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Nació el año 1886 y trabajó como director del Instituto francés en El Cairo. Fue nombrado profesor en la Universidad de Argelia (1916-1927) y miembro en el Complejo Científico Árabe (ahora, Academia Árabe) en Damasco.
Nació el año 1886 y trabajó como director del Instituto francés en El Cairo. Fue nombrado profesor en la Universidad de Argelia (1916-1927) y miembro en el Complejo Científico Árabe (ahora, Academia Árabe) en Damasco. El Gobierno le encomendó varias tareas culturales, mientras la UNESCO lo escogió como miembro en el Comité de Orientalistas. De sus obras: L'Islam [El Islam], y público varias investigaciones en famosas revistas orientalistas.
Tradujo el libro titulado Qânûn Diuân Ar-Rasâ’il [Ley del diván de mensajes] escrito por Ibn As-Sirafî, verificó una parte del libro llamado Futûh Misr Ua Al Magrib [Las conquistas de Egipto y Marruecos], escrito por Ibn ‘Abdul Hakam, también la segunda parte del libro llamado Ajbâr Misr [Las noticias de Egipto], escrito por Ibn Muiassar y revisó el libro llamado Al Iktifâ’ [La suficiencia], escrito por Al Kalâ‘î.
Gracias a Muhammad (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam):
“Gracias a las reformas religiosas y políticas de Muhammad (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) -que son principalmente reformas unificadoras-, los árabes fueron conscientes de sí mismos y salieron de la oscuridad de la ignorancia y del caos, preparándose para su entrada final en la historia de la civilización”[1].
Misericordia, resolución, religiosidad y habilidad para manejar los asuntos mundanos:
“Si meditamos acerca de Muhammad (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam), encontraremos que él era (….)[2], pensaba constantemente y su alma albergaba tristeza. Sus percepciones reflejan a una persona que cree en un solo Dios y en la existencia de otra vida, y que se caracteriza por su pura misericordia y la firmeza de la opinión y de las creencias, aparte de que él era un hombre de gobierno, y a veces un hombre de política y guerra, aún así, no era un hombre violento, sino que era pacífico”[3].
[1] Henri Massis, L'Islam [El Islam], pág. 55
[2] Lo omitido de esta citación es su expresión de “nervioso”, que es una característica extraña. No sabemos en qué se basó para decir tal expresión, sobre todo que en la misma línea más adelante dijo: ¡“un hombre de gobierno”, “un hombre de política” y “un hombre pacífico”!
[3] Ibíd., pág. 11
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