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Además, los textos de la Shari‘ah muestran la gran posición que tiene la súplica y sus virtudes en el Islam...
Hacer invocación durante el Hayy (la peregrinación mayor)
Al-lah, Alabado Sea, Ha ordenado a Sus siervos hacer súplicas, y les Ha prometido Aceptar sus invocaciones y Recompensarles.
Además, los textos de la Shari‘ah muestran la gran posición que tiene la súplica y sus virtudes en el Islam. Pues, la súplica es la adoración, y se considera una de las razones más importantes para impedir que la aflicción nos toque.
Asimismo, la invocación se considera uno de los motivos más importantes para traer la felicidad, aliviar la intranquilidad y la angustia. También, es un apoyo para los oprimidos y los débiles. Y ciertamente el hombre más débil es el hombre que no puede hacer súplica.
Si esta es la posición de la súplica en general, entonces, sin duda, durante el Hayy tiene una posición más elevada, ya que durante ello es más aceptada por Al-lah, Alabado Sea.
Ya que el peregrinante se considera viajero, y la súplica del viajero es aceptada por Al-lah, Glorificado Sea, ya que el Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, dijo: “Hay tres tipos de personas las cuales súplicas serán aceptadas indudablemente por Al-lah, Alabado Sea: la súplica de los padres, la súplica del viajero y la súplica del oprimido que sufre una injusticia”. [Abu Dawud y otros]
También, la súplica del peregrinante es aceptada por Al-lah, el Misericordioso, ya que el Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, dijo: “El conquistador por la causa de Al-lah, el Altísimo, el peregrinante, y el hombre que realiza la ‘Umrah, son los visitantes de Al-lah, Alabado Sea. Él, el Altísimo, los Ha invitado y ellos aceptaron su invitación. Y ellos hacen súplica, y Él, Alabado Sea, la Ha aceptado”. [Ibn Mayah]
Y durante la peregrinación, el peregrinante se aferra más a Al-lah, Alabado Sea, pidiendo Su ayuda, teniendo mucha sinceridad en su súplica. Y esto se considera una de las razones más grandes que hacen que la súplica sea aceptada por Al-lah, el Altísimo, como está mencionado en la historia de los compañeros de la cueva cuando una roca cerró la entrada de la caverna. Sin embargo, su gran sinceridad hacia Al-lah, Alabado Sea, fue la razón de salvarlos.
Además, durante la peregrinación, hay algunos tiempos y ritos en los cuales es recomendable hacer mucha súplica, ya que en dichos tiempos hay una mayor aceptación de las súplicas más que en cualquier otro tiempo. Como por ejemplo:
-Hacer súplica durante el Tawaf: no hay una súplica especial durante este rito, sino que el musulmán puede suplicar pidiendo a Al-lah, Alabado Sea, lo que desea del bien de esta vida y la Última. Y lo que nos fue transmitido de las súplicas del Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, mientras estaba entre la Piedra Negra y la esquina del Yemen es: “Rabbana atina fid-donia hasanah wa fil ajirah hasanah wa qina ‘adhaban-nar (¡Oh Al-lah! Otórganos una recompensa en esta vida y en la Última, y Protégenos del castigo del Infierno)”. [Abu Dawud]
-Hacer súplica sobre las colinas de As-Safa y Al Marwah. Yabir, que Al-lah Esté complacido con él, narró describiendo la manera del Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, al realizar el Hayy: “Él, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, empezó a subir la colina de As-Safa hasta que vio la Ka‘bah; luego, se dirigió hacia la Qiblah, y atestiguó que no hay otro Dios sino Al-lah y que Al-lah Es el más Grande. Y después añadió: “La ilaha il-la Al-lah wahdahu la sharika lah, lahul mulk wa lahul hamd wa huwa ‘ala kul shai’ qadir. La ilaha il-la Al-lah, wahdahu, anyaza wa‘duh wa nasar ‘abdah, wa hazam al ahzab wahdahu (Nada ni nadie merece ser adorado sino Al-lah, Único, sin copartícipes, Suyo es el Reino y la Alabanza, y Él Es capaz de hacer cualquier cosa. No hay otro dios sino Al-lah, Único. Ha cumplido con Su promesa, Ha dado la victoria a Su esclavo, y Ha derrotado a los aliados Solo)”. Después, él, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, hizo otras súplicas diferentes, mencionando estas súplicas tres veces. Luego, el Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, se dirigió a la colina de Al Marwah, hasta que llegó a un lugar destacado en el recorrido (de As-Safa y Al Marwah) donde empezó a caminar rápidamente. Y al terminar dicho recorrido, volvió a caminar normalmente hasta que llegó a la colina de Al Marwah, e hizo sobre ella igual como hizo sobre As-Safa.
