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Los occidentales –sobre todo los poetas españoles– fueron muy influidos por la literatura árabe; ya que la literatura ecuestre, metafórica, entusiástica y de las fantasías exquisitas, fueron introducidas en las literaturas occidentales a través de la literatura árabe,
Los occidentales –sobre todo los poetas españoles– fueron muy influidos por la literatura árabe; ya que la literatura ecuestre, metafórica, entusiástica y de las fantasías exquisitas, fueron introducidas en las literaturas occidentales a través de la literatura árabe, especialmente en Al-Ándalus. El escritor español famoso Ibáñez dijo: “Europa no conocía la equitación, ni practicaba sus modales debidas ni su hombría entusiastica antes de la llegada de los árabes a Andalucía y de la extensión de sus jinetes y héroes en el sur”[1].
Ibn Hazm Al Andalusí tuvo una gran influencia a través de su libro famoso llamado “Tauq Al Hamâm” sobre los poetas de España y los del sur de Francia tras la mezcla entre la comunidad islámica y cristiana. Ya que la lengua árabe era la lengua oficial y la lengua de la clase alta. Además, en muchos Estados cristianos españoles, los poetas cristianos y musulmanes se encontraban en la Corte del príncipe. Y de los ejemplos al respecto, está lo que sucedió en la Corte de Sancho, la cual albergaba a trece poetas árabes, doce cristianos y un poeta judío. También fue hallado un manuscrito que vuelve a la época de Alfonso X, el rey de Castilla, donde hay un dibujo que representa el encuentro de dos poetas viajeros que cantan juntos y tocan el laúd; uno es árabe mientras que el otro es europeo. Y más que eso, los poetas europeos en aquel tiempo sabían cómo componer la poesía árabe; por lo tanto, Henry Marou dijo: “La influencia árabe sobre la civilización de los pueblos romanos, no se limitó a las bellas artes donde la influencia era obvia, sino que se extendió albergando la música y la poesía”[2].
También nos indica cuánto los literarios occidentales fueron influidos por la lengua árabe y por sus literaturas en aquella época, lo que nos transmitió Dozy[3] en su libro sobre el Islam, de la tesis del escritor español Alguero, quien lamentó mucho el abandono del latín, el griego y la gran afluencia por la lengua de los musulmanes; así que dijo: “Los que tienen perspicacia y gusto fueron seducidos por la literatura árabe melodiosa, de modo que despreciaron el latín, y comenzaron a escribir únicamente en la lengua de sus vencedores. Así pues, esto molestó a una persona que vivía en aquella época, la cual tenía orgullo nacional del cual carecían sus compatriotas, por lo tanto lamentó mucho eso y escribió diciendo: “Mis hermanos cristianos admiran la poesía y los cuentos de los árabes, y estudian los libros que fueron escritos por los filósofos y alfaquíes musulmanes. No obstante, no hacen eso para refutarlos y criticarlos; sino para copiar el estilo árabe elocuente. Pues, ¿Dónde están hoy en día –fuera de los hombres de religión- los que leen las interpretaciones religiosas de la Torá y de la Biblia? ¿Y dónde están hoy en día los que recitan el Evangelio y las hojas de los Mensajeros y de los Profetas? ¡Qué lástima! La nueva generación de los cristianos inteligentes no domina su literatura y lengua, sino que domina aquella árabe, se apasiona por los libros de los árabes, establece grandes bibliotecas muy costosas de los mismos y elogia en todos lados el patrimonio árabe, mientras que hace caso omiso a los libros cristianos; bajo el pretexto de que no vale la pena pasar tiempo mirándolos. ¡Qué lástima! Los cristianos se olvidaron de su lengua, hasta que hoy en día no se encuentra ni uno por cada mil que escribe con ella hasta una carta para su amigo. Y en cuanto a la lengua árabe; son muchos los que la dominan y la expresan del mejor estilo, y quizá compongan poesía que supera la poesía de los mismos árabes en cuanto a su elegancia y elocuencia”[4].
Y sobre la influencia de la lengua árabe en las lenguas europeas, Dieter Meissner[5] dijo: “La influencia de la lengua árabe, la cual era la lengua de la clase superior entre las lenguas habladas en la península ibérica, otorgó a las lenguas, castellana, portuguesa y catalana, una posición especial entre las lenguas romances. Además, las influencias árabes no se redujeron a la península ibérica, sino que tuvieron influencia sobre otras lenguas como el francés.”[6]
Y no necesitamos mencionar lo que fue introducido en las diferentes lenguas europeas de palabras árabes en los diversos campos de la vida; hasta que casi se parecen a su estado en la lengua árabe, tal como: algodón, almizcle, jarabe, jarra, limón, cero, etc. Y es suficiente aquí mencionar lo que dijo el profesor Makiel: “Europa debe su literatura de ficción a los Estados árabes y a los pueblos árabes residentes en el territorio árabe sirio; de modo que debe en gran parte o principalmente a aquellas potencias activas que cambiaron el espíritu y la imaginación de la edad media europea lejos del mundo al cual se sometía”[7].
