeta (sal-lal-lâh ‘alaihi wa sal-lam) dijo: “Es un deber sobre cada musulmán realizar Gusul una vez cada siete días, donde lava su cabeza y cuerpo”[13].
Algunos alfaquíes llegaron a clasificar 17 tipos de Gusul para indicar su importancia. Asimismo, el Islam llama a la purificación de los diferentes órganos del cuerpo, y cuida aquellos donde abundan las enfermedades, o quizá alberguen suciedad.
Así que podemos organizar el método islámico en cuanto a la limpieza a través de tres pasos:
-Prohibir la suciedad.
-Ordenar la limpieza.
-Considerar favorable el embellecimiento. Y este grado supera la limpieza.
Los musulmanes supieron que la negligencia en purificarse, conduce al castigo; ya que Ibn ‘Abbâs (que Al-lâh Esté compalcido con él) narró que el Profeta (sal-lal-lâh ‘alaihi wa sal-lam) cuando pasó por dos tumbas, dijo a sus Compañeros (que Al-lâh Esté compalcido con ellos) contándoles sobre los pertinentes a las mismas: “Ciertamente, se les está torturando, pero no por algo difícil de evitar, sino por un pecado mayor; pues, uno no se limpiaba de la orina, mientras que el otro chismorreaba”[14].
Y cuando el Profeta (sal-lal-lâh ‘alaihi wa sal-lam) vio a un hombre que tenía el cabello y su barba despeinados, le señaló con la mano para que saliera; o sea, refirió a que se peinara el cabello de la cabeza y de la barba. Así que el hombre efectivamente lo hizo, y luego volvió. Por lo tanto, el Profeta (sal-lal-lâh ‘alaihi wa sal-lam) dijo: “¡Acaso esto no es mejor que cuando alguno de vosotros venga con el cabello despeinado como si fuera Satanás!” [15].
También el Profeta (sal-lal-lâh ‘alaihi wa sal-lam) llamó a la purificación y a la higiene de los lugares donde es probable la producción del sudor, las suciedades y los microbios. Más bien, las incluyó en las prácticas de la Fitrah (naturaleza innata); puesto que dijo: “Cinco cosas son parte de la Fitrah: la circuncisión, afeitarse el vello púbico, cortarse las uñas, depilarse las axilas y cortar el bigote”[16].
El cuido del Profeta (sal-lal-lâh ‘alaihi wa sal-lam) llegó a hacerle decir: “Si no fuera una sobrecarga para mi Ummah, les ordenaría usar el Siuâk antes de cada oración”[17]. Mientras que Ibn ‘Abbâs (que Al-lâh Esté compalcido con él) dijo: “Se nos ordenaba usar el Siuâk, hasta que creímos que se revelaría [aleya del] Corán [al respecto]”[18].
Así que no nos queda extraño después de eso el abundante esparcimiento de los baños en todo el territorio de la civilización islámica, el cual se volvió una parte distintiva del ámbito arquitectónico en estos Estados.
La orientalista alemana Sigrid Hunke, realizó una comparación entre la civilización islámica en aquel tiempo y la europea al respecto. Así que dijo que el alfaquí andalusí At-Tartûshi, durante su gira por los Estados de los pueblos francos, encontró cosas que le dieron asco, siendo el musulmán a quien se le impuso la realización del Gusul y de la ablución cinco veces al día. Pues dijo él: “Jamás verás a quien es más sucio que ellos; ya que no se limpian, ni se bañan sino una o dos veces al año con agua fría. Y en cuanto a su vestimenta; no la lavan después de ponérsela, hasta que se convierte en harapos”. Agregó ella: “Algo como esto -de suciedad- jamás será comprendido ni aguantado por el árabe elegante. Ya que la limpieza y la pureza del cuerpo para él, no eran solamente un deber religioso, sino que también eran una necesidad indispensable bajo las altas temperaturas”. Después, mencionó que en la ciudad de Bagdad, en el siglo X d.C., había miles de baños con agua caliente y limpiadores que usaban fibra y peluqueros[19].
