Short Description
¿Cómo nos acercamos a Al-lâh en Ramadán? I
{…y sólo me adelanté para complacerte ¡Oh, Señor mío!}
[Corán 20:84]
El cuarto objetivo al que aspiramos en el Ramadán más agradable es apretar el paso dirigiéndonos a Al-lâh, el Majestuoso y el Poderoso, y que nuestro lema en el Ramadán más agradable sea la aleya en la que Al-lâh Dice [Traducción del significado]: {…y sólo me adelanté para complacerte ¡Oh, Señor mío!} [Corán 20:84]. Con el fin de percibir el sentido de la cercanía a Al-lâh y cómo conseguirla, hemos de pasar revista a los Hadîces proféticos que trataron el tema. que Al-lâh esté complacido con él
Abû Hurairah (que Al-lâh esté complacido con él) narró que el Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) dijo: «Al-lâh Dice: “Quien le demuestre hostilidad a uno de Mis creyentes sinceros, le Declararé la guerra. Ningún siervo se Me acerca con algo más querido para Mí que el cumplimiento de Mis órdenes. Y a medida que el siervo siga acercándose a Mí, haciendo obras voluntarias [además de las obligatorias], Llegaré a quererlo. Y si Yo lo Quiero, no le Hago oír ni ver lo que He prohibido, ni usar su mano en ello, ni caminar hacia Mis prohibiciones. Si me pide algo, ciertamente se lo Daré. Si me pide refugio, por cierto lo Refugiaré”»[1].
Surge la pregunta: ¿a quién se refiere con “creyente sincero”? A esto responde el Imam Ibn Hayar: “Se refiera al que conoce bien a Al-lâh y es perseverante en obedecerle y sincero en adorarle”. Luego explica la diferencia entre la recompensa por un acto obligatorio y por un acto voluntario diciendo:
A través del Hadîz se llega a la conclusión de que cumplir con los actos de adoración obligatorios es la obra que Al-lâh más Quiere. En este sentido, dijo At-Tûfî: “La orden de llevar a cabo las obligaciones es tajante, e incumplirlas implica un castigo, a diferencia de los actos de adoración voluntarios en ambos casos; ahora bien estos últimos tienen en común con las obligaciones el carácter de ser recompensados, de ahí que los actos obligatorios sean más completos, por lo cual son más queridos para Al-lâh (Glorificado Sea) y un motivo más fuerte de conseguir la cercanía a Él. También, el deber es como la raíz y el fundamento, mientras que el acto voluntario es como la rama y la construcción. Cumplir las obligaciones debidamente significa obedecer al Mandante, respetar el mandato y venerarlo sometiéndose a él, y demostrar la grandeza de la Señoría y la humillación de la servidumbre. Por eso, procurar la cercanía a Al-lâh mediante el cumplimiento de las obligaciones es la obra más grandiosa. Por otro lado, es posible que quien efectúa el acto obligatorio lo haga por temor al castigo, al contrario del que realiza un acto voluntario, pues este no lo hace sino porque ama servir a Al-lâh, así que este último es recompensado con el amor [de Al-lâh] que es el objetivo más sublime de quien busca la cercanía a Al-lâh sirviéndole”[2].
Entonces, si quiero acercarme a Al-lâh (Glorificado Sea) en Ramadán, lo primero que debo hacer es cumplir con mis deberes. Y si, naturalmente, los efectuaba antes de Ramadán, entonces he de embellecer y mejorar la manera de realizarlos, luego aumentarlos con actos voluntarios abundantes.
Asimismo, el Mensajero de Al-lâh (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) nos guía, en el Hadîz narrado por Abû Hurairah (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam), a la recompensa de procurar acercarse a Al-lâh (Glorificado Sea) diciendo: «Al-lâh, el Majestuoso y el Poderoso, dice: “Yo Soy con Mi siervo como él piensa de Mí y Estoy con él cuando Me recuerda. Si Me recuerda para sí mismo, lo Recuerdo para Mí mismo, si Me recuerda en una reunión, lo Recuerdo en una reunión mejor que la suya. Si se acerca a Mí un palmo, yo Me Acerco a él un codo, si se acerca a Mí un codo, yo Me Acerco a él una braza, y si viene hacia Mí caminando, yo Voy hacia él rápidamente [3]”[4].
He trazado un preciso plan para conseguir la cercanía a Al-lâh. Este consiste en efectuar obras de adoración y obediencia constantes que no tienen retribución material tangible en nuestras vidas.
Nos hemos acostumbrado a ocuparnos de los trabajos mundanos con el pretexto de que son recompensados por Al-lâh, esgrimiendo los Hadîces que apoyan nuestro argumento. Un ejemplo de esto es sumergirse en las obras mundanas para ganar dinero y justificarlo con el Hadîz en el que el Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) dice: “Aquel a quien le llega la noche mientras está exhausto por haber trabajado con sus manos, anochecerá perdonado”[5].
A pesar de la debilidad del grado de autenticidad del Hadîz, el hecho de ser famoso engaña a la gente. No obstante, aun suponiendo su autenticidad, el trabajo mundano -además de que complace a Al-lâh- tiene rendimiento terrenal obvio que atrae el alma a su dirección.
También, recordamos el Hadîz en el que el Mensajero de Al-lâh (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam), dijo: “De un dinar que gastas por la causa de Al-lâh, un dinar que gastas para liberar a un cautivo, un dinar que das como limosna a un necesitado y, finalmente, un dinar que gastas para mantener a tu familia, el mejor es el que gastas para sustentar a tu familia”[6].
