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La vida del profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam), antes y después de la revelación, se caracterizaba por ser absolutamente pura, con moral refinada y perfeccionamiento maravilloso, cualidades que no eran comunes en una ambiente pagano como en el que él vivía.
La vida del profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam), antes y después de la revelación, se caracterizaba por ser absolutamente pura, con moral refinada y perfeccionamiento maravilloso, cualidades que no eran comunes en una ambiente pagano como en el que él vivía. Era conocido por su sinceridad y el cumplimiento de las encomiendas depositadas en él. Por eso, sus enemigos, a pesar de la hostilidad y refutación que mostraron contra su llamamiento, le encomendaron su dinero y bienes. El profeta Mohammad (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) nunca olvidó cumplir con las encomiendas, por eso asignó a Alî Ibn Abî Taleb, (que Al-lâh Esté complacido con él) el día de la emigración, para devolver los depósitos a sus poseedores, aunque ellos eran los mismos que acordaron matarle esa misma noche.
Observamos su noble biografía para comprender esa pureza que distinguió su vida, y la protección divina que le guardaba, pues estaba verdaderamente bajo la mirada de Al-lâh, Enaltecido y Glorificado sea, para ser el sello de los profetas y enviados. Al-lâh le protegió durante el periodo de juventud – antes de la revelación- y le alejó de los pecados y actos de maldad que eran considerados como práctica habitual por el pueblo pagano al que pertenecía. Así pues, según Ibn Ishâq y otros eruditos, dijeron que el profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) se crió bajo la protección y la guardia de Al-lâh contra los deslices, defectos y maldades del paganismo. ([1])
De los signos que reflejan este amparo divino y esa protección contra cometer pecados, son las narraciones de que nunca, durante su juventud, fueron mostradas sus partes mas intimas. El profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) dijo: “Estaba con algunos muchachos de Qoraysh y estábamos trasladando piedras y jugando como los otros muchachos. Cada uno de ellos elevó su îzâr– un vestido que cubre la parte baja del cuerpo desde la cintura hasta los tobillos- poniéndolo sobre el cuello y llevando las piedras en el, así pues todos se descubrieron. Yo estaba yendo y viniendo con ellos y de repente recibí una bofetada de alguien que me ordenó: “No te elevas tu îzâr, ponlo” así me puse mi îzâr y llevé las piedras sobre el cuello sin elevar el îzâr como los otros muchachos” ([2])
Otra situación similar ocurrió en el tiempo de la reconstrucción de la Ka’ba. Ibn ‘Abâs (que Al-lâh Esté complacido con él) narró que su padre, ‘Al ‘Abas Ibn ‘AbdulMotaleb dijo: “Cuando los Qoraysh estaban reconstruyendo la Ka’ba, dividieron los hombres en grupos de dos para que movieran las piedras. o estaba con mi sobrino. Tomamos el îzâr y lo elevamos hasta los hombros y llevamos las piedras en ellos, pero cuando nos acercamos a la gente, nos los pusimos. Mi sobrino me adelantó y de repente se desmayó. Corrí hacia él y le vi mirando hacia el cielo sin parpadear. Le dije: “¡Oh! Sobrino mío, ¿Qué te Ocurre? Me dijo: “He sido prohibido de caminar desnudo” Oculté el asunto hasta que Al-lâh lo reveló a través de su profecía. ([3])
Otro aspecto de esa protección divina, es también que no se entregaba a la diversión y a las canciones. Alî Ibny Abî Taleb (que Al-lâh Esté complacido con él) narró: Escuché el Mensajero de Al-lâh diciendo: “No participé en las fiestas de diversión y canciones en las que la gente del paganismo disfrutaba exceptuando en dos noches, y en ambas Al-lâh me protegió de cometer pecados. La primera noche estaba con un grupo de los jóvenes de Mecaa, para cuidar del ganado de nuestras familias mientras pacían. Dije a mi amigo: “Cuida de mi ganado ya que quiero ir a Meca y divertirme como los otros jóvenes. Recordó. Fui y llegué a la primera casa de diversión en Meca, escuché sonidos de música, tambores y oboes. Pregunté ¿Qué es esto? Me respondieron “Es la fiesta de matrimonio de fulano y fulana” Me senté, pero Al-lâh me cubrió los oídos y así me dormí y solo me desperté con el calor del sol. Regresé donde mi amigo que me preguntó sobre lo que había hecho. Le respondí: ¡Nada! Y se lo narre todo.