-Hacer súplica el día de ‘Arafah, ya que el Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, dijo: “La mejor súplica es la que se hace en el día de ‘Arafah. Y lo mejor que los Profetas que me precedieron y yo hemos dicho es: La ilaha il-la Al-lah wahdahu la sharika lahu, hahul mulk wa lahul hamd wa huwa ‘ala kul shai’ qadir (Nada ni nadie merece ser adorado sino Al-lah, Único, sin copartícipes, Suyo es el Reino y la Alabanza, y Él Es capaz de hacer cualquier cosa)” [At-Tirmidhi]
Además, durante ese día, el Mensajero de Al-lah, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, se quedó sobre su camello, elevando sus manos hacia su pecho, suplicando a Al-lah, Alabado Sea, hasta que el sol se puso.
-Hacer súplica donde Al Mash‘ar Al Haram (Muzdalifah). Dijo Yabir, que Al-lah Esté complacido con él, en el Hadiz anterior: “Luego, el Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, montó Al Qaswa’ hasta que llegó a Al Muzdalifah, donde se dirigió hacia la Qiblah, y empezó a suplicar a Al-lah, Alabado Sea, diciendo: “Al-lahu Akbar (Al-lah Es el más Grande), La ilaha il-la Al-lah wahdahu (no hay otro Dios sino Al-lah, el Único)”. Y se quedó así hasta que la luz (del sol) empezara a surgir.
-Hacer súplica durante los días de Tashriq (los tres días que siguen ‘Id Al Ad-ha al llegar al Yamrah As-Sugra (el monolito pequeño) y el Yamrah Al Usta (el monolito mediano), ya que el Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, se detenía allí, después de arrojar los guijarros, y se dirigía hacia la Qiblah invocando a Al-lah, Alabado Sea, elevando sus manos por largo tiempo.
-Hacer invocación al beber el agua de Zamzam. Ya que el Mensajero de Al-lah, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, dijo: “El agua de Zamzam es buena para quien se la tome”. [Ibn Mayah]
Hay condiciones y etiquetas que el musulmán debe seguir al invocar a Al-lah, Alabado Sea. La etiqueta más importante, es tener sinceridad al suplicar, dirigiéndose a Al-lah, Alabado Sea, solamente. Es decir, el musulmán debe invocar sólo a Al-lah, Glorificado Sea, y no preguntar a nadie más sino a Él, el Altísimo. Incluso, el musulmán debe tener certeza en cuanto a la aceptación de Al-lah, Alabado Sea, a su súplica, y tener el corazón vivo, concentrándose al invocar, ya que el Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, dijo: “Invocad a Al-lah, el Misericordioso, estando seguros de que Él, el Altísimo, Aceptará vuestra invocación. Y sabed que Al-lah, el Altísimo, no Acepta la invocación de un musulmán que tiene el corazón desatento y negligente”. [At-Tirmidhi]
Además, la persona que invoca a Al-lah, Alabado Sea, debe ser determinado en sus asuntos sin tener ninguna indecisión, y no debe apresurarse esperando la aceptación de Al-lah, Alabado Sea, a su súplica. Ya que el Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, dijo: “Que nadie de vosotros diga: “¡Oh Al-lah! Perdóname si Quieres. Ten misericordia de mí si Quieres, Dame sustento si Quieres. Sino que hay que rogar con determinación, pues nadie puede forzar a Al-lah (a hacer algo) contra Su voluntad”. Y también dijo: “Se os responderá (a vuestras súplicas) mientras no os impacientéis y digáis: rogué a Al-lah y no me Respondió”. [Al Bujari]
El musulmán debe buscar los tiempos adecuados, en los cuales hay una mayor aceptación por Al-lah, el Clemente, a las súplicas; como por ejemplo: la última parte de la noche, después de las oraciones obligatorias, el tiempo entre el Adhan y la Iqamah, la última hora durante el viernes, durante la postración, el ayuno, el viaje…
Además, la persona que hace invocación, primero debe alabar a Al-lah, Glorificado Sea, pedir bendición y paz por el Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, y admitir sus errores y sus pecados. Fadalah ibn ‘Ubaid, que Al-lah Esté complacido con él, dijo: “Mientras el Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, estaba sentado en la mezquita, un hombre entró y rezó, luego suplicó diciendo: ¡Oh Al-lah! Perdóname y Ten misericordia de mí. En ese entonces, el Mensajero de Al-lah, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, le dijo: “Te has apresurado, oh devoto. Si terminas tu oración, siéntate y alaba a Al-lah, el Altísimo, como debido; después, pide bendición y paz para mí, y luego haz tu invocación”. [At-Tirmidhi]