En este Hadîz nos basamos para justificar dedicar la mayor parte de nuestros gastos a mantener a nuestras familias, nuestros hijos y nuestras esposas, olvidándonos de los grandiosos Compañeros (que Al-lâh esté complacido con ellos), como Abû Bakr, Talhah ibn ‘Ubaid Al-lâh y ‘Abd Ar-Rahmân ibn ‘Auf (que Al-lâh esté complacido con ellos), que gastaron sus bienes por la causa de Al-lâh y para la caridad a los pobres, los huérfanos, las viudas y los discapacitados de entre los musulmanes, aunque no los conocían.
De igual manera, a menudo aducimos la recompensa de dar regalos a los hermanos en la religión, los amigos, los padres y los vecinos, así como de ser benevolentes con las esposas, como razón para incrementar estos hechos. Sin duda, son actos de bien y usted será recompensado por ellos, con el permiso de Al-lâh, siempre que tenga la intención sincera de complacer a Al-lâh (Glorificado Sea). No obstante, traen también un beneficio mundanal, pues un regalo se devuelve por otro e infunde amor en el corazón de aquel que usted obsequia, y de igual modo, cuando uno es bondadoso con su esposa, ella lo será con él también.
Sin embargo, el verdadero acercamiento a Al-lâh –como lo veo- es mediante las obras duras no retribuidas en el mundo; aquellas en las que uno sacrifica el esfuerzo, el tiempo y el dinero sin conseguir nada de los placeres de la vida, y lo único que logra es la recompensa de Al-lâh (Glorificado Sea). ¡Qué recompensa suficiente es!
Estas obras son los actos de adoración puros, que Al-lâh (Glorificado Sea) y Su Mensajero (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) nos Han legislado como un tipo de aproximación a Él sin ningún rendimiento mundanal, sea lo que sea. De estos actos, son el ayuno y los pasos que uno da caminando a la mezquita, acerca de lo que Abû Hurairah (que Al-lâh esté complacido con él) narró que el Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) dijo: “Quien se purifique en su casa, luego, camine a una de las casas de Al-lâh [una mezquita] para cumplir con uno de Sus actos obligatorios [la oración], el paso que da uno de sus pies le eximirá de un pecado, y el que da el otro le elevará un grado”[7].
Asimismo, entre estos actos se encuentra la oración realizada con sumisión en la mezquita, sobre la cual dijo el Mensajero de Al-lâh (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam): “A cada musulmán al que le llega el tiempo de una oración prescrita, así que perfecciona su ablución, con el sentimiento debido de humillación durante su cumplimiento, así como su inclinación, esta oración será una expiación de los pecados precedentes a ella, a no ser que haya cometido un pecado grave, y esto es para toda la vida”[8].
Además, hemos mencionado con anterioridad la parte del Hadîz que dice: “Y a medida que el siervo siga acercándose a Mí, haciendo obras voluntarias, Llegaré a quererlo”. Y entre los actos de adoración voluntarios hay doce Rak‘ât como oraciones voluntarias regulares después de las cinco oraciones preceptivas[9], la oración del Duha (la mañana entrada), del Witr[10], de Istijârah[11], de pedir la lluvia, del eclipse y la oración fúnebre (que es un deber religioso de la comunidad). Todos estos actos nos acercan a Al-lâh.
Podemos decir que llevar a cabo estos actos de adoración atrae la bendición a nuestras vidas. Es algo cierto, ahora bien los únicos que lo comprenden son los creyentes piadosos, mientras que el común de la gente no puede percibir sino las cosas materiales.
[2] Ibn Hayar, Fath Al Bârî, 11/342.
[3] Significa: “Quien se esmera por estar cerca de Mí mediante obedecerme, Me Acercaré a él con Mi clemencia, Mi ayuda para que consiga el éxito y Mi apoyo, y a medida que aumenta sus actos, Aumento los Míos; de modo que si avanza hacia Mí rápido haciendo actos de obediencia, Me Dirigiré hacia él con más celeridad, es decir, Verteré la misericordia sobre él, antecediéndole con ella, ahorrándole la pena de andar mucho para alcanzar su fin. En suma, quiere decir que la recompensa es doble”. Véase An-Nauauî, Al Minhây, 17/3.
[4] [Al Bujârî (6970)] [Muslim (2675)]
[5] At-Tabarânî, Al Mu‘yam Al Ausat (7/289). [Al Albânî: de grado Da‘îf (débil)]
[6] [Muslim (995)] [An-Nasâ’î (9183)] [Ahmad (10123)]
[7] [Al Bujârî (2013)] [Muslim (666)]
[8] [Muslim (228)]
[9] Um Habîbah, que Al-lâh Esté Complacido con ella, narró que el Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) dijo: “Quien rece de día y de noche doce Rak‘ât [voluntariamente fuera de las obligatorias]; cuatro antes de la oración del Dhuhr (el mediodía) y dos después de ella, dos tras la oración del Magrib (el anochecer) y otras dos después de la del ‘Ishâ’ (la noche), y finalmente, dos antes de la oración del Fayr (el alba), Al-lah le Construirá una casa en el Paraíso”. [At-Tirmidhî (415)] [An-Nasâ’î (1467)] [Ibn Mâyah (1140)] [Ibn Hibbân (2452)] [Al Hâkim (1173)] [Al Albânî As-Silsilah As-Sahihah (2348)]
[10] Nota de la traductora: Oración de número impar de Rak‘ât [una, como mínimo, y once, como máximo] que se realiza después de la oración del ‘Ishâ’.
[11] Nota de la traductora: Oración de pedir orientación directa para tomar alguna decisión.
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