La otra noche, pedí de mi amigo que cuidara de mi ganado para ir otra vez a la diversión. Y recordó. Me dirigi hacia Meca y al llegar escuché los mismos sonidos otra vez. Me senté pero Al-lâh me cubrió los oídos y así dormí y solo me desperté el calor del sol. Regresé a mi amigo que me preguntó sobre lo que había hecho. Le respondí: ¡Nada! Y se lo narró todo.
Y por Al-lâh a partir de esa noche, nunca pretendí repetirlo hasta que Al-lâh me honró con la profecía ([4])
Así como nunca bebió vino, ni se prosternó ante un ídolo. Alî (que Al-lâh Esté complacido con él) dijo: le preguntaron al profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam): ¿Has adorado un ídolo antes? Respondió: “No, Nunca” se lo volvieron a preguntar: “¿Has bebido vino antes?” respondió: “No. Nunca” aunque no sabía, en aquel tiempo, que estas prácticas pertenecían a los paganos. Tampoco sabía nada del Libro del Corán ni de la creencia.” ([5])
Um Ayman (que Al-lâh Esté complacido con ella), la niñera del profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) narró que él nunca se prosternó ante un ídolo y dijo: Abî Taleb tenía la ceremonia anual que hizo el pueblo Qoraysh a un ídolo llamado Bûana, y quiso tomar al Mensajero de Al.lâh con él, pero él se negó hasta tal punto que Abî Taleb se enfadó con él, así como sus tías y le dijeron: ¡Oh! Mohammad, ¡No quieres atender las celebraciones de tu pueblo, ni reunirte con ellos! Y permanecieron así hasta que fue con ellos. Y después de largo tiempo regresó espantado y aterrorizado. Sus tías le preguntaron: ¿Qué te ocurrió? Dijo: “Temo que me haya pasado algo malo” dijeron: “No te preocupes, Al-lâh no permitirá a Satanás tocarte mientras tengas estas virtudes refinadas. Nárranos que has visto. Dijo: “Una vez que me acerqué a un ídolo, se presentó ante mí un hombre blanco muy alto y me exclamó: “¡Oh! Mohammad, Vete atrás, no lo toques”. Un Ayman continuó: y nunca volvió a atender estas ceremonias. ([6])
Permaneció así aun después de la descendencia de la revelación. No se entregaba a la vida mundana ni buscaba sus diversiones. Dijo a los líderes de Qoraysh cuando le ofrecieron beneficios materiales a cambio de dejar su llamamiento al Islam: “No os he trasladado lo que os he traído - el mensaje del Islam- deseando vuestro dinero, ni una noble posición entre vosotros, ni tampoco ser rey sobre vosotros, sino que Al.lâh me ha sido enviado como un mensajero a vosotros, me ha revelado el libro, y me ha ordenado ser portador de buenas noticias y de advertencias, y así os hice llegar el mensaje de mi Señor y os aconsejé. Si aceptáis lo que os he trasladado, será eso vuestra fortuna de la vida mundana y de la Última vida, y si lo negáis, mantendré firme en esa orden de Al.lâh hasta que Al.lâh juzgue entre nosotros” ([7])
El objetivo estaba claro en su mente (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam), y su confianza en el triunfo de Al-lâh era muy profundo a pesar de la negación y la obstinación que encontró en su pueblo.
Otro aspecto de la pureza y perfección de su vida, es que no esperó ni se aprovechó de las oportunidades disponibles para hacerse superior ante su pueblo y sus seguidores. Y hay muchas pruebas, como su reacción ante el eclipse de sol, que ocurrió el día de la muerte de su hijo, Ibrâhîm. Ibn Al Moghira Ibn Sho´ba dijo: “El sol se eclipsó, en tiempos del Mensajero de Al.lâh, el día de la muerte de Ibrâhîm, y la gente dijo: “El solo lo ha eclipsado por la muerte de Ibrâhîm” el Mensajero de Al-lâh dijo: “El sol y la luna son dos signos de Al-lâh, y no eclipsan por la muerte de nadie ni por el nacimiento de nadie, y si veis el eclipse, rezad y suplicad a Al-lâh.” ([8])
Una reacción como tal, no procede de un mentiroso ni de un engañador. Porque si el profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) fuese un falso profeta, hubiese aprovechado esta oportunidad y hubiese dicho: Veis, el sol se ha eclipsado porque siente triste por mi tristeza y así se ha eclipsado. Pero ciertamente el profeta estaba a salvo de hacerlo.
