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El milagro de lo desconocido es la prueba más evidente sobre la autenticidad de su profecía, porque el hecho de que el Mensajero de Al-lâh (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) informó sobre acontecimientos particulares que ocurrieron después de su muerte
El milagro de lo desconocido es la prueba más evidente sobre la autenticidad de su profecía, porque el hecho de que el Mensajero de Al-lâh (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) informó sobre acontecimientos particulares que ocurrieron después de su muerte, afirma que es Al-lâh quien se los reveló conforme a la aleya que dice: “Estas son noticias del No-Visto que te inspiramos.” (TSQ, Sura 3, Âle-'Imrân "La Familia de 'Imrân": Aleya 44).
Aquí nos limitamos a mencionar algunos dichos o hadices que forman un milagro de lo desconocido en su Tradición, porque aquí no nos cabe narrar todos los dichos que tratan este tema, ya que son muchísimos.
Entre los acontecimientos de los cuales Muhammad, el Mensajero de Al-lâh (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam), habló y ocurrieron durante su vida, está la muerte de Al Naÿâshî – el rey de Etiopia en aquella época. Abû Huraîra dijo que: “El Mensajero de Alˑlâh (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) comunicó la noticia de la muerte de Al Naÿâshî el mismo día en que murió y además el Mensajero salió a la mezquita, juntó a los oradores e hizo cuatro Takbîr –diciendo Alˑlâhu Akbar – Al-lâh es el Grandísimo ([1]).
Este dicho es una de las pruebas de su profecía porque anuncia el fallecimiento de Al Naÿâshî el mismo día de su muerte a pesar de la larga distancia que existe entre Etiopia y Medina – una distancia de largos días y noches de marcha- esto afirma sin dudas que es Al-lâh quien le reveló esta noticia. ([2])
De sus milagros de lo desconocido está la predicción de que los musulmanes conquistarían los países de Persia y que la paz y la seguridad se extenderían por la península arábiga. ‘Udaî Ibn Hatem dijo: “Cuando estuve con el Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam), llegó un hombre que se quejó de la pobreza, y vino otro que se quejó de los asaltantes del camino (falta de seguridad en los caminos)”. Entonces el Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) dijo: “¡Oh! ‘Adeî, has ido antes a –la ciudad de -“Al Hirah”. Respondí “No. Pero he oído hablar de ella” El Mensajero dijo: “Si tuvieras larga vida y verías las caravanas saliendo de Al Hira hasta llegar a la Ka’aba sin tener ningún miedo, sino de Al-lâh". Pensé: "¿dónde estarán los asaltantes de Tai, los que aterrorizan la tierra?". Entonces el Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) dijo: "si tuvieras más vida, conquistarías los tesoros de Kisra (Coseros, emperador de Persa). Dije: "¡¿Kisra el hijo de Hormuz – Coseros-?!". El Profeta afirmó: "Si, Kisra el hijo de Hormuz, y si tuvieras larga vida vivirías hasta ver al hombre saliendo con sus manos llenas de oro y plata buscando quién lo reciba como limosna pero no encontrará a nadie".
‘Adeî dijo: "Vi las caravanas viajando de Al Hira hasta que daban vueltas alrededor de la Ka’ba, no temiendo a nadie más que a Al-lâh; y estuve entre quienes conquistaron los tesoros de Kisra, y si vosotros vivierais, veríais la tercera predicción que el Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) mencionó".([3])
Ocurrió la tercera predicción en tiempo del Califa ‘Omar Ibn 'Abdul 'Azîz cuyos empleados salían buscando quién reciba las limosnas pero no encontraban a nadie. ‘Omar Ibn ‘Abdul Azîz enriqueció a la gente. Muhaÿir Ibn Yazîd narró diciendo: “Omar Ibn Abdul Azîz nos mandó a distribuir las limosnas, pero vi a aquellas personas que habían recibido las limosnas el año pasado, pagando el Azaque este año ˮ ([4])
Otro milagro que representa una prueba de la veracidad de su profecía es su predicción de la conquista de Constantinopla, capital del Imperio bizantino, ([5])
Abdul-lâh Ibn Bashar Al Khaz’amî narró que su padre escuchó al Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) diciendo: “Constantinopla será conquistada. ¡Qué buenos son los líderes y el ejército que lo llevarán a cabo! ˮ ([6]).
