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¿Cuáles son las formas para que una persona pueda evitar olvidarse de las súplicas para recitar por la mañana y por la noche?
Alabado sea Allah.
Primero:
Rememorar a Dios (dhíkr) es uno de los más grandes actos de culto y de los mejores actos de obediencia a Dios. Es un medio de elevarse en estatus ante Dios. Dios no ha dispuesto un límite para recordarle, sino que nos ha encomendado recordarlo abundantemente. Allah dijo (traducción del significado):
“y recordad mucho a Allah que así triunfaréis” (al-Yumu’ah 62:10).
“Allah les tiene reservado Su perdón y una gran recompensa a los musulmanes y las musulmanas, a los creyentes y las creyentes, a los piadosos y las piadosas, a los justos y las justas, a los pacientes y las pacientes, a los humildes y las humildes, a aquellos y aquellas que hacen caridades, a los ayunadores y las ayunadoras, a los pudorosos y las pudorosas, y a aquellos y aquellas que recuerdan frecuentemente a Allah” (al-Ahzáb 33:35).
En el Corán, Dios no nos encomienda ningún acto de culto, tanto como la rememoración de Dios (dhíkr). En el recuerdo de Dios, los corazones encuentran sosiego.
“Aquellos que creen, sus corazones se sosiegan con el recuerdo de Allah. ¿Acaso no es con el recuerdo de Allah que se sosiegan los corazones?” (ar-Ra’d 13:28).
Para averiguar los medios que nos pueden ayudar a memorizar las oraciones para recordar a Dios para recitar por la mañana y la noche, es esencial, primero que todo, averiguar las causas que nos pueden hacer olvidarlos y descuidarlos, entonces tratemos con las causas.
1 – Falta de cuidado al memorizar estas oraciones y depender demasiado de folletos para recitarlos.
2 – Estar distraído por asuntos mundanos a expensas del tiempo para recitar estas oraciones de la mañana y la noche.
3 – No conocer los beneficios mundanos de estas oraciones y súplicas, tales como la protección para quien las recita, cómo abren las puertas a la provisión de Dios y mantienen alejados los males para quien las recita, y sus beneficios en el Más Allá, tales como una recompensa equivalente a la de haber liberado un esclavo, hacer que la Balanza (de las buenas obras) se incline a nuestro favor, y atraernos la complacencia de Dios, glorificado y exaltado sea.
4 – Cometer muchos pecados, los cuales afecta el corazón de la persona y le impiden recordar a Dios.
5 – Ignorar el momento para estas súplicas de la mañana y la noche, tal como si la persona piensa que el horario para las súplicas de la mañana termina con la oración del alba (fáyr), o que el momento para las súplicas de la tarde termina con la oración de la tarde (‘asr), por ejemplo. De hecho, el momento para las súplicas de la mañana dura hasta después de la salida del sol, el momento para las súplicas de la tarde y la noche dura hasta después de la puesta del sol.
La forma de tratar con estas causas es la siguiente:
1 – Intentar memorizar la mayoría de estas súplicas para que seas capaz de recitarlas en el medio de transporte, en el trabajo o en la escuela, sin la necesidad de leerlas.
2 – Meditar en los significados de estas súplicas que están prescriptas en el Islam, porque muchos musulmanes recitan estas súplicas y oraciones sin comprenderlos, lo cual debilita o inutiliza su efecto sobre nuestro corazón y nuestra mente.
3 – Disponer un momento específico para recitarlas en la mañana y en la noche, y apegarse a él, e ignorar cualquier cosa que pueda distraernos de eso.
4 – No demorarse en recitar estas súplicas cuando uno recuerda hacerlo, porque posponerlas puede conducir a olvidárselas.
5 – Investigar lo que ha sido narrado en el Corán y la Tradición Profética, acerca de las grandes recompensas en este mundo y en el Más Allá para quien recuerda a Dios. Indudablemente esto servirá de incentivo para apegarse a estas súplicas y no olvidarlas.
6 – Mantenerse alejado de los pecados para que el corazón pueda permanecer sano y sincero, anhelando el recuerdo de Dios.
7 – Esforzarse en aprenderse gradualmente estas súplicas y oraciones. No elabores tú mismo un programa para recitar todo lo que ha sido narrado en el libro de súplicas, para que no te hagas las cosas demasiado difíciles para ti mismo, lo cual puede conducirte con el tiempo a que las abandones. Debes recitar una porción pequeña para que puedas saborear la dulzura del recuerdo de Dios, en incrementarlo gradualmente.
8 – Leer las biografías de los orantes que se esforzaron duro en el recuerdo de Dios, para que esto pueda animarte a seguir su ejemplo y esforzarte como ellos se esforzaron.
9 – Invitar a tu esposa, hijos y familia a recordarse el uno al otro estas súplicas y oraciones, porque el creyente obtiene un apoyo invaluable de sus hermanos.
10 – Buscar amigos rectos que te ayuden a recordar a Dios, te recuerden estas súplicas y los actos de culto.
Tercero:
El libro en el cual se habla de estas súplicas y sus virtudes incluye lo siguiente:
1 – Al-Adkar, por el Imam An-Nawawi.
2 – Al-Kalim at-Tayíb, por el Shéij al-Islam Ibn Taimíyah, comentado por el shéij al-Albani.
3 – Al-Wábil as-Sayíb, por Ibn al-Qayím al-Yauzíyah.
4 –Tuhfat ad-Dhaakirín, por ash-Shawkáni.
5 – Tufhat al-Ajiár por el Shéij Ibn Baaz.
6 – Fiqh al-Ad’íyah wal Adkar wad-Da’wat, por el Shéij ‘Abd Allah al-Qusair.
8 – Sahih al-Adkar wad Du’á al-Mustayáb, por el Shéij Mústafa al-‘Adawi.
Y Allah sabe más.
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