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La fe cristiana previamente había sido sacudida por siglos de disputas teológicas y sucesivas privaciones...
Un orientalista de origen belga, fue el más importante historiador de la ciencia en el mundo, especializado en física y matemática. Vivió en los Estados Unidos y obtuvo un doctorado en física y matemática en 1911. Luego fue nombrado profesor de historia de la ciencia en la Universidad de Washington en 1916, en la Universidad de Harvard en 1917-1949 y ofreció conferencias sobre la historia de la ciencia en diferentes universidades americanas y europeas. Estudió árabe en la Universidad Americana de Beirut de 1931 a 1932 e impartió conferencias en la Facultad de Al Maqâsid Al Islâmiah, para mostrar el crédito de los árabes en el pensamiento humano. Visitó Siria, Egipto y África del Norte para profundizar en su estudio del árabe y el Islam. Le fueron concedidos seis doctorados Honoris Causa y fue elegido en diez academias científicas internacionales y varias asociaciones mundiales de ciencias, historia y filosofía. Se le dedicaron una serie de estudios en 1947. Durante mucho tiempo, fue el Presidente de la Unión Internacional de la Historia de las Ciencias en París y más tarde se convirtió en su Presidente Honorario. También presidió la Asociación Estadounidense de la Historia de las Ciencias. Fue nombrado miembro corresponsal de la Academia Árabe de Ciencias de Damasco en 1955.
De The Incubation of Western Culture in the Middle East [La Incubación de la Cultura Occidental en Medio Oriente]:
Nunca fueron Bárbaros
“Las conquistas árabes no fueron consecuencia de un conflicto entre bárbaros hambrientos y habitantes de la ciudad que comenzaron a caer en la escala de la civilización”, dice Sarton, “ellas eran, más bien, en su mayor parte, el resultado de un conflicto entre una nueva religión y cultura emergentes, y culturas aprensivas desintegradas en conflicto”[1].
Fueron bienvenidos por los necesitados cristianos
“La fe cristiana previamente había sido sacudida por siglos de disputas teológicas y sucesivas privaciones; y esto llevó a los cristianos a recibir a los ejércitos de los conquistadores musulmanes en el Medio Oriente como sus salvadores del autoritarismo de la Iglesia Ortodoxa”[2].
El Corán organiza la vida
“Las diferencias entre el Corán por un lado y la Biblia por el otro son muy grandes, esto se debe a la circunstancia de que el Corán fue publicado o proclamado por el Profeta mismo, que sabía muy exactamente lo que quería. El Corán incluye todos los elementos esenciales de la vida del musulmán: religión, teología, derecho, calendario e idioma”[3].
Bebían de cada fuente
“Ellos (los árabes) no explotaron sólo la fuente griega, sino que estaban deseosos de beber de todas las fuentes. Tampoco posó mucho tiempo antes de que comenzaron a asimilar ese conocimiento y lo transformaron en algo nuevo”[4].
¿Qué debería ser la ciencia, entonces?
“Aquellos que envidian y menosprecian los méritos árabes, objetan de nuevo que tomar de muchas fuentes no es mucho mejor que tomar prestado de una sola. Este tipo de argumento es ciertamente muy engañoso, especialmente en matemáticas. En los dos casos mencionados los matemáticos árabes no copiaron las fuentes griegas y sánscritas —lo cual habría sido casi inútil— ellos las reunieron y fertilizaron las ideas griegas con las hindúes. Si estas no eran invenciones, entonces, no hay invenciones en la ciencia. De hecho, una invención científica es simplemente el entrelazamiento de hilos separados y la vinculación de nuevos nudos. No hay inventos ex nihilo [es decir creados a partir de la nada]”[5].
No hay nada imposible en el renacimiento como lo expresa Sarton
“Los pueblos del Medio Oriente estuvieron liderando al mundo durante dos largos períodos -por dos mil años al menos, antes de los griegos y otra vez durante la Edad Media durante por lo menos cuatro siglos. No hay ninguna razón por la que ellos no vuelvan a liderarlo en un futuro cercano o lejano”[6].
Es posible
"No hay ninguna razón por qué el pueblo árabe de hoy no debe emular a sus antepasados y volver a asumir una posición de liderazgo. No es de ninguna manera fácil y se vuelve más difícil cada día, pero se lo puede hacer"[7].
Estamos en deuda con ellos
"El progreso puramente material es destructivo; eso no es progreso en absoluto sino una regresión fundamental. El progreso real, que significa una mejora real de la vida, no puede basarse en la idolatría de máquinas y aparatos; debe basarse en la religión, el arte, y sobre todo en la ciencia, ciencia pura, en el amor a Dios, el amor a la verdad, el amor a la belleza, el amor a la justicia. Eso es suficientemente obvio cuando miramos hacia atrás. ¿Quiénes fueron los grandes hombres del pasado? ¿Nuestros principales benefactores? ¿Quiénes eran los hombres a quienes debemos todas las comodidades y las bendiciones de nuestras vidas? Eran hombres como Platón, Aristóteles, Euclides, Arquímedes, en el pasado griego; y en la Edad Media eran hombres como Al Fârâbî, Avicena, Ibn Al Haizam, Al Bîrûnî, Al Gazâlî, Averroes, Maimónides, Abu al-Fida e Ibn Jaldûn. Estos hombres no estaban viviendo en un vacío social, y dentro de sus tiempos de vida los gobernantes y los hombres de riqueza eran mucho más conocidos que ellos, pero la verdad sale poco a poco, y ahora ellos (y sus iguales) son los únicos que recordamos, y los reyes, sultanes y emires son olvidados”[8].
El Profeta de la lengua y la cultura
“Por lo tanto, Muhammad no es sólo el Profeta del Islam, él es también el Profeta de la lengua árabe y de la cultura árabe, independientemente de la raza, nacionalidad o fe”[9].
[2]Ibíd. 25.
[3]Ibíd. 27.
[4]Ibíd. 31.
[5]Ibíd. 31-32.
[6]Ibíd. 41.
[7]Ibíd. 42.
[8]Ibíd. 43.
[9]Ibíd. 24.
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