Otra situación, fue su empeño en mostrar su humanidad, ya que Mohammad (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) no era sino un ser humano, descendiente de Adán, e hijo de dos padres humanos que comían, bebían, se casaba con mujeres, tenía hambre, enfermaba, se sentía feliz y se sentía triste. Lo curioso es que él mismo lo afirmaba, e insistía en mostrarlo. Es para recordar la situación de Ÿarîr Ibn ‘Abdul.lâh, que dijo: Un hombre se presentó temblando y sacudiéndose ante el profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam). El profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) le dijo: Tranquilízate, no soy sino el hijo de una mujer que comía carne seca – comida de los pobres – en la zona de Al Batha`. Luego le recitó la aleya: “Tú no tienes poder de coacción sobre ellos, así pues llama con el Corán al recuerdo, a quien tema Mi amenaza.] (TSQ, Sura 50, Qâf: Aleya 45).([9])
Una gran prueba sobre la pureza de su vida (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam), es el reproche dirigido a él por Al-lâh, y la descendencia de ese reproche en el Noble Corán para ser conservado por siempre entre la gente. Este reproche demuestra como la vida del profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) era completamente clara, a tal punto de que sus secretos y anuncios eran revelados. ¡¿Acaso procede eso de un mentiroso?! Ejemplo de ese reproche dirigido al profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) es la siguiente aleya: [Frunció el ceño y se apartó, porque vino a él el ciego.] (TSQ, Sura 80, 'Abasa "Frunció El Ceño": Aleyas 1 y 2).
Abdul.lâh Ibn Maktûm vino al profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) pidiendo ser guiado, y el profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) se apartó de él porque estaba preocupado por llamar a los señores de Qoraysh. Y en esta situación Al.lâh le reveló la aleya del reproche, que está siendo leído hasta nuestros días. En algunas otras pocas situaciones de su vida también, se revelaron aleyas de reproche.
De ahí, Mohammad (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) era muy claro y muy puro, y su mensaje era el último mensaje divino.
([1])Véase El libro de Ibn Hishâm: La biografía Profética 1/183, y El libro de Ibn Kazîr : El Comienzo y el final 2/286
([2])Véase El libro de Ibn Hishâm, La biografía Profética 1/183. As-suhaylî, Ar-rawdh Al Anif (Los Jardines dignos) 1/312, el libro de As-Sâlihî : Subul Al Huda War-Rashâd (Métodos para la guía y la sensatez) 2/7
([3])Musnad Albazâr (1295), Ibn Abî Assîm Ash˖shaîbânî: Al`âhâd y Al Mazânî [Los unos y los dos] 1/271 (354). As-Sâlihî : Subul Al Huda War-Rashâd (Métodos para la guía y la sensatez) 2/148. Ibn Kazîr: La biografía Profética 1/251. Y el Albânî dijo que: Es autentico. Vease Sahih Al ÿâmi’ (EL Auténtico, el Compliador) (6783)
([4])Ibn Habbân (6272) Al Hâkîm (7619). Y dijo que es un hadîz auténtico según los criterios de Muslim, pero no lo transmitió. Adh.dhahabî dijo en el compendio: Sigue los criterios de Muslim. AlBzâar: (640)
([5])As.sâlhî: Métodos de la guía y sensatez 2/149, Al Mutaqî AlHindî: El tesoro de los trabajadores (35439). Ash.shaûkanî: El alcance por el Todopoderoso, el Compliador entre los artes de la narración y el conocimiento de la ciencia de la interpretación. 4/546
([6])Ibn Sa’d: Los sublimes horizontes, As˖sâlhî: Métodos de la guía y sensatez 2/149, Ibn Sayed An˖nâs: Ojos de las narraciones antiguas 1/66
([7]) Al Bujârî: Las modales de los actos de los siervos pagina 186, hadîz numero (408), Ibn Kazîr: La biografía profética 1/479
([8])Al Bujârî: El libro del eclipse, la parte sobre el rezo del eclipse del sol (1044), Muslim: El libro del eclipse, la parte sobre el rezo del eclipse (901) y a su lengua.
([9])Al Hakim (3733) y dijo es un hadîz autentico según los criterios de los dos jeques pero no lo transmitieron. Adh.dhahabî lo aprobó. Al Albânî dijo que es autentico. Véase Sahih Al ÿami’ (7052)
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