También, el musulmán debe insistir en su invocación y su ruego, extendiendo su petición, mostrando su necesidad y su miseria. Además, debe hacer las súplicas en cada tiempo: en el bienestar y durante las angustias. Y debe repetir su súplica tres veces. Ya que el Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, dijo: “Si alguien de vosotros desea algo, que se lo pida a Al-lah, Alabado Sea, a menudo, ya que él lo está pidiendo a Su Señor”. [At-Tabarani]
También, el Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, dijo: “Quien quiera que Al-lah, el Altísimo, Acepte sus invocaciones durante la dificultad y los problemas, debe aumentar sus súplicas durante la bienaventuranza”. [At-Tirmidhi]
Asimismo, es recomendable al invocar a Al-lah, Alabado Sea, que el musulmán se encuentre en un estado de pureza y se dirija a la Qiblah, elevando sus manos. Pues, el Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, dijo: “Al-lah Es Hai (Modesto) y Karim (Generoso). Si un hombre eleva sus manos hacia Él, invocándole, Él nunca le rechazara su súplica”. [At-Tirmidhi]
La persona que invoca a Al-lah, Glorificado Sea, debe utilizar un tono de voz medio. Ya que Al-lah, el Omnipotente, el Majestuoso, Dice (lo que se interpreta en español): {Invocad a vuestro Señor con humildad y en secreto. Ciertamente, Él no Ama a los transgresores} [Corán 7:55]. También, el Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, dijo: “¡Oh gente, sed tranquilos! No estáis rogando a un sordo o ausente, sino que estáis invocando al Omnipotente, el Cercano, y Él Está con vosotros”. [Al Bujari]
Incluso, el musulmán debe utilizar, en sus súplicas, palabras concisas pero de grande significado, aparte de utilizar las súplicas transmitidas que fueron mencionadas en los textos religiosos ya que tienen una mayor aceptación, como por ejemplo el dicho del Mensajero de Al-lah, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam: “Yunus (Jonás), la paz sea con él, pronunció la súplica siguiente mientras estaba en el vientre de la ballena: “La ilaha il-la anta subhanak, inni kont min adh-Dhalimin (¡Oh Al-lah! No hay más Divinidad que Tú. ¡Glorificado Seas! Ciertamente he sido un inicuo)”. Quien usa esta súplica para cualquier asunto, Al-lah le Responderá”. [At-Tirmidhi]
Hay que alejarse de las palabras complicadas, difíciles y adornadas al invocar, ya que lo más importante es la sinceridad del corazón hacia Al-lah, el Altísimo. El Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, amaba las súplicas de pocas palabras que al mismo tiempo tenían mucho significado, y no utilizaba invocaciones complicadas.
También, hay que tener cuidado de todo lo que puede impedir la aceptación de la súplica, obteniendo dinero lícito de trabajo permitido. Además, se debe invocar a Al-lah, Alabado Sea, pidiendo cosas buenas y evitando hacer súplica contra los demás. Así como se debe evitar hacer invocaciones contra uno mismo, sus bienes y su familia. Ya que el Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, dijo: “No hagáis invocaciones contra vosotros mismos, ni vuestros hijos, ni vuestros bienes, ya que tal vez eso coincida con un tiempo en que Al-lah, Alabado Sea, Acepte la súplica, y por tanto, Responderá a vuestra invocación”.
Hemos mencionado algunas etiquetas y condiciones de la súplica de manera resumida. ¡Oh mi hermano peregrinante! Procure sacar provecho de los tiempos y estados honrados en este periodo sagrado, haciendo muchas invocaciones para usted, su familia, sus padres, sus hijos y sus hermanos musulmanes. Pues, el hombre que tiene éxito, es quien imita al Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam. Además, debe rogar y suplicar a Al-lah, Alabado Sea, con insistencia, mostrando su necesidad a Él. Y debe realizar los ritos del Hayy con un corazón vivo y una lengua que se acuerda siempre de Él, el Altísimo.
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