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Son guerras que continuaron cerca de dos siglos, desde los fines del siglo V de la Hégira / el XI d.C. (490 de la Hégira/ 1097 d.C.), hasta la caída del último campamento de los cruzados a manos de los mamelucos en el año 690 de la Hégira / 1291 d.C. Esta época se
Son guerras que continuaron cerca de dos siglos, desde los fines del siglo V de la Hégira / el XI d.C. (490 de la Hégira/ 1097 d.C.), hasta la caída del último campamento de los cruzados a manos de los mamelucos en el año 690 de la Hégira / 1291 d.C. Esta época se considera uno de los puntos más importantes de comunicación o sea influencia, transmisión e imitación. Pues, a pesar de que los cruzados vinieron al oriente islámico para combatir y no para buscar el conocimiento, influyó en ellos la civilización de los musulmanes, y transmitieron todo lo que pudieron de sus logros a Europa, la cual sufría de atraso y degeneración.
Gustave Le Bon dijo: “El contacto entre Oriente y Occidente a lo largo de dos siglos es uno de los factores más potentes del crecimiento de la civilización en Europa…y si la persona quiere imaginarse la influencia de Oriente sobre Occidente, tendrá que evocar la condición de la civilización de ambos pueblos opuestos. Encontrará que Oriente disfrutaba una civilización floreciente con el favor de los árabes, mientras que Occidente estaba sumergido en un mar de barbarie”[1].
En este sentido, Al Maqrîzi[2] mencionó que cuando el emperador Federico II salió de Jerusalén dirigiéndose a Acre, de vuelta a su imperio en el año 626 de la Hégira / 1228 d.C., envió un mensaje a Al Kâmil Al Aiûbi sobre algunas cuestiones que le parecían confusas en la ingeniería y en las matemáticas – y es digno de mencionar que Al Kâmil amaba el conocimiento y privilegiaba a los científicos, los examinaba y les otorgaba recompensas- así que el rey Al Kâmil Al Aiûbi presentó estas cuestiones a uno de los científicos de su Estado: ‘Alam Ad-Dîn Qaisar -matemático e ingeniero- y luego Al Kâmil envió su respuesta a Federico II. Y de estas cuestiones que fueron planteadas por el emperador:
-¿Por qué las lanzas no se ven rectas al sumergir una parte de ellas en el agua?
-¿Por qué los que tienen la vista débil ven hilos semejantes a las moscas o los mosquitos ante el ojo?[3]
Los europeos vinieron a los Estados islámicos en olas consecutivas y derramaron la sangre de los inocentes sin misericordia ni piedad, hasta cuando se encontraban con los soldados musulmanes, vieron espadas diestras, corazones educados y almas misericordiosas en cuyo mensaje no había lugar para la tiranía, la opresión y la injusticia. Así que los cruzados vieron la igualdad, la justicia y la hermandad. Por lo tanto, se revolucionaron contra el feudalismo y la humillación del hombre que sufrían en sus tierras, repudiaron la dominación y el poderío de la Iglesia, lucharon contra el traslado de la riqueza a los príncipes y los agentes de los reyes, y se beneficiaron de lo que encontraron de conocimiento, arte y civilización. De este modo, se les transmitieron muchas industrias, plantas, medicinas, tintas, así como el arte de la arquitectura, la ingeniería y la construcción de las fortalezas y los castillos. También muchas de las tradiciones islámicas en la vestimenta, la comida y la vida familiar se transmitieron a Europa. Y en consecuencia, los cruzados volvieron chocados y se dieron cuenta de su mala condición, su ignorancia y la inferioridad de su sociedad, por lo tanto comenzaron a buscar el conocimiento y la ciencia y procurar la reforma social y el desarrollo intelectual, industrial y moral[4].
Gustave Le Bon dijo: “La influencia de Oriente en civilizar a Occidente era grandiosa debido a las cruzadas. Sin embargo, esta influencia en las artes, las industrias y en el comercio era más fuerte que en las ciencias y en la literatura. Y si consideramos el desarrollo progresivo de las relaciones comerciales entre Occidente y Oriente, así como el desarrollo en las artes y en la industria que se produjo por el contacto entre los cruzados y los orientales, se nos clarificará que los orientales fueron los que sacaron a los occidentales de la barbarie y prepararon sus almas para el desarrollo con el favor de las ciencias y las literaturas de los árabes que fueron la base de las universidades europeas y que dieron lugar al Renacimiento algún día”[5].
[1] Gustave Le Bon, La civilización de los árabes, Pág. 334.
[2] Al Maqrîzi, As-Sulûk Li-Ma‘rifat Dual Al Mulûk, 1/354.
[3] Véase ‘Abdul-lâh ibn ‘Abdur-Rahmân Ar-Rabî‘i, Azar Ash-Sharq Al Islâmi Fi Al Fikr Al Ûrûbi Jilâl Al Hurûb As-Salîbiah, Pág. 98.
[4] Véase, Taufîq Yûsuf Al Uâ‘i, Al Hadarah Al Islâmiah Muqâranatan Bil Hadârah Al Garbiah, 1/531-532.
[5] Gustave Le Bon, La civilización de los árabes, Pág. 339.
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