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Internacionalmente se da por sentado que sus reformas (de Muhammad) elevaron el estatus de la mujer...
Nació en Alejandría, Egipto, y se convirtió en el líder de los orientalistas ingleses y uno de los editores de la Enciclopedia Islámica. Fue profesor de árabe en las Universidades de Londres y Oxford. Fue miembro fundador de la Academia Árabe de Ciencias de Damasco y la Academia Árabe de El Cairo. La Universidad de Harvard, que es una de las más prominentes universidades de los Estados Unidos y el mundo, le concedió un puesto honorario después de su retiro con el que fue capaz de ofrecer conferencias, conocer estudiantes y supervisar tesis de postgrado, como le gustaba[1]. Sus escritos incluyen: Studies on the civilization of Islam [Estudios sobre la civilización del Islam]; Modern Trends in Islam [Las tendencias modernas en el Islam]; Mohammedanism: A Historical Survey [Mahometanismo: Un estudio histórico]; Islamic Society and the West [Sociedad Islámica y Occidente]; y otros.
Persistencia en hacer el bien
Si alguien afirma que el Corán es importuno al pedir hacer el bien, permítanos demostrar su error trayendo la definición amplia de la piedad en el verso siguiente (traducción del significado): {La piedad no consiste en orientarse hacia el oriente o el occidente, sino que consiste en creer en Al-lâh, el Día del Juicio, los Ángeles, el Libro, los Profetas, hacer caridad, a pesar del apego que se tiene por los bienes, a los parientes, huérfanos, pobres, viajeros insolventes, mendigos y cautivos, hacer la oración prescrita, pagar el azaque, cumplir con los compromisos contraídos, ser paciente en la pobreza, la desgracia y en el momento del enfrentamiento con el enemigo. Ésos son los justos, y ésos son los temerosos de Al-lâh} [Al-Baqarah 177] La piedad es, de hecho, la corona de la verdadera fe [2].
Un registro de un experimento vivo
Esto es, a continuación, el mensaje transmitido por el Corán a la primera generación de musulmanes y a todas las generaciones venideras. El Corán es un registro de un experimento vivo en el señorío y una invitación al hombre para organizar su vida para poder asumir su parte de este experimento. Cuando un musulmán sigue los comandos del Corán y hace su mejor esfuerzo para comprender el núcleo de sus enseñanzas, de la profundidad de su corazón y alma y no sólo de su mente, de hecho trata de conseguir algo de las visiones anticipadas y experimento con los que estaba dotado el Mensajero de Al-lah (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam). El significado de cada verso en él se convierte en importante a su vista simplemente porque él cree que es la palabra de Al-lâh. Esta fe es una parte de su credo, siendo una fuente viva de inspiración religiosa e ilustración[3].
Una fe viva y fresca
Cometemos un error fatal, señala Gibb, cuando vemos este credo islámico como una doctrina teológica elaborada heredada de generación en generación durante 1300 años. Es, más bien, una certeza y fe viva que se actualiza y continuamente se confirma en los corazones, almas e ideas de los musulmanes en general y los árabes entre ellos, en particular, cuando estudian el texto sagrado del Corán[4].
Es dulce, elegante y bien organizado
En realidad, el Corán principalmente no se puede traducir como la poesía sumamente elaborada. El lenguaje ordinario apenas podría expresar los significados del Corán muy bien conservados, similitudes e imágenes, porque cada alegoría, metáfora y maravilla lingüística deben primero ser bien estudiadas antes que el significado emane hacia el lector. Además, el Corán es dulce, elegante y bien organizado de una manera indefinible porque, por su magia, prepara la mente del oyente para recibir sus enseñanzas. Sin duda, la interpretación de sus palabras en otro idioma sólo podría distorsionar su significado y transformaría el oro puro en cerámica[5].
Una estructura nueva y distinguida
Las situaciones religiosas expresadas y transmitidas por el Corán a las personas forman una estructura religiosa nueva y distinguida[6].
Se da por sentado
Internacionalmente se da por sentado que sus reformas (de Muhammad) elevaron el estatus de la mujer, su posición y sus condiciones sociales y religiosas[7].
[2] Gibb, Estudios sobre la Civilización del Islam (adaptado de la traducción Árabe), 254.
[3] Ibíd. 254.
[4] Gibb, Las tendencias modernas en el Islam (traducción al árabe), 30.
[5] Ibíd. 30-31.
[6] Gibb, Estudios sobre la civilización del Islam (traducción al árabe), 255.
[7] Gibb, El Mahometismo (traducción árabe), 33.
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