Este noble dicho profético es un milagro de lo desconocido que ningún pensador que examina la realidad de los musulmanes en aquel entonces, podrá predecir, ni cuando estaban débiles en La Meca, ni tampoco cuando estaban en Medina en un estado de estabilidad cautelar, ¡¿entonces como conquistarían la fortificada Constantinopla?!, capital del imperio bizantino, que luchaba contra el imperio de Persia en una larga guerra entre dos imperios grandioso, y entre los dos estaban divididas las tierras de la Tierra. ¡¿Cómo podrían los musulmanes triunfar sobre este imperio poderoso?!
Sin embargo, la creencia profunda que tenían los musulmanes en la honestidad del Mensajero de Alˑlâh les animó a ejercer muchos esfuerzos para conseguir este honor a partir de la época de Mo’aweîa Ibn Abî Sufîân que mandó a su hijo Yazîd como líder de un ejército formado por muchos compañeros e hijos de compañeros de quienes anhelaban llegar ser parte de este ejército que conquistaría Constantinopla que el Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) había elogiado. Y luego, varios fueron los intentos por siglos hasta que fue conquistada por Muhammad Al Fateh, el gran califa otomano (857 de la Hégira/1453 d.C.), y esa conquista era un gran honor que tuvo Muhammad Al Fateh por parte del Mensajero de Alˑlâh (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam). Esta conquista causó la derrota del imperio bizantino totalmente.
Concluimos este tema con un dicho del Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) que indica claramente la veracidad de su profecía, porque predijo la salida de un fuego de la tierra de Hiÿaz. El Mensajero de Al-lâh dijo: “No llegará la Hora hasta que salga un fuego de la tierra de Hiÿaz – en Arabia Saudita- que ilumine los cuellos de los camellos en Basora([7]) . Este fuego salió el año (654 de la Hégira/1256 d.C.) en la ciudad de Al Hurrah, cercana a Medina y este acontecimiento fue mencionado en los libros de los historiadores que vivieron en esta época como por ejemplo Al Qurtubî, en el libro de (El Recuerdo) ([8]), Ibn Taîmîah e Ibn Kazîr ([9]).
([1]) Al Bujârî, el libro de los funerales, tema sobre cuando el hombre comunica la noticia de la muerte de alguna persona a su familia (1188). Muslim, el libro de los funerales, tema de At-takbîr – decir Al·lâhu Akbar, Dios es el Grandísimo en el funeral. (951).
([2]) Fâdel Sâlih As-Sâmarâ`î, la profecía de Mohammad (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) entre la certidumbre y la certeza. Página 162.
([3]) Al Bujârî, el libro de las investigaciones, parte de las señales de la profecía en el Islam. (3595)
([4]) Mohey Ad˖dîn An˖nawaûî: Refinar los nombres y las lenguas 2/21.
([5]) El Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) dio albricias también de que los musulmanes conquistarían Yemen, Iraq, los Países de Ash˖shâm [Siria, Líbano, Palestina], Jerusalén, Egipto, el País Romano, Persia. Véase el dicho/hadiz narrado en el libro de Al Bujârî: Sobre los favores de Medina, parte de quien pierde voluntad de regresar a Medina (1776). Y Muslim, El libro de la Peregrinación Mayor, parte del incentivo para regresar a Medina en la época de las conquistas. (1388)
([6]) Ahmad (18977), Al Hakim (8300) y dijo es un hadiz con cadena auténtica de narradores, y no fue escrito. Az-Zahabî lo aprobó. Al Haîzamî: en el conjunto de las extras (6/229). Abdul-lâh Ibn Bashar Aljazámî narró que Mosalama Ibn Abdul Malik, el líder general de los ejércitos islámicos en la época del califato Omawey, verificó la certeza de este dicho y se movilizó directamente hacia Constantinopla para conquistarla.
([7]) Al Bujârî, transmitido por Abû Hurayra: El libro de las turbaciones (7118) parte de la salida del fuego, Muslim: El libro de las turbaciones y las señales de la Hora. La parte de “No llegará la Hora hasta que salga un fuego de la tierra de Al Hiÿaz (2902)
([8] Al Qurtubî: El recuerdo, Página 225
([9]) Véase Ibn Taîmîa: La respuesta correcta 3/162, 163, 5/420, 6/89. Ibny Kazîr: El comienzo y el final 2/395
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