Y decimos: “Aunque la alta temperatura lleve a la limpieza, pero la carencia de los ríos y de las fuentes de agua quizá sea una excusa aceptable para no fanatizarse en aplicar este sistema diario y semanal de limpieza integral. Eso sabiendo que no hace frío en todas las regiones de Europa, sino que hay zonas con altas temperaturas. Sin embargo, a la vez, abundaban los ríos, y a pesar de eso aparecieron principios que llamaban a la suciedad, y ponían al sucio en estado de orgullo”.
Después, el Islam vino incitando a lo que supera el grado de la limpieza, el cual es el grado de engalanarse.
Ya que el Profeta (sal-lal-lâh ‘alaihi wa sal-lam) declaró que le gustaba perfumarse; así que dijo: “Se me ha hecho amar de vuestra vida mundana las mujeres y el perfume, y la cumbre de mi placer radica en la oración”[20]. También, era una parte de la costumbre del Profeta (sal-lal-lâh ‘alaihi wa sal-lam), que cuando se le regalaba un perfume no lo rechazaba[21], sino que él aconsejó diciendo: “A quien se le ofrece albahaca, que no la rechace; ya que es liviana para llevar y de buen olor”[22].
Una vez, una prenda negra fue tejida para al Profeta (sal-lal-lâh ‘alaihi wa sal-lam) y él se la puso, pero cuando sudó en la misma y oleó el olor de la lana, la arrojó[23].
Por lo tanto, el sirviente del Profeta (sal-lal-lâh ‘alaihi wa sal-lam), Anas ibn Malik, lo describió diciendo: “Y nunca he tocado un brocado o una seda más suave que la mano del Mensajero de Al-lâh (sal-lal-lâh ‘alaihi wa sal-lam). Tampoco he olido almizcle o ámbar más buenos que el aroma del Mensajero de Al-lâh (sal-lal-lâh ‘alaihi wa sal-lam)”[24].
Y de esta forma, la limpieza para los musulmanes es una cuestión religiosa, mediante cuya práctica se busca la recompensa, y ven que ponerla en práctica representa un seguimiento al (método del) Profeta (sal-lal-lâh ‘alaihi wa sal-lam).
[1] [Corán 95:4].
[2] [Corán 82:7-8].
[3] [Corán 18:7].
[4] [Corán 7:31-33].
31[Corán 2:222].
[6] [Corán 9:108].
[7] Ibn Kazîr, Tafsîr Al Qur’ân Al ‘Adhîm 1/588.
[8] [Muslim (223)][Ahmad (22953)].
[9] An-Nauaui, Al Minhây 3/100.
[10] Sigrid Hunke, Allahs Sonne über dem Abendland (El sol de Al-lâh brilla sobre Occidente), pág. 54.
[11] Así fue mencionado en todas las referencias sin mencionar que es obligatorio, y el dicho del Profeta (e): “Tanto como el uso del Siuâk [Mondadientes] y perfumarse cuanto pueda”, es decir: que es un acto de Sunna usar el Siuâk y perfumarse. Vease: An-Nauaui, Al Minhây Fi Sharh Sahîh Muslim ibn Al Hayyây 6/135 y Al Munâui, Faid Al Qadîr 4/541.
[12] [Al Bujâri (840)][Muslim (846)].
[13] [Al Bujâri (856)][Muslim (849)].
[14] [Al Bujâri (213)][Muslim (292)].
[15] [Mâlik, Al Mûatta’ (1702)][Al Albâni: Sâhîh, As-Silsilah As-Sahîhah (493)]
[16] [Al Bujâri (5550)][Muslim (257)].
[17] [Al Bujâri (847)][Abu Dâûd (47)][At-Tirmidhi (22)][Ahmad (7840)].
[18] [Ibn Abi Shaibah (1793)].
[19] Sigrid Hunke, Allahs Sonne über dem Abendland (El sol de Al-lâh brilla sobre Occidente), pág. 54.
[20] [An-Nasâ’i (3940)][Ahmad (14069)][Al Albâni: Sahîh (auténtico), Sahîh Ua Da‘îf Al Yâmi‘ As-Saguîr (5435)].
[21][An-Nasâ’i (5258)][Ahmad (12197)][Al Albâni: Sahîh, At-Ta‘lîq ‘Ala Sunan An-Nasâ’i].
[22][Muslim (2253)].
[23][Abu Dâûd (4074)][Al Albâni: Sahîh, At-Ta‘lîq ‘Ala Abu Dâûd].
[24][Muslim (2330)].
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