También el cuento europeo fue influido en su comienzo por el patrimonio de los árabes en las artes del cuento en la era medieval; el cual se representaba en los maqamat, las noticias ecuestres y las aventuras de los jinetes por la causa de la gloria y la pasión. El cuento de “Las mil y una noche”, tras su traducción a las lenguas europeas en el siglo XII, tuvo su gran influencia en dicho campo; hasta que desde aquel tiempo y hasta ahora, fue impreso en más de 300 ediciones en todas las lenguas de Europa. Por consiguiente, un grupo de críticos europeos ve que “Los viajes de Gulliver” escritos por Jonathan Swift, y “Robinson Crusoe” escrito por Daniel Defoe, deben a “Las mil y una noche” y a la tesis de Hai ibn Yaqdhân (El filósofo autodidacta), escrita por el filósofo árabe ibn Tufail[8].
En el año 1349 d.C., Giovanni Boccaccio escribió sus cuentos llamados “El Decamerón”, los cuales siguieron el método de “Las mil y una noche”. Y del mismo, Shakespeare copió el tema de su obra de teatro llamada (A buen fin no hay mal principio); también, Lessing el alemán inspiró su obra de teatro llamada “Nathan el Sabio”. Asimismo, Geoffrey Chaucer, el jefe de la poesía moderna en la lengua inglesa, fue el mayor imitador de Boccaccio en su época; ya que se encontró con él en Italia y compuso después sus famosos cuentos bajo el nombre de “Los cuentos de Canterbury”[9].
Y en cuanto a Dante Alighieri; muchos críticos confirman que en su historia llamada “La Divina Comedia”, donde describe su viaje al más allá, fue influido por la tesis de “Al Gufrân” escrita por Al Ma‘arri, y la descripción del Paraíso escrita por Ibn ‘Arabi; ya que radicaba en Sicilia en la era del emperador Federico II, quien era apasionado por la cultura islámica y por estudiarla de sus fuentes árabes. Sin embargo, hubo entre él y Dante diatribas sobre la escuela de Aristóteles; y algunas derivaban del origen árabe. También Dante sabía bastante sobre la Sîrah [Biografía] del Profeta Muhammad (sal-lal-lâh ‘alaihi wa sal-lam); y por lo tanto, consultó la historia del viaje nocturno y la ascensión hacia los cielos y la descripción del cielo[10], como Sigrid Hunke dijo: “Hay mucha similitud entre Dante e Ibn Al ‘Arabi; ya que Dante copió sus símiles después de casi 200 años”[11].
Con respecto al poeta Petrarca; vivió en la era de la cultura árabe en Italia y Francia, y estudió en las dos universidades de Montpellier y Paris, las cuales fueron basadas en las composiciones de los árabes y de sus estudiantes en las universidades andaluzas[12]; por eso, dijo a su pueblo: “¡Qué extraño! Cicerón pudo ser disertador después de Demóstenes, y Virgilio llegó a ser poeta después de Homero, entonces ¡¿Por qué nos fue predestinado no escribir después de los árabes?! Nos igualamos con los griegos y con el resto de los pueblos y los adelantamos a veces, salvo a los árabes. ¡Qué tontería! ¡Qué desvío! ¡Dónde está el genio italiano latente y somnoliento!”[13].
Así era la cultura árabe islámica, la cual representaba la lámpara que iluminó a la humanidad en el campo de la lengua y de la literatura.
[2] Ahmad Daruîsh, Nadhariât Al Adab Al Muqâran Ua Tayliâtiha Fi Al Adab Al ‘Arabi, pág. 194, 195.
[3] Reinhart Pieter Anne Dozy: (1235-1300 de la Hégira / 1820-1883 d.C.), un orientalista holandés de origen francés protestante. Nació y falleció en Leiden.
[4] Mustafa As-Sibâ‘i, Min Rauâ’i‘ Hadâratina, pág. 43.
[5] Profesor de Filología romance en la universidad de Salzburgo.
[6] Dieter Meissner, Arab, Islamic civilization in Andalusia (La civilización árabe-islámica en Andalucía), pág. 651 con modificación.
[7] Mustafa As-Sibâ‘i, Min Rauâ’i‘ Hadâratina, pág. 43.
[8] Jack Ressler, La civilización islámica, pág. 233.
[9] Mustafa As-Sibâ‘i, Min Rauâ’i‘ Hadâratina, pág. 44.
[10] Mustafa Ash-Shak‘ah, Ma‘âlim Al Hadârah Al Islâmiah [Las características de la civilización islámica], pág. 263-265.
[11] Sigrid Hunke, Allahs Sonne über dem Abendland (El sol de Al-lâh brilla sobre Occidente), pág. 521.
[12] Mustafa As-Sibâ‘i, Min Rauâ’i‘ Hadâratina, pág. 44.
[13] L.A. Sedillot, La civilización de los árabes, pág. 569.
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